Capítulo 39

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{ Alina }

Lo primero de todo, disculpadme si algo de lo que digo no tiene ningún sentido. Aquella noche estaba muy borracha y lo cierto es que tengo lagunas. Lo que sí recuerdo perfectamente es a Harry acompañándome en el taxi hacia el apartamento de Lara, Julio y Andrea en Londres. Los dos íbamos sentados en la parte trasera del vehículo y yo me encontraba con la cabeza apoyada en el cristal.

- Alina. - me llamó desde mi derecha. Le miré con cara de pocos amigos y emití un gruñido. - ¿Estás mareada?

- Un poco. - respondí llevándome la mano a la cabeza.

Volví a apartar la mirada y me centré en las pequeñas luces que brillaban en la oscuridad de la noche. Pude comprobar que se había puesto a llover ligeramente y maldije para mis adentros por no tener un paraguas a mano. Aunque, por otra parte, tampoco podría mojarme mucho ya que tendría que andar solo unos pocos metros.

Cada vez me pesaban más los párpados por el sueño. Luchaba por mantenerlos abiertos, pero no era tarea fácil. De vez en cuando también cabeceaba hacia adelante y rezaba porque Harry no se diera cuenta. No me apetecía volver a escuchar una de sus frases de preocupación por mí. ¿Qué se pensaba? ¿Que después de reírse de mí podría arreglarlo acompañándome en un taxi? Pues no. Apenas terminase el trayecto pretendía bajarme del coche como pudiera y no tener que volver a verle la cara en la vida. Bueno, quizá en la tele. Y en YouTube. Bueno y en las redes sociales. ¡Joder! Por lo menos no tendría que volver a verle en persona.

- Ya hemos llegado. - dijo el conductor girándose para mirar única y exclusivamente a Harry, lo que me enfureció todavía más. ¿Porque tuviera unas copas de más ya no podía valerme por mí misma y otro tenía que pagar por mí?

- Tenga señor. - le ofrecí una tarjeta para pasarla por el datáfono. Me miró de forma extraña pero al final la cogió y me la devolvió al instante.

- Vete saliendo Alina, ahora voy. - me dijo Harry y puse un gesto de asco.

- Tú te puedes volver ya. Gracias y adiós. - respondí a la vez que cerraba la puerta de una forma bastante brusca.

Me acerqué a la entrada del apartamento y comencé a rebuscar en mi bolso de fiesta. "A ver... las llaves... Dónde mieda están las llaves" me preguntaba a mí misma. Empecé a sacar cosas del pequeño compartimento pero no daba con ellas y mi rostro palideció al darme cuenta de que ni siquiera se las había pedido a Lara.

- ¿Buscabas esto? - escuché su irritante voz detrás de mí. Me giré y vi a Harry sosteniendo mis llaves en alto con una sonrisilla estúpida.

- Dame eso. - dije a la vez que se las arrebataba de un manotazo. - Te he dicho que te vayas.

- ¿Cómo esperas que me vaya si no puedes cuidar de ti misma?

La sangre hirvió dentro de mis venas por su comentario y tuve que respirar cuatro veces para no separarle la cabeza del cuerpo. ¿Ese se suponía que era mi ídolo? En esos momentos lo único que sentía hacia él era enfado e impotencia.

- Puedo valerme por mí misma así que lárgate. - dije alzando un poco la voz.

- ¿Estás segura? Porque hace escasos minutos has querido pagar el viaje en taxi con tu DNI español.

Mis ojos se abrieron de par en par y mis mejillas comenzaron a tornarse de un color rosado. ¿Cómo no me había dado cuenta de eso? Me odiaba a mí misma por haber dejado que Harry presenciara semejante cagada. Me giré para que no me viera el rostro, que lo único que reflejaba era una profunda vergüenza, y traté de abrir la puerta con la llave que le había quitado momentos antes.

Black and WhiteDonde viven las historias. Descúbrelo ahora