Ethan
La luz del sol empezó a llenar la habitación, atravesando las cortinas. Meghan estaba todavía dormida entre mis brazos, estrechándome con fuerza, como si no quisiera que me apartara de ella.
Hacía unos minutos que me había despertado. Había estado toda la noche sin pegar ojo, pensando en lo que había pasado entre nosotros. Esa noche formularía en los mejores momentos de mi vida, sin lugar a dudas.
Que la mujer más atractiva, dulce y extraordinaria que había conocido en mi vida se entregara a mí me había hecho sentir afortunado. Cada latido acelerado, cada pinchazo en el estomago, cada caricia y cada beso había sido más intenso que nunca. Ahora mi corazón solo era de ella y de nadie más.
Lo tenía más claro que nunca: la amaba.
Estaba enamorado de ella hasta cada célula de mi cuerpo.
Pensaba todo eso mientras le acariciaba el pelo y ella roncaba silenciosamente, lo que me pareció lo más adorable que había escuchado en mi vida. Le di un pequeño beso en la coronilla y, justo en ese momento, se revolvió en sueños y abrió los ojos. Cuando se encontraron con los míos sonrió tímidamente, ese rubor tan adorable decoró sus mejillas.
—Buenos días... —dijo somnolienta.
—Buenos días, ¿cómo te encuentras?
—Bien, muy...—se calló de repente y se incorporó de golpe—. ¡Ethan!
—¿Qué?
Miró por toda la habitación hasta posar los ojos de nuevo en mí.
—¡No te di... Mierda!
—¿Qué pasa?
—¡Espera aquí, voy a buscarlo!—exclamó de golpe, saltando de la cama con el edredón rodeando su cuerpo, y yendo hasta una bolsita que había en el recibidor.
Volvió saltando de la emoción y un paquete en mi regazo. Sonreí ante su impaciencia y lo desenvolví con delicadeza.
Me sorprendí cuando tuve en mano un libro de diseños arquitectónicos y un cuaderno de cuadraditos donde en la contratapa ponía:
Para diseñar casas de ensueño, grandes empresas, supermercados, institutos y polideportivos con una gran pista de baloncesto. Puedes con todo, creo en ti.
Meghan.
—Supongo que con los nervios y todo me olvidé se dártelo... Pensé en tu sueño como arquitecto y solo se me ocurrió esto. Te dije que era muy poco comparado con lo que me has dado tú, ¿pero la intención es lo que cuenta no? No. Eso no es lo que quería decir. Lo que quería decir es que espero que te guste porque realmente eres alguien muy difícil para hacerle regalos. ¿No te gusta, no? Lo siento, de verdad, no...
La callé con un beso, haciéndole entender que me había encantado. Eran regalos tan originales, tan únicos como ella misma.
Me quedé mirando sus ojos del color de la hierba. Estos me devolvían la mirada, brillantes. Recorrí la vista por todo su rostro, admirando los dos lunares que tenía en la frente al igual que unos granitos, la mancha pequeña que tenía en el pómulo... Era preciosa.
Sonreí cuando esas palabras salieron de mi boca, sin poder evitarlas de ningún modo, hipnotizado por toda ella:
—Te quiero.
Ella elevó las cejas, sorprendida por el atrevimiento. Pero poco a poco, su expresión cambió de sorpresa y perplejidad a una amplia y hermosa sonrisa. Todo el pánico que había sentido por creer haber ido demasiado rápido se disipó.
ESTÁS LEYENDO
Mi Vecino ✔ [Completa]
RomanceMeghan es una chica de dieciséis años viviendo una vida de cualquier adolescente. Todo cambia cuando ella y uno de sus vecinos entablan conversación después de 5 años viviendo uno al lado del otro. Él es Ethan, un chico de diecisiete años súper atra...