Theo
Hace unas horas estaba disfrutando de sexo ardiente con dos hermosas chicas en mi cama y ahora cargaba a un pequeño en mis brazos. Un pequeño por quien me hice responsable ante la vieja bruja de su abuela.
No sabía realmente lo que decía, no le tomé tanta importancia al peso de mis palabras, solo supe que no podía dejar que esa mujer humillara así a su propia hija y que hablara mal del niño. Un ser que no tiene la culpa de nada y por el cual su madre daría todo.
Yo conocía a duras penas a Becca, aun así, la química sexual entre nosotros fue evidente. Verla como mamá oso y saber un poco de su historia me hizo admirarla. Pensé en mi madre y en cómo había sufrido hace años por el infeliz de mi padre, quien tuvo la osadía de matarse frente a mí y a mi hermano en su auto, arrojándose a un risco. Fue duro para ella criar a dos varones traviesos, pero lo hizo con el más grande amor. Siempre hemos sido su prioridad. Me alegraba que ahora Ben, mi padrastro, fuera parte de la familia y la cuidara como la mujer valiosa que era. Ser madre soltera era todo un reto y algo digno de admirar para mí.
Los puños de Becca se apretaron al ver al tipo frente a nosotros. Parecía muy sorprendido de verla y maldecía en voz baja cortando la llamada en la que estaba.
—¿Qué haces aquí Douglas? —masculló la pelirroja luego de que él pronunciara su nombre.
El rubio fijó su mirada en Dylan y dijo: —Él es mi...
—Ni te atrevas a decirlo —advirtió Becca.
Sus palabras me hicieron saber que este era el padre del niño. Su verdadero padre. Por lo visto las cosas con el tipo habían acabado mal.
—No creí que te volvería a ver —musitó el tipo.
—Yo tampoco —masculló la pelirroja y me miró —. Será mejor que nos vayamos.
Asentí y ella tomó en brazos a Dylan.
—Becca espera —solicitó el tipo cuando volvíamos al ascensor.
La pelirroja alzó una mano para mostrarle su dedo medio.
—Al menos encontraste quien se hiciera cargo de tu problemita —espetó el maldito.
¿Pero qué demonios tenían la vieja bruja y este tipo en contra del niño esta noche?
Sin pensarlo y activando los genes impulsivos de los Fox, caminé hasta él para que mi puño saludara su perfilada nariz.
—Con la boca cerrada te vez mejor —gruñí y entré al ascensor con Becca, ante las quejas del tal Douglas.
—Gracias —musitó la chica junto a mí.
Ponerme tan sobreprotector con una desconocida no era lo mío, pero sin lugar a dudas no dejaría que le hablaran así a un inocente niño ni a su madre.
Apenas salimos del ascensor, las luces en todo el edificio se apagaron y de pronto se escuchaba como un montón de gente bajaba a toda prisa por las escaleras. Becca sacó las llaves de su departamento y entró con el pequeño mientras yo iluminaba el lugar con mi celular.
—¿Qué sucede? —le pregunté a Giselle quien bajaba con mala cara.
—La nueva amiga de Tyler provocó un apagón —comentó.
—¿La nueva amiga? —indagué.
—¡Fallon! —vociferó la voz de mi mejor amigo y Giselle evitó mi mirada.
Ahora sabía a quién se refería.
—Nos vemos en Ermond —se despidió con voz triste.
De pronto divisé como Fallon venía corriendo a toda prisa, entró al departamento tirando de la mano de su hermana y cerró la puerta en mi nariz, ignorándome por completo.
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La excepción en mi plan T ©[Plan #2] ✔
Teen FictionTyler y Theo son los reyes de las fiestas en la universidad a la que asisten. Populares, carismáticos y sexis son como los describen las chicas. Las cosas se pondrán de cabeza cuando las hermanas Rydel se crucen en su camino y les demuestren que no...