Capítulo 21.

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Britany

—¡Has hecho trampas, tramposo!

—Mentirosa, solo te enfada no haberme ganado.

Tiré las cartas en la mesa de centro del salón, sentándome a horcajadas encima de Jacob. Pasé las manos por su cabellera negra mientras él dejaba besos en mi nariz.

—¿Qué quieres hacer?—preguntó mirándome con una sonrisa.

—Son las cuatro, creo que debería irme. Tengo que hablar con un amiga.—él asintió lentamente.

—¿Quieres que te lleve?

—Si no es molestia...

—No es ninguna molestia acompañarte.

Se levantó del sofá,cargando conmigo en brazos, llevándome hacia la puerta principal. Al llegar allí, me dejó en el suelo y se fue a la habitación, supongo que a coger nuestras cosas.Al volver a mi lado, con lo que había supuesto, le cogí la mano ganándome su atención.

—Podríamos repetirlo, si quieres...

Durante esos días, Jacob me ha demostrado que no solo era una portada bonita, sino que también era un contenido muy interesante. No sé si me explico pero al estar con él esa mañana se ha mostrado tan dulce y cariñoso que nunca hubiera imaginado que él podría llegar a ser así.

Se ve que el dicho que dice las apariencias engañan tiene toda la razón, y Jacob me lo había demostrado. Me había demostrado que tenía una parte romanticona.

—¿Qué ha pasado con la Britany que quería alejarse de mí corriendo?—me reí.

—Supongo que ya no quiere salir corriendo.—él se mordió su labio inferior, rodeándome la cintura con su brazo.

—¿Mañana a las siete?—volví a reír, cogiendo su cara entre mis manos y besando sus labios.

Al separarme de él, quedando a pocos centímetros de su boca, le susurré:

—Trae la moto.

Él murmuró entre dientes para después volver a besarme y llevarme a casa de Meghan.

***********

Meghan

Salí de la casa con las lágrimas todavía secas en mis mejillas. Al salir de la habitación me despedí de Caleb con solo una palabra-gracias- y un abrazo de su parte. Sin él nunca hubiera hablado con mi padre.

El coche de Ethan seguía aparcado fuera. Sentí esas cosquillas en el estómago al saber que no se ha ido, que él sí sigue a mi lado. Sus dedos tamborileaban en el volante y se mordía el labio inferior, nervioso.

Me acerqué donde él y abrí la puerta, al hacerlo se volteó de inmediato hacia mí, preocupado.

—¿Cómo fue?¿Estás bien?¿Qué te dijo?—dijo mientras me sentaba a su lado. Sonreí al ver lo nervioso que estaba

—¿No crees que son muchas preguntas a la vez? —él sonrió tímidamente—. Bien, sí y arreglamos las cosas.

Él asintió, invitándome a seguir explicándole, y eso hice, sin dejarme ni un sólo detalle.

—...Y entonces nos abrazamos, fue reconfortante pero a la vez sentía que lo estaba perdonando demasiado rápido después de todo lo que sufrí por él. Pero no tengo tiempo, no tenemos tiempo.

>>Hemos acordado, bueno, he propuesto ir a visitarlo de vez en cuando y salvar nuestra relación. ¿Crees que he hecho bien? En perdonarlo tan fácilmente.

Mi Vecino ✔ [Completa]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora