Prólogo

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{ Lara }

FLASHFORWARD - Septiembre de 2021

Aquella era la primera vez que viajaba completamente sola. Siempre lo había hecho acompañada de mi familia o de amigos, por lo que estaba muy nerviosa. Incluso tenía miedo de llegar al aeropuerto y no saber cómo salir de allí. Supongo que la persona insegura en la que me había convertido, a pesar de que hubiera recobrado parte de mi personalidad durante los últimos meses, seguía acaparando gran parte de mis pensamientos.

Me volví a incorporar en el asiento del avión por décima vez en el último minuto, estaba realmente incómoda. La mujer que tenía sentada a mi lado me lanzó una mirada fugaz como seña de que no paraba de moverme, así que procuré permanecer lo más serena posible durante los minutos que faltaban para el aterrizaje.

"Estimados pasajeros, les habla el Piloto, les ruego se sienten en sus respectivos asientos y se abrochen los cinturones ya que estamos a punto de aterrizar. La hora prevista de llegada son las 12:15 del medio día. Gracias por confiar en nuestra compañía."

Efectivamente, unos minutos más tarde ya estábamos en tierra y me sorprendí a mí misma caminando hacia la salida de Heathrow. No fue tan complicado como mi mente me había hecho creer, ya que estaba perfectamente señalizado.

Una vez fuera, encontré la parada de taxis y me monté en uno. Le pedí al conductor que me llevara a Trafalgar Square, lugar donde estaba ubicado el hotel en el que me hospedaría las próximas semanas y, acto seguido, emprendió el viaje hacia donde le había indicado.

...

- Buenas tardes - le dije al recepcionista.

- Usted debe de ser la Sra. Montez. Esperábamos su llegada. - dijo amable.

- Por favor, llámeme Lara. Sra. Montez suena demasiado formal. - le pedí.

- Una abogada tan joven y de prestigio como usted merece todas las formalidades - respondió sonriente - pero Lara es un nombre precioso también.

Me sonrojé ante su comentario. Todavía no me había acostumbrado a mi nuevo trabajo. Hacía solo dos meses que trabajaba en uno de los mejores despachos del mundo. Y no exageraba, se trata del número 1 en el ranking mundial. No solo eso, sino que quien me había contratado y para quien trabajaba realmente era el socio gerente del mismo. Precisamente por eso estaba en Londres en ese momento, por un viaje de negocios al que mi jefe no podía asistir personalmente. Parece mentira que con tan solo 24 años hubiera conseguido el trabajo de mi vida, pero después de lo surrealista que se había vuelto mi vida, ya nada me sorprendía.

Tras realizar el check in, subí a la habitación, acomodé mis cosas, me di una ducha y me preparé para visitar la ciudad. Debía aprovechar que tenía 48 horas antes de volver a ponerme a trabajar en serio. Así que cogí mi bolso con la documentación y algo de dinero y me dirigí a la calle.

En un principio estaba nerviosa por perderme en la enorme Londres. No obstante, el problema principal fue reconocer todos y cada uno de los lugares en los que había estado poco tiempo antes. Los recuerdos comenzaron a llegar a mi mente. Aquel primer paseo en Hyde Park, la encantadora cafetería de la esquina... ay, se me formó un nudo en la garganta.

Como guiada por un impulso, comencé a caminar hacia un lugar en concreto. No sabía si sería capaz de encontrarlo ya que hacía meses que no pasaba por allí, pero parecía ser que mis piernas conocían el camino por sí solas y yo solo me dejé llevar.

Era tal y como lo recordaba, un lugar calmado e íntimo, ya que nadie más parecía saber de su existencia. Era uno de los lugares más recónditos y extraordinarios de la ciudad, a donde podía ir cuando sentía que todo iba mal con la certeza de que nadie me molestaría. Las preciosas flores formaban un túnel de los colores más asombrosos. Estaban por todas partes. Aquel lugar era mágico y parecía no haber sido descubierto por nadie más, lo que lo convertía aún más especial.

Me senté en el banco de piedra en el que tantas horas había pasado anteriormente y dejé escapar un suspiro melancólico

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Me senté en el banco de piedra en el que tantas horas había pasado anteriormente y dejé escapar un suspiro melancólico. Todo estaba en el mismo lugar, nada parecía haber cambiado. Sin embargo, ya nada volvería a ser igual.

Me disponía a abandonar el lugar y dirigirme de nuevo al hotel cuando escuché una voz. Su voz.

- ¿Lara?

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