Capítulo 13

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                        – ¿El abismo o la verdad? –

                        – ¿El abismo o la verdad? –

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CLAIRE

Kass sonrió y me enseño un juego de llaves que tenía en las manos.

−No me digas que...

−Mientras la vieja loca nos estaba disparando, aproveché y le saqué las llaves de su casa −hizo una pausa. Miró a su izquierda y luego me lanzó las llaves.

Fruncí el ceño. No comprendía a lo que quería llegar con esa expresión.

−¿Y qué haremos con esta llaves? ¿Entrar en su casa y obligarla a que nos diga que sabe? −pregunté recostándome hacía atrás.

−Ese es el punto... esa no es su verdadera casa. Si ves bien cada llave tiene algo escrito −baje mi vista. Tenía razón, el juego de cinco llaves tenían letras escritas sobre ellas −. Si unes esas letras te llevan a un lugar...

Leí con determinación.

−Calle Wosbri 205 −susurré. En ese instante lo comprendí todo.

Esa no era su verdadero hogar, si no que era una casa en medio de nada que la utilizaba para ocultar algo. Algo que estabamos a punto de descubrir.
Tomé mi teléfono y le marqué a los demás para explicarle que había sucedido rato antes. Ellos asintieron y comenzaron su rumbo hacía la calle Wosbri 205, al igual que nosotros.

#

−Esta casa no se ve para nada tenebrosa −ironizó Minerva husmeando a su alrededor.

Imité su acción notando que estábamos frente de una gran casa de cuatro pisos, paredes de madera oscura y persianas bajas. Está, quedaba en medio de la nada. Todo a nuestro alrededor eran árboles grandes y secos, un cielo teñido en un azul oscuro que venía acompañado de una sensación de incertidumbre. Caminamos todos juntos hacía la puerta, pero Spencer se adelantó y dio un brinco al tocar la madera.

−¡Carajo! −chilló tomándose la mano −. Esta mierda me quemó.

Todos la miramos con el ceño fruncido viendo una pequeña quemadura que yacía de su mano izquierda. Apoyé un dedo sobre la puerta y de manera inmediata la retire, más que una quemadura sentí como ardía cada célula de mi dedo. Robbins se acercó y abrió la puerta sin problemas con las llaves de Kass.

−La casa esta cubierta por sabia de brujas –fruncí el ceño −. Es para que ninguno de ellos entre −Aclaro.

−¿Ósea que la anciana Voldemort, sabe acerca de nosotros? −preguntó Kol, mirando hacia el interior de la casa.

Spencer rodó los ojos.

−Entra y compruebalo tú mismo.

Kol puso un pie dentro de la casa y retrocedió chillando. Se había quemado y fuerte. Spencer rió y luego se paro frente a la puerta. Ella era bruja del fuego, por lo tanto podía quitar el hechizó de las quemaduras. Apretó con fuerza sus ojos, y en una fracción de segundos éstos cambiaron de un color rojizo que combinaba con el cabello de Minerva.

Wonderf  ©Donde viven las historias. Descúbrelo ahora