{ Alina }
Habían pasado unas semanas desde que Andrea, Julio y Lara se habían ido a España, y yo había conseguido retomar la rutina del despacho. Resultaba tedioso tener que trabajar cuando por fin comenzaba a mejorar la temperatura en Manchester. Apenas había comenzado mayo pero se podía respirar la primavera en el ambiente. Mi nariz, en cambio, no estaba tan agradecida al cambio de estación ya que era muy alérgica al polen.
Cogí las llaves del piso y las metí en mi bolso antes de abrir la puerta para salir a la calle. Me moría por llegar al despacho y estar rodeada de trabajo hasta pasada la tarde... Por supuesto, era ironía. Estaba enamorada de aquella ciudad, pero la experiencia no estaba siendo exactamente como había imaginado en un principio.
Lo cierto es que incluso antes de viajar era consciente de lo mucho que tendría que trabajar, pero también esperaba tener tiempo para conocer lugares y disfrutar de tiempo libre. Nada más lejos de la realidad. Exceptuando las primeras semanas de mi estancia, cuando sí tuve mucho tiempo para dedicarlo a conocer gente nueva y a hacer turismo, el resto había sido trabajar, trabajar y más trabajar. Y es precisamente así como había estado desde que mis amigos se marcharon: enterrada en una pila de papeles.
Estaba tan sumergida en mis pensamientos que ni siquiera reparé en la persona que venía de frente a mí, y terminé por estamparme contra ella.
- ¡Ey! ¡Mira por dónde vas! Me has pisado. - me dijo de malas maneras.
Alcé la cabeza para mirar al sujeto tan desagradable con el que había tenido la mala suerte de tropezar, y le dediqué mi mejor cara de asco.
- Tienes razón, lo siento. Aunque, tratando de sacarle a esto una parte positiva, se supone que pisar mierda da buena suerte. - dije sin tapujos, y me giré para marcharme de ese lugar lo más rápido posible.
Seamos sinceros, aquel hombre merecía una mala contestación. Pero también es cierto que me había alterado muy rápido. ¿Que por qué estaba tan irritable e irascible? No lo sé a ciencia cierta, pero probablemente tuviera algo que ver con la sensación constante de angustia que tenía. Sentía que algo malo estaba a punto de suceder, como la calma antes de la tormenta. Traté de sacudirme todas esas malas vibras y continué caminando a paso ligero.
Di unos cuantos pasos más hasta que el sonido de una llamada entrante me obligó a detenerme. Tardé unos segundos en encontrar el móvil en el bolso hasta que por fin pude mirar la pantalla: número desconocido. Fruncí el ceño, temiéndome cualquier cosa. La última vez que atendí una llamada así, resultó ser Amanda con malas noticias. Respiré hondo antes de descolgar la llamada.
- ¿Sí? - pregunté dudosa.
- Hmmm... que sexy suenas hablando en español. - dijo una voz desde el otro lado de la línea. Me tensé al reconocerla, era inconfundible.
- Menuda forma de joderme el día. ¿Me quieres explicar cómo has conseguido mi número?
- Noooo. Por favor, continúa hablando en español. - respondió él.
- ¿Sabes? Gracias por llamar. Ahora puedo bloquearte. O, mejor aún, filtrar tu número de teléfono y que millones de fans te llamen a todas horas.
- Alguien se ha despertado de mal humor, ¿eh? - se pitorreó.
- ¿Qué quieres, Harry? - respondí cada vez más enfadada. Aquella llamada no terminaría bien si seguía por ese camino. - Si has llamado para reírte de mí, te puedes ir mucho a la mierda.
Me quité el teléfono de la oreja con la intención de apretar el botón para colgar, pero no llegué a hacerlo.
- ¡No! - gritó. - Perdona. Es por otra razón, aunque reírme de ti siempre es una delicia.
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Black and White
Fanfiction"De pronto, mis ojos se posaron en una persona. Aquel cabello mayormente oscuro y ondulado lo había visto en alguna parte antes. Una chica estaba sentada en un banco a pocos metros de mí y parecía estar ensimismada en sus pensamientos a la vez que e...