Han pasado unos días que me han parecido eternidades. No había tenido noticias, al menos,no agradables.
Marifa seguía intentado descubrir el motivo de todo este conflicto, sin embargo, no había logrado tener éxito.
Por mi parte, los mensajes seguían llegandole, pero ninguno recibía respuesta, ni siquiera cambiaban las palomitas a ese tono azulado que todos odiabamos, pero que yo en estos momentos anhelaba ver qué cambiasen, que ese gris desapareciera y se iluminarán; Sin embargo nada, más agradecía que aún y a pesar de mi clara insistencia, aún no me bloqueaba. Eso era lo único que me mantenía en pie, lo único que me daba una mínima pizca de esperanza pues eso significaba que no me odiaba tanto como para bloquearme.
Aún había esperanzas.
— no eh podido sacarle la verdad —dijo la albina
O tal vez no tantas, pero no dejaría de confiar en que podía solucionar todo.
— ¿sigue ignorandote? —le pregunté
— ya no tanto como antes pero lo sigue haciendo, cada vez que intento hablar sobre el tema el simplemente lo evita y se va así sin más
Solté un enorme suspiro pesado.
— parece que no hay opción, ese chico me escuchará ya sea por las buenas o por las malas —hable determinada
— ¿qué es lo que pretendes hacer?
— no estoy segura, pero algo haré
Colgué la llamada. Era momento de hacer las cosas por mi propia cuenta, creí erróneamente que la menor podría ayudarme, más no fue así, no hice más que desperdiciar tiempo.
Es hora de entrar en acción. Estaba determinada a adentrarme al circo a buscarle y confrontarlo, aún si este volvía a sacarme a rastras del lugar.
De algo estaba segura, si no solucionaba mi conflicto con el a tiempo, nada de lo que sucedió este verano habría valido la pena. Bien dicen que si quieres a alguien, debes luchar por esa persona, además, no hiba a dejar que me incriminaran por algo que no cometí, debía probar mi inocencia.
El tiempo se agotaba y no podría recuperarlo, estoy a tan solo 10 días de marcharme, cosa que definitivamente no haría estando en conflicto con el rubio, me quedaría así tuviese que aferrarme a Japón como si mi vida dependiera de ello.
No lo pensé dos veces, a penas llegué al circo me adentre sin más, importandome muy poco las consecuencias. Llegué hasta donde ensayaban los acróbatas, mire a los alrededores tratando de hallarle, el no estaba allí.
Seguí caminando hasta llegar a su casa. Toque repetidas veces la puerta, más nadie respondió. Continué buscándole, pase por los camerinos, la oficina de Papi, nada.
Mi paciencia comenzaba a agotarse, había recorrido todo el circo en su búsqueda sin tener éxito alguno, tan solo restaba un lugar. El escenario.
Esperaba con tantas ansias se encontrará allí o de lo contrario, mi misión fracasaría sin siquiera haber comenzado.Llegué al sitio, abrí las puertas de par en par y finalmente le hallé, parado sobre el escenario mirando las bancas vacías con nostalgia.
— ¡Popee! —le grite desde el otro extremo del teatro
El de inmediato noto mi presencia, frunciendo el seño.
— watashi wa hairu koto o kinji rareta to anata ni iimasendeshita —me dijo
Camine hacia el, también con el seño fruncido, determinada a no salir de ahí hasta que solucionará el conflicto.
— lo siento, pero no hablo taka taka
Tome mi celular para abrir la aplicación del traductor y usarlo en modo conversación. Lo acerque a mis labios y hablé claro:
— no pienso irme de aquí hasta aclarar las cosas
— meikaku ni suru koto wa nani mo arimasen! —alzo la voz
— si no te acercas al traductor no podré entenderte —le reproche— ¡ven y baja del escenario!
El chico chasqueo la lengua y con gran descontento bajo para acercarse a mi, hasta estar a unos pasos frente mío, me sujeto con fuerza de la muñeca y con búsqueda jalo mi brazo para acercar el traductor a su boca.
— no eres bienvenida en este circo
Después de decir aquello, me soltó con brusquedad y siguió su camino.
No tarde en detenerle sujetandole con fuerza del brazo.
— pues lo siento mucho, no pienso irme de aqui hasta que no hablemos —le dije
— entonces quieres hablar sobre cómo me usaste, sobre cómo me engañaste —enfureció
— yo no hice tal cosa —le hablé firme
— ¡no intentes negarlo!, se lo que hiciste
— dime qué fue lo que hice
— usarme para su conveniencia, ¿te parece poco? —dijo aquello último en un tono sarcástico
Entre más se extendía la conversación, entendía cada vez menos, no estaba logrando que me dijera lo que ocurría, tan solo me generaba más dudas que respuestas.
— fui un idiota al creer en ti, ¡fui un maldito idiota al enamorarme de ti! —grito
No obtenía resultados, al contrario, algo en mi me decía que si continuaba así, Popee terminaría odiandome.
— quiero arreglar las cosas contigo, quiero que todo vuelva a la normalidad, aún si ya no me quieres como tú pareja, no quiero que las cosas terminen así
Recurrí a la verdad, decidí sinceramente solté mis deseos y los convertí en palabras, necesitaba que el lo supiera.
Comenzaba a sentir un nudo en mi garganta, mordí mi labio inferior tratando de aguantar las lágrimas mientras que me aferraba a aquel agarre con el chico, no quería soltarlo, por que sabía que si lo hacía era casi un hecho que lo perdería y está vez para siempre.
— fuiste tú quien provocó todo esto —me dijo más calmado— no tiene arreglo
— sabes muy bien que pronto tendré que regresar a mi país —me costó decir, mi voz era entre cortada y lágrimas amenazaban con caer
— será lo mejor para ambos, no quiero verte de nuevo, no tienes permitido entrar al circo
Era el final, no quedaba más nada que pudiera hacer; todo se veía tan borroso, las lágrimas no me dejaban ver con claridad.
Baje la mirada tratando de ocultar mi rostro, no podía hacer más que mantenerme aferrada a el.
— suéltame
— no —le dije
— todo termino, suéltame
No quería, me negaba a soltarle.
Algo estaba claro, era más fuerte que yo. Aunque trataba de aferrarme, mi cuerpo me jugaba una mala pasada, pues mis fuerzas disminuyeron drásticamente al tener que aguantar el llanto y el dolor de la perdida.
Con facilidad de safo de mi agarre, y sin decir nada más, me dió la espalda retirándose sin más, dejándome sola en ese lugar...
Mi misión había fracasando. Termine yéndome del circo completamente derrotada y con el corazón roto, ¿es que a caso debía resignarme?.
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LoveCircus | [PopeexReader]
Fanfiction93 días de verano... Hace años que no veías a tu tía, Paola, quien es hermana de tu madre. Paola se caso con un hombre asiático y decidieron que vivirían en el país natal de este. Japón. Paola solía ser gimnasta y al inmigrar a otro país decidió tra...