Capítulo 11

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XI
«Volviendo a la rutina»


Han pasado semanas desde lo sucedido en aislamiento, verdaderamente revivir esa experiencia reiniciaba cualquier avance por ser diferente, las cosas que veía eran producidas por mi cabeza y es solo el carcelero quien se encarga de que reaccionemos ante el olvido de nuestro origen. Puede que sea su plan, pero la directiva debe saber muy bien que no conseguirán hacerme un Pokémon sumiso, nunca más volveré a estar en esa posición de debilidad.

Quizás me intentaba convencer de aquello, fingir fuerza para poder continuar. Pero definitivamente todo perdía el sentido; me notaba más cansado que de costumbre, la comida llegaba a ser asquerosa y el levantarme de la cama era de las cosas más difíciles del día. Siento que puedo olvidar como se siente la felicidad.

Con estos días los intentos homicidas de Klaus se calmaron, puede ser producto de lo que vio durante su tiempo a solas con el Sigilyph; que hayan logrado contenerlo con sus tácticas macabras, al menos puedo agradecer una cosa de todo este desastre.

Ahora mismo esperaba como es habitual a que encendieran las luces, sin importar que pasara o cuanto enfrentara las cosas, dormir es algo que mi cuerpo rechaza por completo, es algo desgastante considerando que no tengo acceso a los sueños de los demás y mi compañero de celda quizás no tiene los mejores manjares en cuanto a preferencias de un Hypno. No puedo recordar la última vez que probé un buen sueño, mi estómago se quejaba cada que pensaba en ello.

Hablando ya de John, no hemos conversado casi nada, justamente esas visiones que tuve me han mantenido muy huraño al resto otra vez, e incluso con Tommi he mantenido distancias en los primeros días. Es quizás algo irracional pero tengo muy en claro que todos aquí quieren algo, eso me incluye; y si yo soy capaz de mucho por mis objetivos, es probable que los demás también tengan ese nivel de convicción.

—¿Estas despierto Elijah? —la voz del tipo lucha me paralizó.

No sabía muy bien si responderle o no, según mi punto de vista había sido bastante silencioso durante mis horas despierto en la noche, o ¿Quizás sólo está preguntando al aire? Eso puede ser, no tiene porqué saber que no estoy dormido como para simplemente revisar ¿No?

—Si. —respondí simplemente, sin moverme en mi cama.

—¿Qué haces despierto tantas horas? —me preguntó, si parece que se ha dado cuenta.

—No mucho la verdad, pero es más fácil que dormir. —le dije.

Asomé mi cuerpo por el lado de mi cama y colgando de cabeza mientras veía al somnoliento Machoke con el cual llevaba ya días “conviviendo”.

—¿Cómo dormir puede ser más difícil? —parecía incrédulo ante mí respuesta.

Rodé los ojos y bajé de un salto desde la litera para luego sentarme al extremo contrario de la cama de John, él también se sentaba dejándonos a ambos espacio para estar cómodos.

Mi compañero se notaba algo perdido en la oscuridad, incluso a mi me costaba distinguir sus rasgos sin luz, pero al menos soy capaz de deducir sus expresiones.

—Cuando lo único que ronda tu mente es material de pesadillas, pues ahí incluso cerrar los ojos mucho tiempo es desafiante. —hace mucho que deje de intentar dormir.

—¿Te gustaría hablar de ello? —la pregunta me tomó con la guardia baja— He notado como el aislamiento te afectó.

Miré a la esquina de la celda, me es muy difícil el contenerme al hablar con él, es igual que con Tommi. Eso solamente me da ganas de golpearme hasta la inconsciencia, se que no son confiables, pero el contacto es tan adictivo cuando comienza a ser positivo.

El Panóptico: Escombros. Donde viven las historias. Descúbrelo ahora