Una semana desde el evento. Una semana desde que no atendió a ninguna de las llamadas de Antonio. Seguía enfadada por su trato, y sobre todo por cómo no la defendió de esos sujetos.
Era viernes, tenía que poner todo en orden en su trabajo antes del ansiado fin de semana, el cual solo sería ocupado por más trabajo en su apartamento. Posiblemente acompañado por una noche de pizzas junto a Caroline. A veces se cuestionaba en esos momentos de silencio sobre su oficina, si su relación llegaría a más, si era tan fuerte como para cruzar tantos obstáculos. Ya no entendía nada del comportamiento de su pareja. Lo único que él parecía decirle era que necesitaba inversiones, que no tenía tiempo para tontas conversaciones cuando su chequera perdió millones. Bien, pero no era culpa de ella si fue tan tonto de invertir en la primera empresa no reconocida que se le atravesó.
Imbécil.
—Señorita Lawson, llegaron la lista de empresas que solicitan su servicio.
Pilar, su secretaria, traía en sus manos una Tablet, junto a una mueca de emoción en su rostro que llegaba a ser contagiosa.
—Dime que esta vez es un pez gordo. —Juntó sus manos sobre su rostro implorando que su pequeña empresa obtuviera mayor reconocimiento.
Y lo tenía, cuatro años atrás vieron la luz y crecieron enormemente, pero Eleanor llegaba a ser tan ambiciosa como su padre, y nunca resultaba ser suficiente, aunque lo era.
—¡Son más de quince nuevos clientes para el mes! —exclamó sonriente.
—¿Quince? ¿De verdad? —Extendió su mano para alcanzar el aparatejo y leer todos los nombres. Algunas le resultaban conocidas, y otras parecían ser extranjeras —. Vaya, no creí que llegáramos a tanto. Ya de por si tenemos mucho trabajo —reviró acomodando su cabello rizado hacia atrás.
—Le pediré al joven Lorenzo que venga a su oficina.
Eleanor asintió perdida en esos nombres. Necesitaban ponerse a trabajar, contactar con cada una de esas empresas y tentar sus posibilidades. Una sonrisa incrédula se dibujó en sus labios a medida que continuaba leyendo. Una maravilla, un buen cierre de semana luego de que el mes anterior solo tuvieran diez ofertas. Y no se estaba quejando, tenían cientos de clientes, pero algo le decía entre todos aquellos logos, que podría esta vez contratar más personal para el área de comunicación y redes sociales.
Algo que precisaban enormemente.
—Por tu cara diré que tenemos buenas noticias, querida socia. —Lorenzo, uno de sus cómplices en toda esa aventura y mejor amigo desde la universidad, se sentó frente a ella.
—Míralo tú mismo —indicó mostrándole la pantalla.
—Joder —silbó tirando de su corto cabello hacia atrás —. Ele, no podemos perder ni una sola de estas empresas. Desde ya te aviso que cubren áreas que ni siquiera nuestros cerebros pueden imaginar —alzó su ceja dándole más ahínco.
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Obstinado poder © (Markov I)
RomanceUn matrimonio, un plan que no podía dejarse a un lado, una intención macabra. Una mujer que ignora el ambiente en el que creció. Un hombre que esperó años a tenerlo todo, que sabe jugar sus cartas para tener el poder que merece, y un lado oscuro qu...