Capítulo 39

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                             MARATÓN 1/3

                             MARATÓN 1/3

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CLAIRE

−En verdad el oscuro es: −Kol extendió su brazo hacia delante, señalando a mis espaldas. Gire lentamente y de repente los paramédicos llegaron. Impidieron que vea aquella persona que se escondía detrás de ellos pero cuando me puse pie pude observar un reflejó rubio, algo así como un cabello.

Di un paso hacia delante y en el momento que achine los ojos solo llegue a ver como una sombra iba desapareciendo poco a poco. Pero en esa sombra pude observar que aquella persona llevaba consigo una capa negra.

Mi madre tenia el cabello del mismo color que el mío, castaño; el de Minerva era pelirrojo y solo quedaba una persona que cumplía con esas características: Spencer.

Parpadeé un par de veces, todo daba vueltas. Los paramédicos reportaron a Kol muerto y se lo llevaron junto con la madre de Max que estaba altamente herida. Mis rodillas tocaron el suelo de madera, me estaba quedando sin aire y el dolor insoportable en mi pecho no me dejaba pensar. Mis ojos se cargaron de lágrimas, los cerré con fuerza pero lo único en que pensaba era en mi madre, en la muerte de Kol, en el disparo de mi padre y en que tal vez Spencer era el oscuro. Simplemente ya no podía más, había llegado a mi limite; tanto tiempo buscando y luchando para nada. Siempre era lo mismo, estábamos en un circulo vicioso que nos mataba lentamente. De repente alguien me tomo con delicadeza de la cintura y me cargo en sus hombros. Yo sentía que todo iba en cámara lenta, mis oídos estaban tapados por los latidos de mi corazón y apenas me percate que era Kass quién me cargaba.

Él salió de esa casa para luego de un rato entrar a la suya, subió las escaleras y me recostó en su cama. Yo no podía moverme, no quería en realidad pero cuando Kass se separo de mi lado, con todas mis fuerzas lo sujete de la mano.

−Quédate −le pedí −, por favor.

Kass se recostó a mi lado y me abrazo mientras acariciaba mi cabello. Una lágrima se deslizo sobre mi mejilla, él lo noto y dijo:

−Llora todo lo que quieras, yo estaré aquí contigo siempre que lo necesites, Estrellita.

Gire a verlo.

−¿Lo prometes?

−Lo prometo −respondió, dándome un beso en la frente.

Mis ojos seguían clavados contra los suyos.

−¿Crees que mi madre es la responsable de todo esto? −necesitaba que lo diga.

Kass divagó sus ojos en la ventana.

−Quisiera no creerlo pero te estaría mintiendo.

−Mi madre era mi persona favorita ¿sabes? −no iba a llorar, no iba a hacerlo −. ¿Porque ella haría algo así?

−En ocaciones debemos tomar desiciones que no son del todo buenas para el resto. No creo que el mundo se divida en personas buenas o malas, solo somos seres humanos viviendo a base de los golpes del pasado −me explicó −. No somos el pasado pero sí elegimos vivir con su herida y eso nos convierte en monstruos.

Wonderf  ©Donde viven las historias. Descúbrelo ahora