Capítulo 40

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{ Niall }

Por fin, el taxi paró frente al portal de mi apartamento. Pagué al conductor y, acto seguido, abrí la puerta del vehículo con manos temblorosas. Lara no tardó en salir detrás de mí y correr hacia la pequeña cubierta del portal.

- Corre, abre la puerta. Está empezando a llover mucho. - me suplicó mientras trataba de resguardarse de las gotas de agua, que cada vez caían con más intensidad.

Obedecí a sus palabras e intenté meter la llave en la cerradura. Sin embargo, estaba tan nervioso que necesité tres intentos para conseguir abrirla.

- Detrás de ti, princesa. - me hice a un lado mientras me inclinaba en señal de reverencia.

- En fin. - respondió divertida alzando una ceja.

Una vez en el apartamento, me deshice de la chaqueta y la colgué en la misma silla de siempre. Mi corazón golpeaba de forma frenética contra mi pecho y sabía por qué era. No era la primera vez que estaba a solas con Lara en un apartamento, pero aquella era diferente. Estábamos más unidos que nunca y por fin estábamos juntos oficialmente, lo que hacía más que posible que esa noche pasara algo.

- Ey. - me llamó desde detrás de mí. Me giré para mirarla a modo de respuesta. - ¿Estás cansado?

- ¿Qué? No. - respondí sorprendido, pero no tardé en darme cuenta de que quizá mi alicaída expresión le había conducido a pensar eso. Me acerqué un poco más a ella y la rodeé con mis brazos. - Es solo que... no quiero que te vayas.

Apartó la mirada de mí y agachó la cabeza. Odiaba haber sacado ese tema, pero debíamos tener esa conversación tarde o temprano. Antes de ese momento, cada vez que llegaba el día de despedirnos era triste. Pero ya no era solo ese el problema. Como pareja que éramos, ¿cómo haríamos para vernos? ¿cuándo sería? Es realmente complicado llevar una relación a distancia, y si a eso se le añade mi fama... Da lugar a una combinación explosiva que muchos calificarían como una pareja destinada al fracaso.

- Todavía nos queda esta noche... - dijo en un murmullo. Levanté su mentón delicadamente y junté nuestros labios. Instantes más tarde, cerré el beso con un pequeño pico y di unos pasos hacia atrás.

- Esta noche... - me llevé las manos al pelo y lo revolví, nervioso. - ¿Y después?

- ¿Después qué? - inquirió.

- ¿Cómo vamos a hacerlo? ¿Iré yo a verte? ¿Podrás tú volver a visitarme en tan poco tiempo? - las preguntas salían de mi boca casi sin pensar.

- ¡Niall! - alzó la voz mientras se acercaba a donde yo me encontraba y me tomó de la mano. - No lo sé, pero encontraremos la manera. Lo que sí sé es que todavía sigo aquí, y que no estoy por la labor de desaprovechar las últimas horas contigo, a saber hasta cuándo, si podemos evitarlo y disfrutar de ellas como merecemos.

Aquello fue suficiente para que el interruptor que tenía dentro de mí hiciera "clic" y viera la situación de una forma completamente diferente. Rodeé el cuello de Lara con mi mano y terminé de romper la corta distancia que nos separaba para volver a besarla, esa vez con mucha más intensidad. Para cuando quise darme cuenta, nuestras lenguas ya se estaban entrelazando como si fueran una sola.

No soy consciente del tiempo que estuvimos besándonos hasta que nuestras piernas comenzaron a caminar hacia mi dormitorio. Una vez allí, nos detuvimos a los pies de la cama y nos separamos para tomar aire. No dijimos nada, solo nos miramos, todavía con falta de aliento. Se mordió el labio inferior y desvió su mirada hacia los míos. Solté una sonrisa traviesa antes de volver a besarla con pasión. Con mi mano izquierda empujé levemente a Lara para que se recostara y así lo hizo. Me coloqué encima de ella, con cuidado de no aplastarla, y continué besándola como si no hubiera un mañana. Uno de sus brazos me sujetaba muy pegado a ella y el otro me acariciaba el pelo con delicadeza.

Black and WhiteDonde viven las historias. Descúbrelo ahora