One hundred and seven

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Jake y Sunghoon decidieron tomar las cosas con calma.

La noche de reconciliación no había sido el mejor paso, pero sí pudo liberar las tensiones de ambos.

Al fin y al cabo, nunca terminaron por algo que hicieron ellos.

Toda la culpa la tenían las acciones de Heeseung, y ellos tuvieron que pagarlo de una manera injusta.

El beta les puso una trampa de la que ambos no pudieron salir hasta esa noche.

Fue por esa razón que no habían dejado de amarse.

Por más que Jake hubiera pensado que lo odiaba eso no era así, no podía.

Sunghoon prometió que no volvería a lastimarlo de nuevo.

Y Jake le creyó, por qué una parte de él aún tenía esa confianza para darle.

Obviamente le dijo que no cometa más estupideces.

Las cosas de poquito a poco volvieron a ser como antes, solo que ahora no habría secretos, y que ambos estaban juntos en esto.

Jake ayudó a Sunghoon a redactar lo que sería una carta de denuncia a Lee Heeseung y Hueningkai

No serían tan bobos como para tomar venganza con sus propias manos.

Ellos irían al tema legal.

Las buenas noticias eran que Jungwon por fin había despertado.

Jay, qué ya había sido dado de alta en el hospital, le comentó lo que Sunghoon iba a hacer y Jungwon accedió a ser parte de las personas que declararían ante el juzgado.

Hueningkai siguió las órdenes de Heeseung, perjudicando a Jake la mayoría de veces, así que él no era la única persona que quería justicia, sino también Jay y Jungwon, que casi terminan siendo víctimas mortales de las tonterías del beta.

Pero a todo esto

¿Dónde estaba Hueningkai?

Arin no lo había vuelto a ver desde aquella vez en la competencia

Y habían pasado casi como dos meses de eso.

Ya no estaba tan preocupada como antes, pues prácticamente había desparecido y era lo que más necesitaba para estar tranquila.

Lo único que aún la tenía algo estresada es que Soobin no contestaba sus llamadas ni mensajes.

Su lobo lo necesitaba a su lado.

Le faltaban casi tres meses para dar a luz y quería que por lo menos estuviera en la sala de espera con el resto de sus amigos.

Esa tarde la omega fue a pasear, sola.

Obviamente muchos la miraban, pues su pancita ya era muy visible y que esté dando caminatas sin su pareja era peligroso.

Pero Arin no le gustaba estar todo el tiempo encerrada, así que algunas veces decidía dar unas vueltas, obviamente solo lo que su cuerpo le permitía hacer.

𝑫𝑬𝑨𝑫 𝑳𝑶𝑽𝑬  [𝖩𝖺𝗄𝖾𝖧𝗈𝗈𝗇]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora