Me encontraba con Popee en su casa, practicamos algunas palabras y pequeñas frases en el idioma del otro. Hacía anotaciones en mi cuaderno para así poder repasar lo aprendido después.
Popee me había ofrecido té mientras estudiábamos, no pude negarme, comenzaba a acostumbrarme a tomar té casi todos los días. Sin embargo, mi torpeza no podía faltar y accidentalmente derrame el té sobre la mesa, mojando tanto mi cuaderno como a mí misma.
— gomenasai! —me disculpe avergonzada
Había hecho un desastre al derramar el té por toda la mesa.
— está bien —se apresuró a decir
Le ayude a limpiar el desastre que había causado, y al darse cuenta que mi ropa también había sido manchada me dijo:
— come
Me tomo de la mano y me llevo hasta su habitación, señaló el ropero dándome a entender que escogiera de ahí para cambiarme.
— I'll be outside —dijo para retirarse, cerrando la puerta detrás suyo.
Me sentí feliz, me dejaría usar su ropa otra vez. No quería fisgonear, pero no pude evitar mirar su ropa y sentirme dichosa mientras escogía, pues su fragancia tan característica inundaba el cuarto, me sentía afortunada.
De pronto, la puerta se abrió de un azote, revelando a un rubio inexplicablemente enfado.
— kuso ̄ —hablo entre dientes
Su seño estaba fruncido, apretaba los puños con fuerza, mientras que gruñía con rabia, me miraba fijo, en sus ojos había furor y desepción.
— kuso ̄ anata wa watashi o damashimashita!! —me grito exaltado
No entendía en absoluto, ¿qué estaba pensando?, ¿por qué de repente se comportaba así?.
Reaccione no hasta que sentí una bofetada y el dolor me hizo regresar. Lleve mi mano hasta mi mejilla, mirándole de nuevo, ¿me había golpeado?. No era el Popee que yo conocía, en esos momentos era otra persona completamente diferente.Estiro su brazo señalando la puerta.
— naga-sa —dijo
Hablaba en japonés, el sabía perfectamente que no le entendería, más no hizo el mínimo de esfuerzo por tratar de que comprendiera sus palabras.
— deteike! —grito tan fuerte como pudo
Me quedé paralizada, no sabía cómo reaccionar o que hacer, simplemente me quedaba ahí parada como una estatua, mirándole mientras trataba de encontrarle algún sentido a esta situación.
El, al ver que no comprendía, se enfureció, frunció el seño aún más, me tomo bruscamente del brazo y me llevo casi que a rastras fuera de su casa, hasta llegar a la salida del circo, en dónde me arrojo por las pocas escaleras haciéndome caer.
— kono shunkan kara watashitachiha owarimashita! —exclamo con firmeza— watashi wa anata o shinrai subekide wa nakatta
Se quitó o más bien arranco aquella pulsera que compartíamos, rompiéndola en el proceso, la aventó hacía mi junto con mi libreta que me golpeo en la cabeza y antes de retirarse dijo:
— anata wa modoru koto o kinji rarete imasu
Estaba claro que estaba más que furioso conmigo, pero no comprendía el porque; quizás había sido por haber tirado el té.
Todavía seguía en shock, ¿a caso estaba soñando?, ¿qué demonios había sucedido?, ¿qué había sido todo eso?, ¿Popee me había terminado?, ¿en verdad me había golpeado y arrojado fuera del circo?. Por mas preguntas que me hacía, simplemente era inútil tratar de hallarles una respuesta.
Dirigí mi mirada hacia la pulsera que hace tan solo unos minutos atrás significaba tanto y simbolizaba nuestros sentimientos, todo aquello que representaba se había perdido. Levanté aquel objeto que ahora se hallaba destrozado y sin reparó.
Me sentía igual que esa pulsera que alguna vez logró ser algo y ahora es nada más que basura, así me sentí, como basura que ese rubio había arrojado fuera sin ponerse a pensar en mi en lo absoluto.
Me levanté, recogí mis cosas y comencé a caminar, dejando atrás ambas pulseras.
El brazo me dolía, no solamente por el fuerte apretón, sino también por el hecho que al caer, me golpee fuertemente contra el pavimento; mis manos también estabas heridas gracias al raspón al momento del impacto, mi cabeza daba vueltas, más no me detuve.
Llegué a casa con la mirada baja y los ánimos por los suelos.
Entre sin llamar demasiado la atención, completamente en silencio subí las escaleras encaminandome hacía mi habitación, ignorando mi alrededor, aunque eso no significaba que mi presencia no hiciera ruido ni pasará desapercibida.— regresaste muy pronto
Paola se percató de mi llegada. Le ignore.
— ¿es que a caso bienes de mal humor?, No me ignores —reprocho
— ¿ y mamá? —pregunte
No tenía los ánimos como para toparme con mi madre y recibir preguntas y reproches por mi desalineado aspecto, no tenía ganas de ser regalada o castigada.
— salió a hacer las compras —dijo
— bien —respondí con voz baja
Agradecí tanto que ella no se encontrará en casa.
Trataba de darle la espalda en lo más posible a Paola, pero eso no funcionó del todo, pues no dudo en acercarse a mi ya que no llegaba a casa con los ánimos de siempre, si no todo lo contrario. No pude evitar que me mirará, más eso la hizo sobresaltarse.
— ¿qué te pasó? —me cuestionó a analizandome con la mirada— ¿y ese golpe?, ¿te volviste a pelear con alguien?
Ya no sabía si se burlaba de mí o es que en serio se preocupaba, pero en esos momentos no me importaba en lo absoluto. Por mi cabeza pasaban miles de cosas, pero sobre todo se repetía una y otra vez toda aquella escena anteriormente vivida.
No pude evitarlo, y simplemente me suelte a llorar, aferrándome a Paola quien no tardó en abrazarme mientras me daba consuelo...
Aún me dolía la bofetada.
Un capítulo más corto pero un conflicto creciente que estalló como una bomba sin motivo aparente...
¿O no? 👀
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LoveCircus | [PopeexReader]
Fanfiction93 días de verano... Hace años que no veías a tu tía, Paola, quien es hermana de tu madre. Paola se caso con un hombre asiático y decidieron que vivirían en el país natal de este. Japón. Paola solía ser gimnasta y al inmigrar a otro país decidió tra...