La excepción en mi plan T ©[Plan #2] ✔

39. No he huido todavía

** Verifica haber leído el capítulo anterior ya que publiqué hace rato ;)  **

Fallon

Ya no más, no voy a insistirle más a Tyler. No pienso llamarlo otra vez.

Me repito esas palabras mientras pago las golosinas que escogí en el supermercado con Dylan y nos sentamos cerca de una plaza. Los árboles que la rodean se mueven con la ligera brisa nocturna. Becca quería tiempo a solas con Theo así que opté por llevarme a mi sobrino y dejarlos disfrutar del departamento. Me alegra que mi hermana mayor tenga buenos momentos con él.

Ojalá Tyler dejara de ser tan obstinado y al menos me dejara hablar. Resoplo mientras observo las calorías en una barra de chocolate, paso saliva y no me decido a darle un mordisco luego de abrirla. Dylan da vueltas a mi alrededor con su muñeco de Spiderman. Lo abrazo y lleno su cara de besos.

—No tía Fa —se queja el rubio intentando zafarse.

—Como que no. Yo soy tu única tía, ricitos de oro. Me amas.

—No —ríe y lo beso más.

—Dylan, ámame —le imploro haciendo un puchero mientras me mira.

Él me acerca su muñeco para que lo bese.

—¿Si lo beso me amarás?

Asiente mostrándome sus pequeños dientes y beso al muñeco.

—Ahora es tu turno.

—No —repite y sale corriendo.

—Eso es trampa —exclamo limpiando mi boca. Se que Spiderman estuvo en el suelo esta mañana y que no se ha bañado.

Observo la barra de chocolate nuevamente y finalmente tomo un pedazo. El sabor es tal y como lo recordaba. Es exquisito, su relleno se esparce en mi boca y es un festín para mis papilas gustativas hasta que las nauseas se hacen presente y termino escupiendo todo. Aun después de estos años no puedo ni siquiera disfrutar un poco de esto. Aplasto el chocolate y opto por tirarlo a un basurero cercano.

—Lo has probado y ese es un gran paso —musita una voz masculina haciendo que de un respingo por el asombro.

Tyler está aquí, luce malditamente apuesto con esa camiseta negra y su jagger estilo militar. Sus labios están teñidos de rojo al igual que la paleta que tiene el deleite de deshacerse en su boca. La atracción que él emana es casi tangible. La brisa juega con los rizos desordenados de su cabello. Estoy babeando mentalmente hasta que el recuerdo de su comportamiento me abofetea obligándome a alejarme de su hechizante presencia.

Lo he echado tanto de menos…

—Fallon espera.

—¿Ahora si quieres hablar? —espeto tomando la mano de mi sobrino —. Vámonos a casa, Dyl.

—Fallon… —el pelinegro se interpone en mi camino y solo obtiene mi silencio —. Me evitaste durante unos días y luego cuando logro verte resulta que estabas en brazos de tu ex.

—¿Y eso te da el derecho de hacerte ideas erróneas sin ni siquiera escucharme? ¿Al menos te interesaste en averiguar que me llevó a ese momento?

Él tensa su mandíbula y tira al basurero lo que queda de la paleta.

—No me estoy excusando Tyler. No estaba en sus brazos de la manera que tú piensas. El día que agredieron a Theo mi madre apareció en el hospital. No la veía desde que mi hermana y yo nos fuimos de casa. Ella detesta los hospitales y la razón más válida que tuve es que estaba ahí por mi abuela Grace quien padece Alzheimer. Averigüé que se hizo daño a sí misma en la casa de reposo donde la tenían y que agredió a unas enfermeras porque no recordaba quienes eran —la voz me tiembla.

Tyler intenta acercarse, pero no le permito.

—Mi madre es una bruja, nos odia. Repudia a su hija la ex obesa por no cumplir con sus estándares de belleza y a su hija la madre soltera, quien no abortó —me desahogo —. Cody sabía lo de mi abuela desde hace años. Yo la visitaba hasta que mi madre me descubrió y la sacaron de la casa. Te evité porque estaba tratando de ver a mi abuela y Cody se ofreció a ayudarme cuando me escuchó hablar con su médico por teléfono afuera del edificio. No pude evitar llorar en ese instante y me consoló  durante un momento hasta que le dije que debía hablar contigo ya que eres mi novio y que debe respetar eso.

—Lamento ser un bruto… —se disculpa.

—Casa, tía —Dylan tira de mi mano y lo alzo en mis brazos.

—Eres un total bruto, Tyler. No pretendía ocultarte nada, solo esperaba el momento oportuno para contártelo. Debes aprender a confiar en mí. ¿Crees que porque las chicas en la universidad presuman junto a mí sobre haberse acostado contigo yo dejo que me afecte?

Él evita mirarme, tomo su mentón para hacer que sus azules ojos me observen.

—Es tu pasado. Se que crees que eso me afecta y que tienes miedo a que te lastime o que te abandone por lo de Giselle, pero mírame no he huido todavía, no tengo motivos para hacerlo —le doy una sonrisa y finalmente dejo que me abrace.

—A veces no te merezco, pichoncito —besa mi mejilla y Dylan lo golpea con su muñeco para luego esconder su rostro —. Creo que no le agrado.

—Suele ser algo tímido.

—¿Quieres ir por pizza chicken little? —pregunta y golpeo su pecho —. Auch, está bien es que su cabello dorado me recordó a un pollo recién nacido —se excusa haciéndome reír.

—Los niños, no son lo tuyo.

—Prefiero ser el tío sexy, novio de la pelirroja sexy —me guiña un ojo y besa rápidamente mis labios.

Mi celular suena con una alarma que especialmente no esperaba escuchar tan pronto. Mis nervios se esparcen por todo mi cuerpo cuando veo las imágenes que muestra la pantalla gracias al sistema de vigilancia que Theo nos había obligado a instalar en el departamento luego de que Becca le contara del acosador —algo que aun no le contaba a Tyler —. Agradecía que conociera a Shane el mejor amigo de Dexter quien sabía de robótica y otros temas asociados.

—¿Qué sucede? —indaga Tyler al ver como me tiembla la mano.

El celular cae al césped donde estamos parados y puede ver lo mismo que yo, mi hermana y Theo siendo amenazados en nuestro propio departamento.

—Llama a la policía —gruñe extendiéndome rápidamente su móvil.

Nota de la autora:

*Babeando por Tyler*

Por cierto publiqué una nueva historia ¨Tardes de primavera¨. Será una historia corta, pronto subiré  el primer capítulo, espero que les guste :3
   
 

Margo tiene los días contados, así lo ha decidido, pues no pretende vivir en un mundo donde su hermana mayor Emma será desconectada, diciéndole adiós a un coma que la ha mantenido postrada a una cama durante meses.

El día llega y su decisión se pone a prueba cuando Jared, el amigo que tiene por correspondencia, aparece en su puerta intentando confesarle un gran secreto.