Más Allá De Ser Inmortal

Kol

Era un nuevo día y que mejor que despertar en la casa Mikaelson, hoy tenía pensado ayudarle a Elijah en lo que fuera, pues era al que más confianza le tenia y de ahí seguía Rebekah, quien sabía que en el fondo aun tenía dudas sobre mi.

Baje para comer algo y me encontré a Rebekah sola, mi pensar fue  ¿Donde están los hermanos Mikaelson?.

— Buen día Rebekah — Le saludé cortésmente.

— Buen día Nate, en la nevera hay de todo por si tienes hambre — Fue muy amable de su parte, puede que mi dieta sea solo de sangre pero la comida humana sin duda me fascina, tal ves mi lado brujo lo disfruta.

Como Rebekah era bruja o sea humana, había tanta comida, al ser la única humana aquí era la única que comía comida de verdad. Decidí preparar algo para ambos ya que solo la vi bebiendo café, así que pensé en unos waffles con frutas y jugo de naranja.

Comencé a cocinar y en eso solté la pregunta.

— ¿Donde está Elijah? — Le pregunte sacándola de sus pensamientos.

— El y Nik se fueron temprano, al parecer Elijah pasara unos días fuera por ciertos problemas que lo acomplejan — ¿Problemas? Si que es reservado, el no me mencionó nada el dia de ayer que hablamos de nosotros.

— Espero pueda salir de eso, es horrible cargar con problemas personales... — Mencione.

— Por cierto... ¿que estás cocinando? — Dijo Rebekah acercándose a mi y viendo los waffles que ya tenía listos.

— Espero tengas hambre... — Le serví unos cuantos con un vaso de jugo de naranja y se los coloqué en la mesa.

— Que detalle Nate, muchas gracias — Me senté junto a ella para comer los míos.

Disfrutábamos de una comida tranquila platicando de cosas triviales, hablamos de novios y parejas y vaya que Rebekah ha sido herida muchas veces, y no por sus parejas, si no por las veces que Nik se a interpuesto entre ella y sus novios.

— Veo que disfrutan su desayuno... — Entró al salón el híbrido, Klaus.

— ¿Te gustaría acompañarnos? — Le pregunte cortésmente.

— No te confundas brujito, no vine a disfrutar el desayuno, vine porque necesitamos encontrar a Kol... — Al oír eso Rebekah y yo nos miramos.

— No tendrás que buscar mucho... — El mencionado había entrado a la casa.

Salimos al recibidor y se encontraba sentado en uno de los sillones de ahí.

— Veo que tu leal hermano Finn no te ha dado lo que necesitas para sanar, que pena... ¿Que es lo que quieres? — Klaus le pregunto muy molesto.

— Vengo a decirte que... quiero ayudarlos, Finn no me deja tranquilo y después de esto, quiero hacerlo pagar... — Dijo entre quejidos.

— Por que no comenzaste por ahí hermano... — Dijo Klaus sonriente.

El plan era localizar a Finn para detenerlo.

Kol y Rebekah trajeron varias cosas para un hechizo localizador, por lo que tenía entendido Rebekah aun no se acostumbraba a su cuerpo de bruja y practicar magia le costaba un poco.

— ¿Entonces no me dirás cual es tu secreto Nik?... — Dijo Kol mientras acomodaba las cosas.

— El término secreto implica algo sólo sabido por aquellos que se ganaron el derecho a saber... inicia el hechizo — Ordenó Klaus.

— Es más sencillo decir que hacer, Finn canaliza el poder de nuestros padres, es mucho más fuerte de lo que nosotros podemos hacer... — Dijo mientras señalaba a Rebekah con su cabeza, esto la hizo molestar un poco.