Pretendía contratar a tu sonrisa en mis días grises, pactar con tus ojos para que me desnudaran entre miradas.
Pretendía discutir contigo por quién se ponía encima, quién sería el victorioso en la guerra de tus sábanas.
Pretendía llorar de alegría, beberme tus penas y ahogarme en las mías.
Pretendía cambiar tu rutina con un beso, de esos que no se dan todos los días, de esos que te dejan con ganas de uno más.
Pretendía que nunca fuera invierno, que contigo llegara el verano en cualquier momento.
Pretendía ser tu imán, tu boca cuando no pudieras hablar, tus pilares cuando necesitaras ser fuerte.
Y entre pretextos, abrazos, mordiscos y fracasos se me olvidó decirte que entre todo esto, pretendía no perderte.