Mi Vecino ✔ [Completa]

Capítulo 10.

Meghan

Lunes, como los odiaba. El día después del corto fin de semana. Me alegré al recordar que después de clases tenía práctica de baloncesto. Siempre había jugado, desde que tenía uso de memoria. Allí tenía a mi grupo de amigas, mis compañeras de equipo, quienes iban a un curso más avanzado que yo(a último curso).

Estaba sacando los libros de mi taquilla cuando Caleb se acercó a mi lado.

—Buenos días morenita, ¿cómo amanecimos hoy?—cerré la taquilla con los libros en mi brazo y me giré hacia él.

—Como siempre, cansada. ¿Qué nos toca ahora?—bufó.

—¿Crees que lo sé?—sonreí—. Oye, ¿hoy teníamos educación física?—miró mi ropa con miedo.

—No, eh...yo juego al baloncesto—una sonrisa se asomó por sus labios—Hoy tengo entrenamiento.

—Mola...

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Salí de mi última clase para ir directamente al gimnasio de mi escuela. Allí practicábamos los lunes y los miércoles con nuestro entrenador, el señor Baners. Él nos entrenaba hasta que nos caíamos rendidas al suelo, pero la mayoría de veces era muy gracioso.

Llegué la primera, todavía faltaba media hora para empezar. Pasé por todo el gimnasio en el cual se veía el nombre de nuestro instituto, Edgewood , hasta dar con los vestuarios, llegué a mi taquilla y guardé mi mochila. Mientras esperaba a las demás, fui preparando mis cosas para asearme después y me entretuve con el móvil mirando Instagram.

Pasado un rato, me di cuenta de que faltaban cinco minutos para la clase. Rápidamente cogí mi botella de agua y cerré mi taquilla. Al llegar, todas ya estaban calentando. Hacía tiempo que no venía. Desde la semana pasada. Todas mis amigas corrían en círculos por todo el gimnasio, el señor Baners (Ben) todavía no ha llegado como de costumbre, siempre llegaba tarde a los entrenamientos.

Me acerqué a ellas corriendo.

—¡Chicas!—al oírme todas se giraron hacia mí y Ashley, la capitana del equipo, vino hacia mí mientras las otras seguían corriendo.

—¡Meghan! No viniste en toda la semana, ¿en dónde te habías metido?

Los entrenamientos habían empezado la semana pasada pero no me había apetecido ir, no quería hacérselo saber.

—He estado muy ocupada. ¿Hay partido esta semana?

—No lo sabemos, seguramente Ben nos lo comunica hoy—asentí—. Ven tienes que calentar.

Ben, nuestro entrenador, llegó pocos minutos después.

—Chicas, tengo una buena noticia—nos acercamos todas hacia él envolviéndolo en un pequeño círculo—. Este viernes por la tarde tendremos el honor de participar en un partido amistoso junto con la prestigiosa escuela Melbourne Central Catholic High School.

¿Esa no era...?

¡NO NO NO!

¡Esa era la escuela de Ethan!

Mis compañeras y yo nos miramos mutuamente, debíamos estar pensando lo mismo. Ya habíamos jugado una vez con su equipo femenino y eran muy buenas.

Más que el partido, a mi me preocupaba encontrarme con Ethan. Algo muy probable.

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La semana me había pasado muy lenta, demasiado. Ese día tenía el partido y no estaba muy nerviosa por ello, solo lo estaba un poco por tener la más mínima posibilidad de encontrármelo. Al acabar biología a última hora me despedí de Caleb y me reuní con las del equipo fuera del instituto. Todas ya estaban allí.