Mi Vecino ✔ [Completa]

Capítulo 5.

Meghan

Estábamos viendo el segundo episodio, las palomitas se habían acabado, pero todavía teníamos algunas patatas. Eran las seis y media, a Caleb lo venia a recoger su hermana de aquí poco y con Britany acordamos (después de avisar a nuestros padres) que se quedaba a dormir y así mañana nos iríamos de compras para recibir el otoño con ropa nueva, ya que según ella, no tengo suficiente.

Suerte que tengo los ahorros de este verano. —pensé.

Empezábamos a ver el tercer capítulo cuando el teléfono de Caleb vibró. Debía ser que su hermana había llegado.

—Gracias por todo chicas, pero tengo que irme.—dijo mostrando morritos, las dos reímos. Se levantó del sofá, sacudiendo las migajas que quedaban en sus pantalones y se fue hacia la puerta.

—No hay de que, podemos repetirlo cuando quieras.—dije a la vez que Brit se limitaba a sonreír y a asentir.

—No lo dudéis.—salió por la puerta, y decidí acompañarlo para saludar a su hermana.

—¡Nathaly!—grité.

Al verme, ella salió del coche y corrió a darme un abrazo.

—¡Meghan, desde el lunes que no te veo! ¿Cómo estás?—me preguntó después del largo abrazo.

—Bastante bien, me imagino que tu también.—asintió.

—Bueno he quedado con unas amigas, así que... Nos vemos pronto.—me guiñó el ojo y se alejó hacia el coche.

Me giré hacia Caleb.

—Antes de irme, debo decirlo—fruncí el ceño—. Pensé que serías team Delena, enserio, me has decepcionado.

—¡Stefan es mejor para ella! Además, ¡son monísimos!

Caleb negó con la cabeza mientras se reía.

—Me lo he pasado muy bien, me cae bien tu amiga.

—No hay nadie que no se divierta conmigo. —evidencié. Caleb rió.

—Nos vemos el lunes, pero si quieres quedar otra vez este finde solo llámame, o te llamaré, ya se verá.

—Hecho.

Él sonrió, se despidió con la mano al llegar al coche, y se fue.

Britany estaba sentada al pie de la entrada de mi casa, llegué hasta ella y me senté también en las escaleras de mi porche. 

—No ha estado mal, ¿no?

—¡Para nada! Ese chico cae muy bien, además, es guapo...—dijo subiendo y bajando las cejas.

—Ugh, Brit, no. Solo es un amigo.

—¡Yo no he dicho nada de eso! - levantó las manos al aire. Reí y me levanté tendiéndole la mano para que se levantara ella también, lo cual hizo.

—Venga, entremos dentro ya. 

Pero de repente, una música que yo conocía muy bien sonó, ganándose la atención de ambas.

—¿De quién es esa música?—se giró para mirarme, achinando los ojos. Al ver mi expresión, se le iluminó la cara—. Dios, no me digas que tu vecinito está en casa...—me mordí el labio, bajando la vista. Pero al subirla de nuevo, la vi corriendo por las escaleras como un cohete.

Oh no...

—¡¡Ni se te ocurra!!—grité al tiempo que la perseguía escaleras arriba, llegando a mi habitación.