Seventy three

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Había pasado tres semanas más desde el primer aniversario de Jake y Sunghoon. Técnicamente ya casi iban en camino al segundo mes.

Las cosas solo habían ido mejor para el par de enamorados.

Jake confiaba en Sunghoon y viceversa.

Estaban para apoyarse, y eso siempre es lo más importante en cualquier relación.

A Sunghoon le encantaba mimar a Jake, era de sus cosas favoritas de hacer.

Darle abrazos y besitos cuando quisiera le gustaba muchísimo, más a Jake, que se sentía muy especial cuándo se tomaban de la mano o lo sorprendían con un abrazo por detrás.

La gente ya ni siquiera le prestaba atención a Jake, lo cual aliviaba al omega.

Por otro lado, las prácticas de patinaje de Sunghoon habían aumentado, la competencia estaba cerca y Jake iba a verlo entrenar todas las veces que podía.

Y gracias a su presencia, Sunghoon se esforzaba más para poder sorprenderlo, haciendo que su desempeño sea de un alto nivel.

El equipo de patinaje confiaba mucho en él, Sunghoon era su patinador estrella, nada podía salir mal ese día, pues le abriría las puertas a todos para entrar en las competencias nacionales.

Jake se hizo amistades de algunos compañeros de Sunghoon, puesto que sus visitas eran casi diarias.

Todos le agradecían tanto de su apoyo al alfa. De alguna forma ellos también se sentían apoyados, puesto que el equipo en sí no era muy popular en la universidad, Sunghoon era quién, al menos, debe pista de que el equipo existía.

En cuanto al pequeño fantasma.

Sunoo no podía estar más que feliz, verlos juntos era muy satisfactorio.

Faltaba mucho para que puedan casarse, pero aun así lo emocionaba que estén bien juntos.

Pero después de haber formado un vínculo tan grande con él lo ponía triste, pues no lo volvería a ver cuándo la marca esté hecha.

Se había hecho tan amigo de Jake que hasta incluso daba pena dejarlo.

Gracias a él Jake nunca había estado solo, había tenido su compañía casi un año entero.

No sería fácil para ninguno de los dos tener que despedirse, pero era lo que tenía que pasar.

Lo bueno es que aún quedaba tiempo.

Pero a quién se le estaba adelantando el tiempo era a Arin. Su vientre había crecido un poco más de lo esperado. Tenía un mes y 2 semanas, pero parecía que tenía el doble, haciendo que sus propios compañeros le preguntaran el por qué de su repentina subida de peso.

Y ella solo podía decir.


—Oh, es que ... Son los dulces—


Y en efecto, las cosas que más se le antojaban eran golosinas, cosas muy dulces.

Se comía a escondidas muchas gomitas, luego estaban las galletas y gelatinas, pero lo que la tenía embobada era el helado, que CASUALMENTE, era el postre favorito de Soobin.

𝑫𝑬𝑨𝑫 𝑳𝑶𝑽𝑬  [𝖩𝖺𝗄𝖾𝖧𝗈𝗈𝗇]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora