Capítulo 12

648 57 12
                                    

{ Lara }

Los minutos habían pasado muy rápido. Apenas me había dado tiempo a ponerme una falda entablada con algo de vuelo y un jersey pegado negro cuando me fijé que eran las 12:30. Ya llegaba tarde. Menos mal que Niall había accedido a venir a recogerme al hall del hotel, ya que no hubiera sido capaz de encontrar su apartamento por mí misma.

Me puse una gabardina negra que se abrochaba en la cintura, cogí mi bolso y me apresuré a abrir la puerta.

- ¡Joder! - grité de nuevo. - Niall tenemos que dejar de encontrarnos así. ¿No habíamos quedado abajo?

- Sí, pero he decidido sorprenderte. Además, me hace mucha gracia cuando juras en español - rió fuertemente.

- Si en lugar de hablar en inglés contigo hablase en español no te sorprenderías tanto - repuse sonriendo como una boba.

Después de eso, salimos dirección a su apartamento. Recorrimos el mismo camino que habíamos hecho la noche anterior y llegamos a nuestro destino. Niall abrió la puerta del portal y posteriormente la de su casa.

Fue a dejar la chaqueta encima del sofá y se quitó la gorra que cubría su precioso cabello castaño. Se pasó los dedos por este tratando de peinarlo como pudo mientras se dirigía a la cocina. Yo entré tímidamente en el salón. Todavía no sentía la confianza como para quitarme el abrigo y dejarlo en cualquier parte, así que me lo quité despacio y lo dejé cuidadosamente colgado en una silla.

- ¿Lara puedes ayudarme? - me llamó desde donde se encontraba.

Cuando me acerqué a la cocina pude comprobar que llevaba un paquete blanco en la mano y una taza en la otra. En la mesa había otra taza y unos cubiertos. Le miré confundida.

- He comprado esto para ti. He supuesto que dadas las horas a las que te acostaste ayer, no habrás tenido tiempo de desayunar esta mañana. - me dijo con una media sonrisa a medida que descubría el contenido del paquete.

No podía creer que fuese tan atento. No estaba acostumbrada a que me trataran así, con interés, con respeto. Todo ello era nuevo para mí o, al menos, lo tenía olvidado desde la última vez que lo había vivido. Sentí que las lágrimas se acercaban a mis ojos, pero no dejé que salieran.

- No hacía falta Niall... - comencé a decirle.

- Quería hacerlo. - me interrumpió. No pude evitar que se me escapara una sonrisa.

Acto seguido, le ayudé a llevar las cosas que faltaban de la mesa al salón y las apoyamos donde él dijo. Cogí un croissant que parecía recién hecho por lo templado que estaba y lo mojé en el chocolate de la taza.

- Te has acordado. - dije mirando al contenido de la misma.

-  Cómo olvidar que no te gusta ni el café ni el té. - dijo enfatizando sus palabras - Debes de ser la única persona en la faz de la tierra con gustos tan raros.

Le saqué la lengua en señal de burla y seguí desayunando con gusto.

- Me hacía mucha falta llenar el estómago ya que a la noche no pude probar bocado. - le confesé.

- ¿Qué? - se alarmó - ¿Bebiste alcohol con el estómago vacío?

- ¡No, no! - repliqué al instante - Yo no tomo nunca alcohol. En eso no me parezco en nada a mi amiga Alina.

Pareció destensarse al escuchar mis palabras y, justo cuando abrió la boca para responder, sonó el timbre del portal. En ese momento fui yo quien se puso completamente rígida. Escuché que los pasos de una persona se acercaban a la puerta desde el ascensor y llamó a la puerta.

- Hola tío - Niall le dio un abrazo - Ven que te presento. Esta es Lara y es una gran fan tuya.

Quise asesinarle cuando dijo aquella última frase, ya que mi rostro se había tornado de color rojo al instante. Lewis, en cambio, me salvó del bochorno absoluto al pronunciar las siguientes palabras:

- Tranquila Lara, suele decir ese tipo de cosas cuando está celoso a más no poder. - me guiñó un ojo y se giró para estrujarle el moflete como lo haría una abuela - Además, todos sabemos que mi mayor fan es él. ¿Verdad Nialler?

Al final resultó ser Niall quien se ruborizó y tuvo que cambiar de tema para salir del paso.

- Lo que me faltaba, que os aliéis contra mí. Estábamos desayunando, ¿quieres uno? - le ofreció un croissant.

Lewis hizo un gesto de que estaba lleno y se sentó en el sofá junto a mí. Niall le lanzó una mirada desafiante al darse cuenta de que no había optado por ponerse a su lado. Para romper el hielo decidí comenzar una conversación.

- Oye Lewis. - me sorprendí por la decisión que contenían mis palabras - ¿Estás ya trabajando en tu segundo álbum?

- Efectivamente. - me contestó sin problema - Todavía no está muy adelantado pero tengo muchas ideas.

Me sorprendí al darme cuenta de que aquello que decía era información privilegiada y había decidido compartirla conmigo. Confiaba en mí y apenas me había conocido.

- ¿Y va a ser tan dramático como el anterior? Es que me encanta el drama - le confesé.

Los dos rieron ante mi comentario y Lewis se levantó del sofá. Pude comprobar que se dirigía al piano de pared. ¿De verdad iba a hacerlo? Pues sí, así fue. Comenzó a acariciar las teclas del instrumento como solo él sabía hacerlo y, de pronto, su profunda voz inundó el apartamento entero. Aquel debía de ser su próximo single y, de nuevo, no tenía problema en mostrárselo a una completa desconocida como yo. Terminó de tocar los últimos acordes y se giró para ver mi reacción.

- Es preciosa, te aseguro que la pondré en bucle y a todo volumen en mi casa. - comencé diciendo.

- ¿Pero...? - preguntó con amabilidad. Debió de darse cuenta de que mi expresión no era la de alguien que estaba del todo convencida.

- En el estribillo de la canción has utilizado el acorde F y después el de Am. - dije nerviosa - Creo que le daría más profundidad si cambiases el orden.

- ¿Cómo has adivinado los acordes si ni siquiera has mirado al teclado? - me preguntó Niall estupefacto.

- ¿Alguna vez has escuchado hablar del oído absoluto? - pregunté ruborizada.

Lewis y Niall comprendieron a lo que me refería al instante. El primero se giró y comenzó a tocar el estribillo con los cambios que le había sugerido.

- Tienes toda la razón, Lara. - admitió Lewis - Ahora voy a tener que poner tu nombre en el álbum.

Los tres reímos por la broma, pero el sonido del timbre nos interrumpió de nuevo.

- ¿Esperas a alguien más? - preguntó su amigo por los dos.

Niall negó con la cabeza y se apresuró a preguntar quién era. La expresión de su rostro cambió por completo al descubrir de quién se trataba.

Un minuto más tarde, escuché que se abría la puerta principal del apartamento y el sonido de unos tacones entrar en él...

Black and WhiteDonde viven las historias. Descúbrelo ahora