20. Otros labios

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Procura verificar haber leído el cap anterior ya que actualicé hace unas horas ;)

Becca

La música era muy buena, Theo bailaba de maravilla. Sus manos tocaban mi cintura de manera gentil, pero al mismo tiempo de una manera que hacía que mis hormonas despertaran como cada vez que estaba junto a él.

—Hey Fox ¿por qué no nos has presentado a tu amiga? —indagó un chico rubio de ojos color miel junto a dos tipos más que no dejaban de mirar mi pecho.

Por alguna extraña razón no pude evitar recordar a mi hijo cuando estaba más pequeño y quería toda la leche que habitaban en ellos. Intenté reprimir la risa, gesto que no pasó desapercibido por el rubio y que por lo visto lo tomó como alguna invitación para que me hablara.

—Hola hermosa, soy Reese.

—Ella Becca y no le interesa —manifestó Theo con algo de severidad.

—Tranquilo, solo estoy siendo amable.

—Pues se amable en otro lado Reese.

—Te recuerdo que esta es el departamento de mi hermano.

—Lo sé, es un gran tipo a diferencia de ti —masculló y el rubio arqueó una ceja intentando adivinar por qué Theo le hablaba así.

—¿Becca bailas conmigo? —ofreció.

—No gracias, estoy bien aquí con Theo.

Él sonrió con astucia.

—Tienes que darme la fórmula, Fox. Creo que has cogido a media universidad e incluso llegaste a cogerte a la maestra Barner —muerde sus labios para luego darle una palmada a Theo.

Tal vez el tipo espera que me sorprenda o que le reclame algo, pero yo no puedo juzgar la vida de Theo cuando también cargo con un pasado similar.

—Cierra la boca, Reese.

—Descuida, a tu noviecita no parece molestarle o es otra de tus zorritas adoradoras de tu polla.

Apreté mis puños y tomé de la mano al castaño quien parecía querer matar al rubio.

—Donde él meta su pene no es tu puto problema. Y si soy o no una de sus zorritas, tampoco es tu gran puto problema. Al menos no necesita ser un patán para llamar la atención de una chica o de una maestra. Ve a joder a alguien más, ricitos de oro.

—Auch —se escuchó decir a sus dos amigos.

Pasé junto a él tirando de la mano de Theo.

—¿Así que necesitas que tu zorrita sea la que te defienda? —instigó Reese.

Mi compañero soltó mi mano y me pidió esperar un segundo. Se acercó de manera amenazante y lo tomó de la camiseta para arrinconarlo contra la pared.

—Theo... —intenté persuadirlo.

—Vuelve a llamarla así una vez más.

—Siempre haces que te defiendan sin importar como mierda les dejas el corazón —escupió el tipo —. Sabías que Valeska me interesaba y no te importó acostarte con ella, soy yo el que tiene que aguantar cada lloriqueo que hace cuando tú la rechazas o cuando te la follas y no la llamas.

—Eres su primo menor maldito enfermo.

—Y tú su maldito estudiante. Ve, folla con la zorrita. Deja en paz a Valeska o tal vez tu cuñada quiera volver a verme ...—un golpe atravesó la cara del rubio y un pequeño grito salió de mi garganta.

Comenzaron a pelear en el suelo y ya pronto tenían a un grupo rodeándolo, pero nadie hacía algo por detenerlos. Hasta que un chico de piel canela intervino alejando a Theo de Reese.

—Hey, hey. Tranquilo, tienes que calmarte.

—Suéltame Bruce —masculló.

—Sabes que cuando está drogado dice muchas estupideces.

—¡No te vuelvas a meter con Abby o con Becca! ¡Entendiste! —lo amenazó dejándome sin palabras ante todos.

Vi un corte sangrar cerca de su ceja y no pude evitar sentirme mal.

—¿Dónde puedo hallar un botiquín? —le pregunté al tal Bruce mientras él se encargaba de dispersar a la gente.

—En el baño, está al fondo a la izquierda.

Tomé de la mano a Theo quien me siguió maldiciendo por lo bajo.

Entramos y cerré el baño con seguro, lo senté sobre el váter y busqué el dichoso botiquín. Saqué algo de algodón y lo bañé con alcohol para limpiar la herida en su frente.

—Auch —se quejó.

—Lo siento.

—Discúlpame, no debí actuar así.

—Descuida puedo defenderme sola. ¿Qué pasó entre ese tipo y tu cuñada?

—Abby vino hace un mes a dejarme una escultura que era parte de una de mis clases. Ella estaba algo perdida y se encontró con Reese quien intentó propasarse. Mi cuñada lo golpeó en las bolas, cuando me encontró me contó lo sucedido. Fui a buscarlo y resultó que estaba drogado. Según él no recordaba lo sucedido. Le pidió disculpas a Abby, pero ahora comprendo que me vio la cara de imbécil.

—No lo eres, Theo. No tenías por qué defenderme, tampoco.

—No me gustó escuchar esa palabra en su puta boca.

Le di una corta sonrisa y me concentré en curar su corte durante unos minutos. Sus manos descansaban en mi cadera, mi respiración estaba algo agitada con su cercanía. La música volvió a escucharse a todo volumen afuera. Di un paso para acercarme a Theo y ya casi tenía su nariz entre mis senos.

—Becca ...—musitó como si le costara hablar y apretó mi cintura.

—Sí... —jadeé sintiendo sus manos alzar la tela de mi vestido.

Se arrodilló frente a mí y tiró de mi braga lentamente. Mis manos se enredaron en su cabello y él me miró a la espera.

—Déjame sentirte Becca —solicitó y yo asentí dejándome llevar por mis impulsos.

La lengua de Theo acarició de manera concisa cada pliegue de mi parte más íntima, arrancándome los gemidos que he suprimido por años. Agradecí mentalmente a Naline por recordarme que me depilara y que usara ropa interior sexy esta noche.

Este chico era un experto, su boca tomaba todo a su paso, sabía cómo llevarme a la gloria sin ni siquiera haberme besado primero. Bueno, quien diría que él besaría mis otros labios antes que los principales.


Nota de la autora:

No le digan a mi papá que escribo porno novelas 7w7 o que lo intento al menos.

¿Seguimos subiendo la temperatura?

P.D. Para quienes me siguen en insta sabrán que dije en una de mis historias que actualizaría mis tres novelas en proceso. El cap de Axel y Julieta (Anhelos robados) lo tengo a medias, así que mejor les di otro más de esta historia.

La excepción en mi plan T ©[Plan #2] ✔ Donde viven las historias. Descúbrelo ahora