Día 93

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Y el fatídico día llegó. No había más por hacer, no era una niña, estaba triste pero no haría un berrinche rogando por quedarme cuando sabía que mi madre lo negaría mil veces y seguramente me golpearía con su zapato.

Me limitaba a simplemente mirar por la ventana, quería ver por última vez la cuidad como despedida.

— te vez triste —hablo Paola

— ¿te parece? —pregunte sarcástica sin muchas ganas

— puedes volver en vacaciones, no es para tanto —comento mi madre

— lo se —me límite a decir

A penas les prestaba atención, más bien les seguía la corriente, no quería que mi despedida fuera un desastre.

— ¿hermana alguna vez has tenido una relación a distancia? —le cuestionó Paola

— pues si, tuve un novio que era de otra ciudad —le respondió

— pero no de otro país —hablo por lo bajo pero fue de igual forma escuchada

— no empieces Paola —le dijo con disgusto— mi hija no se quedará aquí, ¿sabes lo complicado que es un intercambio?, toda su familia está allá, sus amigos, su vida entera está en t/p, ¿qué pretendes que haga aquí?, ni siquiera sabe hablar japonés, ¿como le va a hacer para sobrevivir aquí?

Quería no escucharla pero me era imposible teniendo a mi madre sentada a un costado mío. Fruncí el ceño y apreté los dientes aguantandome las ganas de hablar, mantuve firme mi marcada en la ventanilla.

— de la misma forma que lo hizo todo el verano, tu hija es más independiente de lo que crees

— ¿cuánto crees que aguantará en un país donde no sabe ni el idioma?, es una adolescente, ¿qué crees tú qué hará cuando su noviecito de turno la termine?, Para los adolescentes las relaciones no son más que un juego del que se aburren rápido, no son lo suficientemente maduros

— no la subestimes —mi tía comenzaba a enfurecer

— ese circense podrá ser bien parecido pero es agresivo, temperamental, infantil y egocéntrico, además del hecho de que no sabe hablar español, ¿que tanto futuro le vez a esa relación? —cuestiono

Definitivamente odiaba los comentarios de mi madre, sabía que Popee no era de su agrado pero me enfurecía como se expresaba de el y sobre todo me irritaba que me tratara como si fuese una niña que no es capaz de valerse por si misma.

— ya basta las dos —les dije con rabia— no nos vamos a pelear por esto ya estoy demasiado arta de todo, ¿es que acaso no podemos pasar un día en paz sin discutir siempre sobre lo mismo?

Aquellas dos mujeres tan solo desviaron la mirada con indignación como si les hubiese ofendido.

Finalmente habíamos llegado al aeropuerto con tres horas de anticipación, haciendo así el check in para tan solo esperar la llamada al vuelo.

Nos sentamos en unas de las bancas mientras esperamos,no hablábamos demasiado, de hecho nos manteniamos a raya para evitar otro enfrentamiento, odiaba eso.

Mientras miraba hacia cualquier otra dirección tratando de no hacer contacto visual con ninguna de las dos, me pude percatar de unas personitas que iban entrando al sitio.

Me puse de pie inmediatamente y sin decir nada salí corriendo hacia aquellas personas, los circenses que me habían recibido con los brazos abiertos desde que llegué a este hermoso país.

— ¡hey! —les grite para llamar su atención, cosa que funcionó

Apenas me vieron corrieron hacia mi dirección. Extendí los brazos y recibí a mis tres amigos quienes me hicieron caer al suelo debido a su peso.

LoveCircus | [PopeexReader]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora