Mi Vecino ✔ [Completa]

Capítulo 20.

Nota de autora:

¡Hola de nuevo! Os traigo un capítulo largo por la espera. Espero que lo disfrutéis:)

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Britany

Una calor insoportable me despertó. Abrí los ojos lentamente, adaptándome a la iluminación de mi habitación. Levanté la mano para frotarme los ojos cuando noté algo o más bien alguien que lo impedía.

Giré la cabeza lentamente, encontrándome el cuerpo de Jacob abrazándome y con la cabeza apoyada en mi estómago. Su respiración todavía era relajada y pesada, seguía profundamente dormido.

Ay dios mío, que hice...

El dolor de cabeza empezó a aumentar al igual que mis ganas de vomitar. Me separé con cuidado de Jacob, levantándome de la cama. No llegué a dar ni dos pasos cuando vi que estaba desnuda, cogí una camiseta del suelo, la cual me cubría hasta debajo de mis muslos, y recorrí el apartamento en busca del baño.

Fui abriendo las puertas del pasillo hasta que lo encontré, encerrándome en él. Abrí el pequeño armario encima del retrete, encontrando mis amigas en este preciso momento, las pastillas para la resaca. Las cogí y salí a buscar la cocina para tragarlas con agua.

Esta fue más fácil de encontrar ya que al salir del pasillo había la cocina y al lado izquierdo la sala de estar. Abrí armarios y armarios hasta coger un vaso de cristal, lo llené de agua del grifo y me tomé las pastillas.

Me terminé el agua y pensé en volver a la cama, ya que estaba demasiado cansada, cuando vi la hora en un reloj que había en la pared. Las nueve menos cuarto.

Espera–pensé–, si ayer fue lunes...Hoy es...

¡Martes! ¡Tenía clases!

Me apuré en encontrar mis cosas y largarme de allí.

Recordé que las dejé en una mesa que había al lado de la puerta. Fui hacia allí, y como predije, las encontré. Las cogí y me dirigí corriendo de puntillas otra vez a la habitación.

Me quedé helada nada más entrar dentro.

La cama en donde debía estar Jacob estaba vacía.

Un sonido detrás de mí me sobresaltó, me giré asustada encontrándome a Jacob recién levantado.

—¿Huyendo?—preguntó apoyando los brazos en los marcos de la puerta. Su voz sonó más ronca y grave.

—Sí, tengo clase en quince minutos y debo irme.—di media vuelta y empecé a buscar mi ropa, la cual estaba por los suelos.

—Sólo sáltate las clases, debes estar agotada.—dijo mientras yo recorría la habitación, buscando las prendas.

—No voy a saltarme las clases. Fui una irresponsable al decidir ir de fiesta un lunes.

Me giré por completo hacia él con mi ropa en una mano y la otra en la cadera. Él no había cambiado su postura.

—Bueno, si no hubieras ido a esa fiesta no hubiera pasado lo de anoche.—mientras decía esas palabras fue cruzando sus brazos por encima de su pecho.

Mis ojos se desviaron hacia allí, fui bajando la mirada y me di cuenta que solo vestía unos boxers negros. Sacudí mi cabeza, desviando la vista a la pared.

—No fue para tanto, hubiera preferido quedarme en casa y...

—No lo pareció cuando gritabas mi nombre anoche.—mi cuerpo ardió ante el recuerdo de nosotros en la cama.