{ Lara }
Me desperté a la mañana siguiente apoyada sobre el pecho desnudo de Mikel. Él se encontraba abrazándome de la cintura. Aparté su mano con cuidado para no despertarle y salí de la cama sin hacer ningún ruido.
Fui de puntillas hasta la puerta para después abrirla y salir de la habitación. Me dirigí al baño del pasillo y cerré con pestillo detrás de mí. Me miré en el espejo: estaba demacrada. Tenía bolsas debajo de los ojos, y estos estaban rojos e hinchados, probablemente de tanto llorar. Abrí el grifo y junté mis manos para acumular agua y poder lavarme la cara.
Entonces, los recuerdos del día anterior comenzaron a venir a mi mente como si de flashbacks se trataran. Los preciosos ojos azules y somnolientos de Niall mirándome; el dulce sabor de su último beso antes de salir de la habitación; la ilusión al contarle a mi mejor amiga lo feliz que era... Y, cómo no, la voz de la presentadora hablando sobre el embarazo de Amanda; las súplicas de Harry en el hall del hotel para que no me marchara; el interminable desfile de lágrimas mientras le relataba la historia a Mikel...
Es increíble cómo las cosas pueden torcerse en tan solo un instante. Un día estás eufórico por creer que has dado con el amor de tu vida, y al otro te encuentras con que todo era una farsa.
Ya no podía ser una ingenua y continuar negando la realidad. Amanda y Niall se habían acostado, y algo dentro de mí me decía que habían continuado haciéndolo. Esos dos habían estado jugando conmigo y con mis sentimientos. De no ser así, ¿qué otra razón podría Niall tener para habérmelo ocultado durante tanto tiempo? Me había ocasionado un sufrimiento infinitamente superior del que hubiera sido de habérmelo contado antes de crear aquel vínculo que habíamos creado.
- ¿Lara, estás ahí? - unos golpes no muy fuertes en la puerta me sacaron de mi ensimismamiento.
- S... sí, ahora salgo. - respondí a la vez que me secaba la cara con una toalla azul de mano.
Miré una vez más a mi reflejo y salí del baño fingiendo una pequeña sonrisa. Mikel me miró pensativo.
- Conmigo no tienes que actuar como si todo estuviera bien. - dijo a la vez que llevaba su mano a mi mejilla para acariciarla.
Dejé que la sonrisa que tenia en mi rostro se desdibujara lentamente. Él me rodeó con su brazo y nos dirigimos hacia la cocina.
Una vez allí, le ayudé a preparar el desayuno y a poner la mesa. Yo no tenía hambre, pero me obligué a comer una tortilla francesa que me había cocinado, por respeto. Apenas terminé el último bocado, dejé los cubiertos sobre el plato y miré a mi amigo.
- Debería volver a la residencia. - dije casi en un suspiro. - Deben de estar preocupados porque anoche no avisé de que no volvería.
- Está bien. Te acompaño. - respondió a la vez que se levantaba de la mesa para llevar tanto mi plato como el suyo al fregadero. - Ve a vestirte y en quince minutos salimos.
Hice caso a sus palabras y fui a la habitación a ponerme la misma ropa que el día anterior. No tardé en estar lista y en volver sobre mis pasos hasta la sala. Cuando Mikel vio que yo ya había salido, entró en la habitación y se cambió deprisa.
Lo cierto es que se había portado como un gran amigo durante las últimas horas. No creo que muchas personas me hubieran consolado durante todo ese tiempo y después ofrecido que me quedara en su casa a dormir. Además, en todo momento me había dado mi espacio para que no me sintiera incómoda. Le estaría eternamente agradecida por no haber tenido que pasar aquella primera noche sola.
A las 10:30 emprendimos el viaje hacia la residencia. Le había repetido mil veces que no era necesario que me acompañase, pero había insistido tanto que terminé por desistir. Su casa no estaba especialmente lejos, pero nos esperaba una caminata de al menos veinte minutos.
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Black and White
Fanfiction"De pronto, mis ojos se posaron en una persona. Aquel cabello mayormente oscuro y ondulado lo había visto en alguna parte antes. Una chica estaba sentada en un banco a pocos metros de mí y parecía estar ensimismada en sus pensamientos a la vez que e...