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¿Y EL APURO?.
—¿Mañana?¿Estás loco?—su madre dice secándose con la toalla, con el ceño fruncido y una mirada de confusión mezclada con reprensión.
Harry hace una mueca mientras elige entre las tazas de su alacena—No, mami, te dije que lo más pronto posible, con suerte Sally me va a conseguir pasajes para esta noche—termina eligiendo la que una fan le había dejado en la acera en su cumpleaños.
—Pero se supone que el próximo viernes te ibas, ¿Cuál es el apuro ahora?—Gemma se une del lado de su mamá y él sonríe mirando su taza, pensando en la razón.
Debo ir a recuperar al amor de mi vida, y en verdad puede ser que tenga aún una oportunidad, es más que suficiente para dejar todo e irme.
—Ya, no hagan drama, me tuvieron para ustedes toda la pandemia, ahora tengo cosas que hacer en América—se encoge de hombros aunque sus mejillas rojas delatan a Harry, quien estaba enfocado en un escenario imaginario donde si hacía todo bien...Ah, sería todo tan hermoso si recuperaba el corazón de Finlay.
—¿Esas cosas son asuntos o se trata de una persona?—pregunta Anne entrecerrando sus ojos, leyendo que esos brillosos tenían esperanza de algo que lo ilusionaba mucho.
—Claro que no, mujer—dice pero es obvio que miente.
Gemma se muerde los labios con una idea que la ponía con la violencia a tope—Harry, juro por mi vida que si estás yendo a ver a Camille te voy a...
—¡Gemma! No digas esas cosas, claro que no—responde estupefacto mientras sube las escaleras, siendo seguido por las mujeres que al parecer no se iban a dejar de investigar sin obtener una respuesta satisfactoria—¿Recuerdan lo de Finlay?—pregunta sabiendo que eso desataría un shock.
Gemma rueda los ojos—"¿Recuerdan lo de Finlay?" No, Harry, no recordamos la razón por la que literalmente lloraste todos los días—responde sarcástica mientras codea a su mamá divertida.
Sin embargo Anne tiene la boca abierta con algo de esperanza—¿No que era ya caso perdido?—pregunta atajandose de la pared.
No podía explicar lo mucho que quiso reprender a Harry cuando le contó la historia completa con la hermana de Chris, pero como lo veía ya martillandose la cabeza con culpa, se guardó todo lo que pensaba y se resignó que su hijo ya había perdido toda posibilidad de hacer que esa jovencita que se oía tan buena y adorable sea por fin la primera relación sana y feliz del desafortunado joven que no paraba de estamparse con noviazgos inconvenientes que lo dejaban más amargo que cuando estaba "solo".
