Kaleb

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Un día nuevo había comenzado y estaba feliz de iniciar una nueva vida en Nueva Orleans, no se porque nunca pensé en venir aquí, llevaba un día aquí y todo me estaba encantando.

Comencé mi día con mi buena ración de sangre, últimamente he tenido ganas de beber de alguien, pero aun no siento que sea correcto, no hasta que encuentra a alguien a quien engañar.

Salí de mi departamento para seguir conociendo la ciudad, tal ves pueda encontrarme con Davina o Cami otra vez, después de todo se que puedo verlas en Russoues, pero hoy quería ir al enorme cementerio qué hay Nueva Orleans, quería ponerme en contacto con los espíritus de aquí, ver que puedo averiguar sobre este lugar, sus origines, las brujas que vivieron aquí y todo lo que aconteció.

Por ser mitad brujo no tuve problema en entrar, se que si fuera un simple vampiro no hubiera podido, pero agradezco a quien sea que fuera que me haya permitido ser ambos.

Comencé a caminar por el lugar y vaya, si que era enorme, demasiado amplio y con demasiadas criptas, creo que a de conservar gente de hace siglos, después de todo es un lugar muy sagrado para las brujas de aquí.

Cuando pensé que estaba totalmente solo, vi a alguien caminar por ahí, un chico apuesto, de buen vestir que se me hizo algo lindo, tenía una bonita sonrisa, yo intenté no llamar la atención después de todo parecía ir en mi dirección.

Me volteé y el se percató que yo estaba ahí, se asustó pude sentir y quiso acercarse a mi.

— Disculpa... — Se acercó a mi, yo volteé para verlo.

— Hola... — Salude cortésmente.

— Vaya... pensé que era el único aquí — El chico estaba algo nervioso.

— Pues no era así – reí – ¿vienes a ver a algún familiar? — Pregunté cortésmente.

— No, no... vine a acompañar a alguien, pero ya se fue, iba de salida yo también... — Era raro, si venia con alguien, ¿porque curiosamente cada quien tomó caminos separados?.

— Bueno pues... no te entretengo más...

— Kaleb... me llamo Kaleb — Me dio la mano.

— Un gusto, soy Nate... — Nos despedimos bien y el siguió su camino.

Al tocar su mano sentí lo mismo que con Davina, era claro que este chico era un brujo y vaya que uno poderoso, tal ves quería saber quien era y por eso se me acercó, trataré de no pensar en eso, no quiero involucrarme en nada por ahorita.

Me quede en un lugar tranquilo y cerrando mis ojos comencé un pequeño hechizo para entrar en conexión con el lugar.

La brisa estaba calmada, el silencio era hermoso y me sentía uno con el ambiente, estaba entrando en conexión con los espíritus cuando, alguien interrumpió mi concentración.

— ¿Quien eres tú?  — Un sujeto de cabello corto moreno y algo amargado estaba frente a mi.

— ¿Quien pregunta? — Conteste al mismo tono.

— No bromeo, ¿quien rayos eres? — El se molestó más.

— ¿Porque debo decirte quien soy? Déjame en paz — Me levante y comencé a alejarme cuando.

En un movimiento rápido ya había chocado con una lápida, este Idiota que obvio era brujo me había lanzado contra una lápida, estaba adolorido pero no iba a dejar que se saliera con la suya.

— ¿Crees que eso es suficiente? — Me levante y en un chasquido le hice lo mismo.

Me largue de ahí, corrí y me aleje con mi velocidad vampira, no se quien rayos era ese tipo y no se que buscaba conmigo y porque le molestaba que estuviera ahí, sin duda era algo que debía contarle a Davina y Cami, así que que mejor que ir a Russoues.

Más Allá De Ser InmortalDonde viven las historias. Descúbrelo ahora