47. esa canción para ti. ¹

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DÉBIL

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DÉBIL.

Finlay se levanta colgando la llamada con Olivia y baja las escaleras con prisa llegando al portero eléctrico y aprieta el botón.

—¿Hola, si?—pregunta metiendo su mano por debajo de su camiseta acomodando su brasier.

Sin embargo su cuerpo queda completamente estático cuando oye la respuesta de la voz que más había amado alguna vez.

—Hola Azul, y.yo...—su voz se corta mientras intenta encontrar compostura en sí ya que el volver a escucharla le pegó como un electro shock.

¿Harry?.

Fin se estremece y activa la cámara a la entrada para ver a su amado parado ahí, en una camiseta blanca y jeans azules, con sus lentes en la cabeza y un ramo enorme de girasoles y esas azules llamadas no me olvides en las manos.

Debo estar soñando.

—Escuché que...—traga sonoramente maldiciendo que no había retener a sus ojos de aguarse e intenta ignorar que su corazón podía oírse fácilmente—Escuché que has conseguido tu licencia de conducir hace poco, justo como lo hablamos siempre—aprieta sus dientes con su labio inferior entre ellos mientras mira a sus pies. Fin siente lágrimas salir de sus ojos al verlo ahí, no podía creer que tras las paredes y la puerta de madera, él estaba tan cerca, había pasado demasiado tiempo y creía que nada lo haría volver a ella—Pensaba que podrías llevarme de paseo, como me habías prometido—hace su mayor esfuerzo para no romperse ahí mismo.

Es que todo era fragilidad cristalina, porque con solo una palabra el amor de su vida podría romper su corazón y esperanzas a la vez.

No sabe si hubiese preferido eso a lo que oyó; silencio y el desconectar del micrófono.

Eso fué todo lo que bastó para lastimarlo más que cualquier cosa en toda su vida.

Harry cierra sus ojos con ese sonido, diciendose que merecía romperse ahí mismo y si fuera a pasar un ridículo ante los peatonales, que así sea porque no tenía las fuerzas para levantarse y caminar hasta estar lejos—Soy un puto idiota—jadea a la vez que se pone de cuclillas con las manos en su rostro dejando a los sollozos salir, odiandose por completo por haber tomado la decisión hace un año que lo hizo perder la oportunidad de tener un amor verdadero.

No podía culparla.

No la culpaba porque se lo merecía.

No la culpaba porque el tiempo había pasado ya, porque tendría sentido que haya conocido a alguien más o que su amor por el esté invernando o siendo olvidado en el pasar de los días... aunque si la culpaba por darle la señal que él había estado pidiendo siempre.

drivers license › harry styles.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora