35. Un nuevo vecino

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Fallon

Mi hermana está tan angustiada por Theo al igual que Tyler y Abby. Los médicos nos dijeron que estaría bien, tardará unas semanas en recuperarse debido a sus lesiones internas. ¿Quién podría hacer algo así?

No conozco del todo a Theo, pero me parece un buen chico. Los chicos buenos no merecen cosas así. Toda esta situación me hace pensar en lo sucedido con Cody. Veo al hermano de Theo aparecer en la sala de espera, su prometida corre a abrazarlo a él y a la mujer junto a ellos quien no deja de llorar.

—Mi pobre bebé —solloza.

—Él estará bien mamá —la consuela Dexter.

—Es mi mejor amigo, quien puede hacerle eso a alguien como él —masculla Tyler mientras acaricio su espalda.

—Los médicos dijeron que se recuperará —intento consolarlo.

—Alguien tuvo que mandar a esos tipos Fallon, ni siquiera les robaron algo.

—¿Quién podría odiar así a Theo? —indago.

—Tendré que averiguarlo —responde con tono frio y se calla durante unos segundos.

Mi hermana no deja de pasearse por la sala de espera mientras habla con alguien por su celular, supongo que con Naline ya que tuve que dejarlo con ella cuando nos llamó por lo ocurrido. Charla un momento con la familia de Theo y luego me llama para hablar a solas.

—Es mi culpa, Fallon —me dice al borde de las lágrimas.

—¿Por qué dices eso? —inquiero en voz baja.

—Yo...y.. escuché como uno de esos tipos le pedía que se alejara de mí —confiesa —. Nos encontró Fallon, la maldita sombra nos encontró. He sentido su presencia desde hace tiempo.

Todo mi cuerpo se tensa. La sola idea de que el extraño que nos vigila y por el cual tuvimos que mudarnos, nos haya encontrado, me pone en alerta máxima. No saber quien es y qué quiere de nosotras es algo que turba nuestra paz.

—¿Por qué no dijiste nada Becca? —la abrazo mientras llora.

—Soy el adulto responsable que tiene que ver por ti y por Dylan. Si algo le pasa a Theo no podré perdonármelo. Fallon debemos llamar a...

—Así que volvemos a vernos —siseó una voz conocida detrás de mí.

Eleanor McGuire, nuestra madre estaba de pie junto a nosotras mirándonos como la gran decepción que siempre habíamos sido para ella.

—¿Qué quieres Eleanor? —escupí con resentimiento.

—Creo que no te enseñé modales suficientes niña ingrata, aunque al menos mis palabras sirvieron para que dejes de lucir tan obesa.

Mis puños se apretaron de inmediato. ¿Era posible odiar a tanto al ser que te dio la vida?

—Vámonos Fallon —musitó Becca.

—¿Qué haces aquí? —pregunté con cautela.

Mi madre no era una mujer de hospitales, odiaba venir a ellos y la única razon por la cual lo hacía era por mi abuela Grace, su madre. Quien presentó alzhéimer debido a su edad y quien era la única que parecía amar en sus ratos de lucidez a sus nietas exiliadas.

Cuando nos fuimos de casa, intenté visitarla muchas veces a escondidas ya que sabía que mis padres no pasaban tiempo ahí. Una de las empleadas solía ayudarme hasta que un día llamó y me dijo que la descubrieron. Le rogaba al cielo que la abuela estuviera bien, al menos sabía que tenía una muy buena atención.

La excepción en mi plan T ©[Plan #2] ✔ Donde viven las historias. Descúbrelo ahora