Día 76

587 67 80
                                    

Después del viaje a Hokaido y lo bien que resultó todo, había que celebrar sin duda; Así fue como nos decidimos por..

— un parque de diversiones —dijo la albina imponiendo autoridad

— ¿estás segura? —le cuestione— ¿qué hay con la lesión de tu hermano?

— el estará bien, ne nīsan —le enfoco con la camara, aquel chico sin comprender mucho tan solo asintió desorientado— lo vez

— no entenderá si hablamos en español —le dije soltando una risa

— pero si hablo en japonés quien no entendería serías tú

— eso, es verdad..

— Paola debe acompañarnos también, pasaremos por ustedes en una hora, adiós

Dijo sin más terminando la videollamadas. Sin dudas esa chica era obstinada, siempre imponiendo su voluntad, todo un caso perdido.

No tuve más remedio que comentarle la situación a Paola, quien acepto inmediatamente sin pensaselo dos veces.

Por supuesto, no pudo faltar el reproche de mi madre al regalarle por mantenerse ausente del cuidado de su hijo, todo un discurso interminable al respecto.

— solo será por un rato y regresaré —comento Paola

— deberías decir que no y quedarte aquí para cuidar a Yuri —le respondió

— no lo abandonaré, solo salte un rato a festejar con T/N —me incluyo en la convención

— comienzo a creer que eres una mala influencia para tu tía —me dijo mi madre

— no es mi culpa que no sepa ser responsable —le dije burlesca

De pronto, el timbre de la casa se hizo sonoro, llegando hasta la pieza de Paola dónde nos encontrábamos.

— ups, no las escucho, el timbre está sonando —hablo Paola con fingida actuación— es hora de irnos, nos vemos en unas horas hermana

Me tomo del brazo y me llevo a rastras con ella aún a pesar de la inconformidad de mi madre.

Nos encontramos con la familia de circenses y un amigo más, el peli-morado que les acompañaba en su alegre celebración.

Todos nos encaminamos hasta el parque de diversiones de la ciudad, no era muy grande, ni tenía atracciones muy llamativas o más bien, únicas, tan solo era como cualquiera otro parque con los mismos juegos mecánicos. Pagamos las entradas y entonces, nos dividimos en opiniones.

iremos a los más extremos primero —hablo Paola imponiendo su opinión que terminó haciéndose ley

Así fue como subimos desde montaña rusa así como hasta a aquellos columpios individuales que daban vueltas a gran altura. Juegos extremos para sensaciones extremas, hasta cierto punto.

Una vez todas las vueltas, subidas y bajadas, así como giros y demás, habían sido suficientementes para dejarnos más que mareados.

un juego más y creo que vómitare —se expreso la albina.

dividamonos por ahora y veámonos en los puestos de comida en una hora —declaro Paola.

Nuestro grupo decidió entrar al laberinto de espejos, que fue propuesto por el rubio y todos estuvimos de acuerdo.
A pesar de que íbamos juntos, terminamos por separarnos ya que el sitio contaba con cuatro entradas distintas en dónde cada quien cruzó por una puerta diferente, acordando que nos veríamos al salir.

LoveCircus | [PopeexReader]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora