Theo
Gracias al cielo y al cerebro de Jake para hackear pudimos ingresar al celular de la profesora Valeska Barner. Maldecía la hora en la que mi calenturiento miembro la había deseado y se había introducido en ella. ¿Cómo iba a saber que nos estaba grabando y que me chantajearía con eso?
Le hubiera pedido el favor a mi hermano ya que sabía que él sin duda alguna podía hacerlo, pero muy dentro de mí sabía que primero tendría que buscarle una solución por mi propia cuenta. No quería que se preocupara y menos que Abby se enterara.
Me dirigía al departamento que compartía con Tyler y de pronto la espectacular vista de un buen trasero se atravesó en mi campo de visión. La chica usaba un suéter rosa junto a un jean y unas sandalias de tiras blancas que dejaban al descubierto sus uñas pintadas de rojo al igual que su largo cabello con suaves ondas.
Se veía algo exhausta mientras trataba de callar al pequeño niño rubio frente a ella.
—Dylan, por favor ya no llores cariño —le rogaba, pero él seguía llorando y parecía no querer parar. Giró su cabeza y nuestros ojos se encontraron.
Casi dejé de respirar al ver su rostro por completo. Ella era toda una belleza, sus ojos eran del mismo gris que los míos o aún mejor. Sus pechos resaltaban de manera favorable, no pude apartar mi mirada de ahí.
—¿Se te perdió algo ahí, niño? —indagó con burla y aparté la mirada.
¿Niño?
Ella lucía casi de mi edad.
—Mami, quedo oto —sollozó el niño y me sorprendí por un momento.
—Te compraré otro después, tenemos que ir a ver a la tía Fallon.
—Ño, yo quedo oto —exigió el pequeño.
—¿Puedo ayudar en algo? —indagué agachándome junto a ella y al rubio. Ella olía como a talco para bebés y a galletas.
—Si tienes algún juguete que él podría amar en tu mochila, para que olvide que perdió el suyo, sería genial —me dijo con una cálida sonrisa.
Diablos sus labios me hicieron fantasear con besarla.
Tras breves segundos pensando, abrí mi mochila y saqué un auto al más puro estilo de un Transformers que había creado mi hermano especialista en robótica, el cual se lo había quitado esta mañana luego de pasar a dejarle unas golosinas a mi glotona cuñada. Lo quería para que descansara junto al gran televisor donde Tyler y yo jugábamos videojuegos.
El niño miró asombrado el juguete y estiró su mano para tomarlo. Me estaba costando soltarlo y de seguro Dexter me preguntaría por él. No quería que la pelirroja a mi lado lo notara, aunque por como sujetaba el auto supuse que ella intuyó que no lo quería dejar ir.
—Te lo daré si dejas de llorar, amiguito ¿bien? —él asintió y finalmente vi a mi juguete irse con él.
—Muchas gracias —musitó la chica y se levantó cargando al pequeño.
Me puse de pie y vi como ella le sonreía a su hijo.
—Soy Becca, por cierto —se presentó extendiendo su mano y la tomé gustoso.
—Theo.
—Adilla, mami —balbuceó el niño mirándome y mostrándome sus dientes.
—Sí mi amor como la ardilla —dijo su madre.
Diablos, ahora esta chica creía que yo era una versión de Theodore de la película Alvin y las ardillas.
—Espero no te moleste, él ama esa película.
—Está bien —dije restándole importancia sin apartar mi mirada de sus labios, sentí que el ambiente se calentaba cuando ella miró los míos y le dio un vistazo rápido a mi cuerpo.
—Bueno tengo que irme —manifestó.
¿Cómo carajo iba a detenerla para que al menos me diera su número?
Otra chica pelirroja se acercó a nosotros, se veía molesta mientras mascullaba maldiciones. La reconocí de inmediato y traté de evitar su mirada.
—Pero si es el amiguito del tipo al que acabo de dejar sin pelotas —espetó con gracia burlona.
—¿Qué hiciste qué? —indagó su hermana tirando de su oreja.
—Tía Fal —farfulló Dylan y ella apretó sus mejillas.
¿Acaso ella dijo algo de Tyler?
—Suéltame Bec —se quejó Fallon.
—¿Qué le hiciste a ese pobre chico? —inquirió su hermana molesta.
—¿Tyler te faltó el respeto? —ella hizo un mohín y evito mirarme —. Disculpa mi mejor amigo puede ser un idiota a veces, pero no creo que para merecer un golpe en las pelotas.
—Fallon será mejor que te disculpes con ese chico —le ordenó Becca.
—Pero él me arrojó un balón en la cara y luego se fue como si nada —reprochó la pequeña pelirroja.
Debía admitir que era hermosa también, pero quien más llamaba mi atención era Becca. Me preguntaba quién era el afortunado hombre que tenía la dicha de verla a diario y de disfrutar de ese candente cuerpo.
Mierda, estaba pensando con el pene y no con el cerebro.
¿Cómo hacerlo después de notar que su suéter se había alzado un poco y dejaba a la vista un tatuaje?
Una palabra en letra cursiva descansaba sobre su piel cerca del borde del pantalón. Mis manos morían por querer tocarla y saber más sobre ella.
¿Qué demonios me pasaba?
Vi como Fallon se marchaba frustrada tras tener una breve discusión con su hermana la cual me perdí por pensar en otras cosas. Becca resopló molesta y acomodó el cabello de Dylan con sus manos.
—Lamento el comportamiento de mi hermana, espero que tu amigo esté bien. Tengo que regresar a casa.
—Te acompaño —dije sorprendiéndome a mí mismo.
—¿Nadie te dijo que no debes acompañar a extraños a sus casas? —indagó con una ligera sonrisa.
—Creo que estoy grandecito para tomar mis propias decisiones —declaré y ella arqueo las cejas.
—Eres un niño muy adorable Theo —apretó una de mis mejillas.
—Adilla mami, adilla —balbuceó el rubio.
—Bien, puedes hacerlo.
—Solo espero que tu esposo no quiera colgarme de las pelotas.
—Soy madre soltera Theodore —confesó y tras sus palabras sabía que había una historia que aún le dolía contar.
Luego de unos minutos caminando y hablando con ella descubrí que tenía la edad de mi cuñada Abigail, veintitrés. Que trabajaba en una guardería y que Dylan era lo que más amaba en el mundo. Cuando pregunté por el resto de su familia guardó silencio y solo me dijo que Fallon era todo lo que tenía junto a su hijo.
Al llegar no podía creer donde estaba parado, el edificio donde yo vivía. Tampoco podía creer que estaba viendo a la loca de Valeska Barner esperándome junto a su auto.
Jodida mierda la que se avecinaba.
Nota de la autora:
Creo que tenemos a un dolor de trasero a la vista :/
Es el turno de las chicas.
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La excepción en mi plan T ©[Plan #2] ✔
Teen FictionTyler y Theo son los reyes de las fiestas en la universidad a la que asisten. Populares, carismáticos y sexis son como los describen las chicas. Las cosas se pondrán de cabeza cuando las hermanas Rydel se crucen en su camino y les demuestren que no...