Frío Carmesí

Capítulo 10

《Mientras tanto en el imperio de Lerissos》

Los guardias imperiales habían ido en busca de la familia Vryzas, tal y como la emperatriz lo había ordenado.

Pero ellos nunca se esperaron encontrar con tal escena.

La conocida mansión Vryzas estaban abandonada, ni siquiera habían cerrado las puertas por lo que los guardias entraron sin problemas, encontrándose con la mansión vacía y oscura.

Los guardias no sabían que hacer.

¿Como le dirían a su majestad, la emperatriz que los Vryzas se habían ido?

¿Como reaccionaría ella?

Era bien conocido la obsesión que tenía ella con el Duque Vryzas, pero nadie era capaz de hablarlo en voz alta, ya que eso podría costarle sus propias vidas.

Estuvieron un buen rato tratando de pensar que es lo que harían pero todos llegaban a la misma conclusión.

Debían decirle la verdad a la emperatriz.

No les quedaba de otra y eso los asustaba.

Con mucho esfuerzo, regresaron al palacio, donde se estaba haciendo una gran fiesta, habían invitados de todos lados, hasta de naciones vecinas.

Todo parecía ir marchando bien pero ellos sabían que este buen ambiente no duraría mucho.

Con cautela, los guardias fueron en busca de la emperatriz, ella estaba sentada en el trono al lado del emperador, ellos le hicieron unas señas para que se reunieran.

Se dirigieron a un lugar alejado de la multitud, si se salía de control, lo ideal es que los invitados no lo notarán.

Cuando llegó la emperatriz, de una sola vez se le comentó la situación, ella se había quedado anonadada, no reaccionó al principio, le tomó unos minutos recuperarse.

-¿Como que la mansión está vacía?

-Su majestad, cuando llegamos, nos encontramos con la mansión totalmente desocupada, no habían guardias, ni sirvientas ni siquiera los muebles, revisamos toda la zona pero nada....al parecer la familia Vryzas se mudó...

-Pero como....cuando...a donde fueron...

-No lo sabemos pero si usted lo ordena, lo averiguaremos.

-....bien, busquenlos. Y cuando sepan algo, me informan de inmediato.

-Si su majestad.

Dicho eso los guardias se retiraron rápidamente de ahí, tenían trabajo que hacer y era mejor empezarlo desde ahora.

Una obsesión no es tan fácil de desecharla, no porque ya no estuvieran cerca significaría que se detendría.

Eso era lo que el Duque no sabía.

No sabía lo que era capaz esa mujer que alguna vez creyó conocer.

Y con el paso del tiempo, lamentablemente lo podrá comprender.

《De regreso en Obelia》

Era temprano, hace poco había amanecido y el joven Lucas seguía inmerso en sus sueños.

Lamentablemente no podría seguir disfrutando ya que de un solo golpe se despertó.

La Duquesa había entrado a su habitación luego de haber abierto la puerta con una sola patada.

¿Que era lo que estaba haciendo?

-¡Mi pequeño Lucas!¡Es hora de despertar! Recuerda que tenemos que salir.