Capítulo 24

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{ Lara }

Cuatro años de carrera. Cuatro años de estrés, risas, llantos, aprendizaje. Cuatro años de buenos momentos. Cuatro años desde que conocí a Alina y a otras tantas personas maravillosas. Cuatro años que llegaban a su fin ese día, en unas pocas horas.

Me miré al espejo por vigésima vez aquella hora y sonreí.

Me miré al espejo por vigésima vez aquella hora y sonreí

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Lo había hecho. Otra etapa de mi vida concluida. No podía creer que estuviera a punto de graduarme y junto a mis amigas. Todo el esfuerzo había merecido la pena.

- Lara, ¿estás preparada? - entró mi madre por la puerta. - ¿Quieres dejar de mirarte al espejo? Te vas a desgastar al final.

- Es que no me gusta mucho cómo tengo el pe... - repliqué.

- Anda calla. - Me interrumpió y se giró para salir por la puerta de mi habitación - Coge el bolso y baja al coche que estamos todos esperándote.

Obedecí a su petición y me dispuse a bajar al garaje, donde se encontraba mi familia preparada para atosigarme con miles de fotos.

- ¡Basta ya! - les dije entre risas - Estamos literalmente en un garaje, qué poco glamour para las fotos de la graduación.

Dejaron de sacarme fotos y me monté en el coche. Mi padre arrancó y condujo lo más deprisa que pudo. Sorprendentemente, llegábamos tarde. Había quedado con Alina y Andrea a las 10:00 en la Universidad. Las tres nos conocimos en el Club de Debate durante el primer año de carrera y nos habíamos convertido en inseparables.

Cuando llegué al punto de encuentro, el claustro de la facultad, pude comprobar que era la primera. Traté de recuperar el aliento que había perdido por las prisas, y comencé a teclear en la pantalla del móvil:

Grupo: Camino a la diabetes

10:07 Lara: "Os quiero asesinar a las dos, he venido corriendo para que no estéis ninguna".

En ese momento escuché unas voces escandalosas que se acercaban a donde me encontraba. Reconocería esa risa de hiena en cualquier parte. Eran Alina, su madre y su abuela aproximándose.

- Es que esta niña no sabe ir recatadita, cómo le gusta enseñar - dijo la madre.

- Déjale que enseñe lo que quiera que para lo que lo va a querer. - replicó la abuela para después dirigirse a Alina - ¡Niña lúcelo!

 - replicó la abuela para después dirigirse a Alina - ¡Niña lúcelo!

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Black and WhiteDonde viven las historias. Descúbrelo ahora