—Pero es que yo le avise a Alberto que ir a el domingo al casino no iba a ser buena idea con la tormenta que se venía.
—Aquí solo llovió un poco, diría que lo necesario para que las plantas no me pidan agua durante días.
—¿Y tú Eleanor? ¿Cómo estuvo tu semana, hija?
Alzó su cabeza confundida, estuvo tan sumida en sus pensamientos durante largos minutos que las voces de su madre y sus dos amigas se silenciaron por completo, y eso llegaba a ser muy difícil con lo mucho que adoraban hablar.
—Mucho trabajo por suerte —mencionó apoyando su mano en su mentón soltando un profundo suspiro de alivio cuando se acomodó sobre el sofá.
—Eso es bueno Ele, que nunca te falte el trabajo, querida —acotó Mary luego de darle un sorbo a su té.
—Hija, ¿Estás segura que es solo eso lo que te tiene así? —inquirió su madre extendiéndole una taza.
Era miércoles, y decidió tomarse el día libre para ir a ver a su madre, por algún extraño motivo necesitaba verla y convencerse que la decisión de dar un paso tan importante para su pequeña empresa era certera. Sobre todo, prepararse para mañana ver a ese extraño sujeto que requirió su servicio, pagando una considera suma que sería suficiente para ampliar el personal.
—Si mamá, no te preocupes por nada. Estoy un poco cansada porque tuvimos la lista de nuevos clientes y son muchísimos, más de lo esperado —admitió a sabiendas que el motivo no era del todo ese.
—No te exijas tanto, Eleanor. Eres una joven preciosa y debes tomarte algunos días una que otra vez —sugirió Claudia observándola con ternura.
—Con las oportunidades que están llegando no creo poder hacerlo en un buen tiempo —sonrió amable.
Estaba ansiosa por saber qué pasaría mañana cuando se reuniera con Emilio, cuál sería el trabajo que él pretendía, si solo se haría cargo del marketing de una pequeña parte de la nueva empresa, o si él demandaría su servicio para toda la planta que compró.
—Pensé que hoy vendrías junto a Antonio, hace mucho no lo veo, y el otro día hablábamos de lo buen mozo que es tu pareja—dijo Mary con suspicacia.
Eleanor se tragó el malestar que surgió en su pecho al oír su nombre. Ahora parecía que era ella quien lo evitaba, y el motivo ya dejaba de ser las discusiones y lo ocurrido en los eventos, ahora todo volcaba sobre su nuevo trato con Emilio y cuál sería la reacción de su novio. No quería que se sintiera traicionado, no había hecho nada malo, era su trabajo representar a cualquier empresa que pagara por ello, y la oferta de aquel enigmático hombre resultó una en un millón.
—Yo tampoco lo he visto mucho. Últimamente ambos estamos enfocados en nuestros trabajos. Seguro pueda venir con él en unos días —arremetió buscando poner su mejor cara que no llegara a delatar su situación actual.
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Obstinado poder © (Markov I)
RomanceUn matrimonio, un plan que no podía dejarse a un lado, una intención macabra. Una mujer que ignora el ambiente en el que creció. Un hombre que esperó años a tenerlo todo, que sabe jugar sus cartas para tener el poder que merece, y un lado oscuro qu...