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¡SHHHH!.
—¿Qué pasa con Finlay y Harry, papá?—pregunta Chris acercándose preocupado.
Gary balbucea viendo a su esposa llegar aún con el pantalón sin abrochar porque había oído todo desde el cuarto—A.amor, amor, no me lo vas a creer, Finlay y Harry estaban... ellos estaban-
—¡Ya, gordo! No hagas este show—le hace todas las señas posibles para que cierre la boca—¿No ves que es el fin de semana de Chris? No andes de loco por pequeñeces, NO ES EL MOMENTO—insinúa casi golpeando la pared para que entienda que no debía decir nada.
—Pero es que no los viste, estaban ahí, los vi en el patio—apunta hacia afuera y la mujer aprovecha a fondo esa oportunidad.
—No es para tanto, solo son unas rosas—Nicky se asoma a ver a Nancy y nota que trataba de detenerlo, por lo que se suma porque no podía dejar que este secreto arruine el cumpleaños de su hermoso novio.
—S.si, señor Wallace, estoy segura de que Harry tenía las mejores intenciones pero no sabía bien como hacerlo—hace más señales de "Shhh" aún sin entender cual sería la excusa que debía respaldar.
Gary se queda algo perdido, pensando en si debía hacer caso y no decir que Finlay y Harry andaban en algo muy... raro—Exacto, Harry solo quería cuidar tus rosas, no te exaltes, se que son tuyas pero...
—¿Cómo que estas así por unas rosas?¿Qué tienen esas benditas rosas y que les hicieron esos dos?—pregunta entrecerrando los ojos queriendo oírlo de papá porque no tenía mucho sentido.
Garrett observa a su nuera y a su esposa poniendo sus dedos sobre sus labios, y luego de soltar el aire abrumado pero resignado; decide guardar los gritos de pánico que quería dar al mundo porque su nena estaba correteando por ahí con una celebridad casi diez años mayor... debió callarse en la mañana al comentar en la edad de la actriz, el karma era una puta perra.
—S.si, encontré mis rosas y había un par con el tallo chueco y una rota, me asusté, lo siento—se pasa la mano por la frente quitando el sudor y Chris se encoge de hombros.
—¿Pero que pasa con las flores? Ni sabía que tu metías mano en el jardín, ¿Qué hace que sean tan importantes?—pregunta nuevamente y su madre inmediatamente se apresura en hablar.
—Es que son del mismo tipo que me regaló cuando me pidió que sea su esposa y quería que estén florecidas para nuestro aniversario, por eso su exasperación, le dije que no se preocupe tanto, estas dos semanas estuvo pendiente todo el tiempo—adorna mejor su coartada lanzando una risotada y pide con la mirada al abuelo Willie que no diga nada de su obvia tapadera.
