Dia 73

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Tan inesperado, sin embargo, no había opción. Iríamos a Hokaido. ¿La razón?; Después de que en medio de nuestra cita, Popee recibiera una llamada repentina, no se trataba de nadie más que de su hermana, quien inesperadamente le dió noticias inoportunas.

Sus abuelos querían conocerlos, por lo que, les invitaron a su residencia. Así es, la familia Masuda viajaría hasta Hokaido para conocer a sus familiares.

Sin embargo se había acordado una cosa, viajaría en avión, no por decisión propia claro, si no más bien sus anfitriones se tomaron la molestia de comprar los boletos, tanto de ida y vuelta, por lo que, no tenían más opción que aceptar.

( no sé si pueda hacerlo )>


<( tranquilo )
<( eres valiente, estoy muy segura de que podrás hacerlo )

...

( ven con nosotros )>


Una invitación totalmente inesperada, más no fui la única. Paola, al igual que yo, recibió la misma invitación, o más bien, la misma súplica.

— no podemos dejarlos solos —dijo Paola

— ¿qué haremos? —le pregunté

— iremos

Compramos nuestros boletos, nos disculpamos con mi madre a quien le encargamos cuidara del pequeño Yuri y juntas fuimos hasta el aeropuerto.

Al llegar, la familia ya se encontraba allí, esperándonos con ansias.

gracias por acompañarnos —dijeron

Estaban nerviosos, asustados, ansiosos, en sus rostros se notaba, su hablar los delataba y su andar los expresaba. Los tres temblaban ligeramente.

todo saldrá bien —les dije, sujetando la mano de nos hermanos para darles confort

Ambos asintieron bastante dudosos, más no solté sus manos en ningún momento.

Finalmente fue nuestro turno de subir al avión.

Con pasos inquietos y temerosos, entraron casi que en cámara lenta dentro del sitio, temblaban ahora mucho más que antes, incluso podía jurar que lograba escuchar los acelerados corazones.

Para nuestra suerte, compartimos asientos. La fila de enmedio, fue la que nos asignaron, un lugar más que perfecto, ya que se encontraban lejos de las ventanas y podríamos sentarnos los tres juntos.

Tanto Papi como Paola tuvieron que tomar asientos alejados de nosotros, así que si, sería yo el único pilar que los mantendría calmados durante todo el vuelo.

tranquilos, es un viaje corto, apenas de una hora y media —dije tratando de tranquilizarlos

Marifa se sentó cerca del pasillo, Popee ocupo el asiento de enmedio, y yo al lado del otro pasillo.

Está vez temblaban mucho más y sus expresiones de espanto no se podían ocultar. Debía hacer algo para calmarlos y debía hacerlo ya.

¿saben algo? —llame su atención— las pantallas frente a nosotros tienen juegos y películas, ¿que les parece si les muestro algunos?

Los dos aceptaron.

Así, me decidí por ponerles a cada uno un juego que los mantuviera entretenidos, lo suficiente para que bajarán su nivel de estrés y desaparecieran sus expresiones de miedo y horror.

Por unos instantes, mi idea funcionó. No hasta que el avión comenzó a despegar que ambos se pegaron a sus asientos, aferrándose a ellos como si sus vidas dependiera de ello.

LoveCircus | [PopeexReader]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora