22. Santo cielo

671 96 21
                                    

Publiqué hace rato revisa haber leído el cap anterior :3

Theo

Becca toma mi cabello de manera posesiva para acercarme aun más a su entrada. Mi lengua juega con ella de manera cautelosa esperando llevarla a la gloria. Sus suaves gemidos me hacen imaginarla en posiciones distintas en los que podría darle mayor placer.

—Theo... —gime mi nombre.

Beso sus piernas de manera lenta y delicada, ella tiembla un poco y una sonrisa victoriosa se esparce por mis labios. La miro desde abajo y luce tan sonrojada, queriendo igualar el color de su cabello, sigo subiendo la tela del vestido y beso sus caderas hasta llegar cerca de sus senos. Justo cuando estoy por darles mi total atención la puerta del baño es tocada con insistencia.

Maldigo por lo bajo en lo que Becca se apresura a acomodarse ese vestido que muero por quitarle de encima.

—¿Becca estás ahí? —pregunta la voz de Fallon.

—Sí, ya salgo —responde nerviosa.

Miro a Becca y le doy paso para que abra la puerta mientras observo mi herida en el espejo que hay aquí dentro. Apenas abre Fallon abraza con fuerza a su hermana. Parece molesta y afligida.

—¿Qué sucede? —indaga la mayor de las Rydel.

—Quiero irme de esta maldita fiesta ahora —exige limpiando algunas lágrimas.

—¿Está todo bien? —inquiero.

—Llévanos a casa por favor —suplica la pequeña pelirroja y con eso me da a entender que no debo seguir preguntando.

—Está bien se lo diré a Tyler.

—No, el está ocupado. No es necesario —gruñe y comprendo que algo sucedió entre mi mejor amigo y ella.

Salimos de la fiesta luego de ver a Tyler bailar con Giselle, luce molesto mientras bebe. Le pido a Bruce que lo vigile y me llame si algo sucede. Por lo general comete estupideces mientras bebe. Al parecer lo necesita esta noche.

El camino a casa se vuelve algo tortuoso al ver a Becca tan sonrojada a mi lado y su vestido arrugarse sobre sus tersos muslos. Me mira por el reflejo de la ventana y una corta sonrisa me hace pensar que ella está pensando lo mismo que yo.

Bajamos del auto, subimos al ascensor y procuro dejar a las chicas en su departamento. Fallon entra de prisa y se encierra en su habitación.

—Creo que no fue una noche grata para ella —murmura Becca.

—Pienso lo mismo.

—Estará bien, tal vez solo ha sido un malentendido lo que sea que haya pasado. ¿Quieres pasar? —pregunta con duda.

Asiento y entro dándole un vistazo a todo.

—Iré a ver como están Dylan y Naline.

La veo ir a una habitación, abrir la puerta y unos cortos minutos después sale.

—¿Todo bien?

Ella asiente con una sonrisa: —Están dormidos.

No puedo dejar de mirarla mientras se sienta en un sofá y se agacha a quitarse los tacones dejando ver todo su escote. Paso saliva con dificultad.

—Me estaban matando. Hace mucho tiempo que no los usaba —comenta sin saber como me afecta verla en esa posición.

—Te ayudo —digo acercándome para sacar la fina correa que rodea su pie.

Levanto su pierna y quito sus zapatos con delicadeza. La escucho respirar con dificultad ante mi tacto.

—Lamento haber arruinado parte de tu noche —se disculpa.

—No te preocupes. No ha sido tu culpa encontrarte con Reese.

Ella asiente y los dos nos erguimos al mismo tiempo provocando que nuestros cuerpos choquen y que nuestros labios estén a nada de ser tocados.

—Creo que debería irme —susurro tomando su cintura.

—Sí... —titubea —, deberías.

—¿Estás segura? —indago bajando mis manos a su trasero.

—Yo...

Es todo lo que necesitaba para besarla, para reclamar cada gemido que escapa de ella mientras nos alejamos del sofá y me guía a una habitación que puedo notar que es suya.

Caemos en la cama, quito toda su ropa junto a la mía. Beso su cuello hasta llegar a las cimas de sus pechos, paseo mi lengua por ellos hasta darles leves mordiscos.

Sus piernas se enrollan en mi cintura buscando mi entrepierna. La cual al encajarse perfectamente en ella le roba un grito de placer el cual logro atrapar con mi boca mientras me hundo en ella.

No pensé que esta noche sería tan placentera con esta mujer a mi lado.

Embisto con delicadeza hasta ir aumentando el ritmo, su cabello rojo se esparce por la cama. Sus uñas se clavan en mis brazos hasta que coloco sus piernas en mis hombros.

—Santo cielo... —gime.

Y es exactamente donde me siento cada que Becca sonríe desde que la conocí.

Nota de la autora:

Disfruten 7w7

P.D. Acabo de escribirlo desde mi celular, así que perdonen las faltas. Mañana lo edito en la compu. Hasta eso  solo gocen 😈😊

La excepción en mi plan T ©[Plan #2] ✔ Donde viven las historias. Descúbrelo ahora