{ Niall }
Después de la entrevista, me dirigí hacia mi apartamento algo desganado. La verdad es que sentía que me había quitado un peso de encima al admitir que Amanda y yo ya no estábamos juntos. Sin embargo, aquello lo había convertido más real y todavía no había conseguido digerirlo.
Llegue a casa y me eché en el sofá, agotado. Comencé a replantearme lo de salir a correr después de todo. No me apetecía tener que cambiarme, hacer deporte y, por ende, tener que ducharme.
Verdaderamente, no sé de dónde saqué la fuerza de voluntad para levantar mi desgarbado cuerpo del sofá e ir a la habitación a por ropa de deporte. Para crear un hábito hace falta repetir el proceso al menos durante 20 días, o algo así había leído, por lo que traté de desperezarme y cumplir con mi palabra.
Sobre las 17:30, ya estaba preparado para salir. Me puse una gorra y los auriculares y me dispuse a hacer un recorrido similar al del día anterior.
Después de correr un buen rato por el paseo del río, decidí dirigirme hacia el Buckingham Palace, ya que en esa zona había grandes espacios verdes. Al final, quise terminar el recorrido de ida en Hyde Park, donde había pensado realizar los ejercicios de estiramiento.
Una vez allí, deceleré el paso y traté de recuperar el aliento por el sobresfuerzo realizado. Me di cuenta de que durante el tiempo que pasé corriendo mi mente no procesaba más información que la de respirar con regularidad. No pensé en Amanda ni una sola vez desde que había abandonado el apartamento, lo que fue reconfortante.
Quizá la forma de superar mis desgracias fuera el deporte al fin y al cabo. Al menos funcionaba por el momento. Mi estado de ánimo había ido mejorando en esa última hora, como si significase que hay luz al final del túnel.
Al parar pude comprobar, de nuevo, lo increíblemente bonito que era. El paisaje podía quitar el aliento a cualquiera. A pesar de que todavía era invierno, los arboles ya tenían hojas como si de la primavera se tratara. Los rayos de sol del atardecer descansaban sobre el lago y le proporcionaban un aspecto incluso más mágico.
A continuación, puse mi pierna izquierda sobre un banco de madera situado a las orillas del lago y comencé a estirar los músculos. Después hice lo propio con la derecha. Acto seguido, me dispuse a estirar los brazos y la espalda, lo que hizo que crujiera alguna parte de mi cuerpo.
De pronto, mis ojos se posaron en una persona. Aquel cabello mayormente oscuro y ondulado lo había visto en alguna parte antes. Una chica estaba sentada en un banco a pocos metros de mí y parecía estar ensimismada en sus pensamientos a la vez que escuchaba música por los auriculares. Un recuerdo fugaz de la noche anterior vino a mi mente. ¿Podía ser la chica con la que tropecé?
Medité si acercarme a saludar, pero concluí que no tenía ningún sentido. Seguro que no se acordaba de mí. Además, me había prometido que se habían acabado las chicas en mucho tiempo.
Justo cuando fui a apartar la mirada, ella levantó la suya y sus ojos se posaron en los míos. No puedo describir lo que sentí. Fue como si una corriente eléctrica cruzara todo mi cuerpo en milésimas de segundo. Como si tuviéramos algún tipo de conexión sin siquiera conocernos.
De repente, su cara cambió de una expresión neutra a una de estupefacción. Sus mejillas comenzaron a tornarse de un color rosado e instantes después, apartó la mirada.
{ Lara }
Me encontraba todavía en Hyde Park, enfrascada en mis reflexiones. Comenzó a sonar una canción en mi lista de reproducciones aleatorias de Spotify. Al principio únicamente me fijé en lo bonita que era la música, pero a medida que avanzaba me fijé en la letra.
"How can you miss someone you've never met?
'Cause I need you now but I don't know you yet
But can you find me soon because I'm in my head?
Yeah, I need you now but I don't know you yet"
Comencé a darle vueltas a lo que decía. Me recordó en parte a lo que Alina me había dicho aquella mañana sobre lo de necesitar a alguien que me recuerde lo que es ser querida. Seguro que habría mil y una formas de interpretar la letra de esa canción, pero mi mente lo relacionó con eso.
Quizá era cierto, que inconscientemente echaba de menos a una persona que aún no había conocido. A aquella persona que me ayudaría a salir de esa relación tóxica y destructiva en la que me encontraba. La necesitaba en ese momento pero todavía no sabía quien era.
Añoraba lo sencilla que era mi vida hace siete años. Mi preocupación mas grande era interesarle al chico que me gustaba. Cómo habían cambiado las cosas... solía ser una persona tan segura de sí misma. No dejaba que nadie se interpusiera en el camino para lograr mis objetivos. Si alguien me hacía daño no dudaba dos veces en alejarme y seguir con mi vida. ¿Por qué me había vuelto tan emocionalmente débil? Tal vez Iván estaba consiguiendo su propósito y me estaba volviendo sumisa.
Estaba totalmente concentrada en estos pensamientos cuando sentí que alguien me estaba mirando. Levanté la mirada hacia la dirección de la que provenía la sensación.
Al principio, pensé que se trataba de alguien que me había mirado accidentalmente. Tardé unos segundos en darme cuenta de quién se trataba al reconocer aquella gorra. Era la del chico con el que me había tropezado la noche anterior.
Comencé a ruborizarme inconscientemente y cuando sentí que mis mejillas ardían desvié la mirada avergonzada. Esperaba que no me hubiera reconocido. O, ¿esperaba que lo hubiera hecho?. Realmente no sabía lo que quería. De pronto, mi respiración se aceleró. Qué me pasaba... ni siquiera conocía a ese chico y parecía una adolescente antes de dar su primer beso.
Mi cabeza dio otras mil vueltas en los segundos posteriores, hasta que todos los pensamientos se detuvieron al escuchar que unos pasos se acercaban hacia donde yo me encontraba.
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Black and White
Fanfiction"De pronto, mis ojos se posaron en una persona. Aquel cabello mayormente oscuro y ondulado lo había visto en alguna parte antes. Una chica estaba sentada en un banco a pocos metros de mí y parecía estar ensimismada en sus pensamientos a la vez que e...