Capítulo 52

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Cuando la gente estúpida está enojada, hace todo mal.

Y esto era justo lo que estaba pasando.

Ya perdí la cuenta de cuantas veces gente trato de entrar en las noches a las habitaciones de mis hijos.

Claro que murieron en el intento.

Todos estaban alarmados por esto, pero yo más bien estaba atento, atento a cada movimiento.

Jennette ya había dejado de venir nuevamente y Giselle....

Giselle de verdad yo pensaba que era una mujer inteligente pero claramente me equivoque.

Ella juraba que no notaba como merodeaba a mis hijos.

Donde sea que estaban, ella estaba a lo lejos mirándolos.

Los magos cada día se esforzaban aún más por conseguir muchas más pruebas que relacionen a estas dos mujeres, con el fallecimiento de Athanasia.

Pero hasta el momento, lo único que tenían eran esas malditas plantas.

Necesitábamos más.

Un testimonio.

Algo.

Agh me dolía la cabeza de tanto pensar en eso.

Y peor hoy día, donde vendrían varios nobles al palacio, a discutir algunos temas del imperio.

Todos llegaron a la hora y las reuniones comenzaron.

Estuvimos hasta tarde, estas personas les gustaba discutir y eso me estaba cansando aún más.

Eran puros gritos y peleas hasta que se escucho un ruido extraño.

Bueno, no tan extraño, sino más bien al parecer alguien había entrado.

El salón en donde estábamos era bastante grande, y por lo mismo, tenía habitaciones dentro de ella.

Nosotros estábamos en una de ellas, en la más grande ya que tenía una gran mesa.

Nadie más que nosotros tenía permitido entrar al salón, por lo que se me hizo bastante extraño.

Les pedí que guardarán silencio y en eso se escucha.

-¡Maldición!¡Maldición!¡Maldición!

-Calmese un poco ¿no? Se que las cosas no ha salido como nosotras queríamos pero hay que calmarse.

-¿Calmarse?¿De verdad me pides que me calme Giselle? ¡¿Como me calmo si nada ha salido como quiero?!

-Duquesa, solo necesitamos un poco más de tiempo

-¡Ya no quiero seguir esperando! Yo quiero estar aquí, yo quiero ser emperatriz. El puesto está vacío ¡¿Por qué no me lo dan a mi?!

-Pues porque no esta casada con el emperador

-Por eso me deshice del estorbo mayor. Si bien no eran los resultados que esperaba, ella ya no está. Es una pena pero la vida sigue. Y Lucas debería entender eso.

-La entiendo. A mi también me molestaba la emperatriz y no voy a negar que me alegre cuando murió. Es cierto, no esperamos que muriera pero eso nos beneficio.

-Aún no he visto ningún beneficio con su muerte. Se supone que con esa planta solo tendría alucinaciones y podríamos haberla echo pasar por loca. Así hubiera sido muy fácil destituirla. ¿Realmente hiciste bien tu trabajo Giselle?

-¿Qué pregunta es esa? Claro que si. Seguí al pie de la letra las instrucciones que me dio ese libro. "Moler muy bien las plantas, remojarlo con un poco de agua, esperar a que salga el veneno y se exparsa en el aire." Eso fue lo que hice, todas las mañanas cuando ella salía a caminar por el jardín.

Abrí la puerta rápidamente y ahí estaban.

Las dos escorias que acababan de confesar su crimen contra mí esposa.

Ambas me miraron sorprendidas, pero antes que tratarán de escapar llame a los magos y las retuvieron.

No solo habían confesado su crimen frente a mi, sino que habían varios testigos que también las escucharon.

Los nobles que estaban aquí no podían creerlo, algunos no decían nada y otros pedían explicaciones.

Principalmente a Jennette quien aún después de haberse casado y ser ahora una Duquesa, seguía siendo parte de la familia imperial.

No se en que momento llegaron los guardias junto a mi padre y Claude.

Cuando los nobles vieron a Claude, le dijeron todo lo que pasó.

Se veía furioso y lo primero que hizo fue tomar desde el cabello a Jennette y acercarla a él.

-¿Con que fuiste tu quien mato a mi amada hija?

-P..Padre ¿Qué dices?...yo también soy tu hija...porque les cre....

¡PAM!

Claude azotó la cabeza de Jennette contra el piso, haciendo a todos temblar al ver tal acción.

Una y otra y otra vez.

Claude no paraba de azotarla y golpearla con todo lo que tenia.

Yo no podía creer lo que estaba viendo.

Iba a tratar de detenerlo pero en eso llego mi padre a mi lado y me abrazo, impidiendo que yo siquiera me metiera.

Luego de un rato, llegó el silencio.

Jennette yacía en el piso inmóvil mientras que Giselle, quien habia visto todo, estaba de rodillas temblando.

Con cierta dificultad un noble pregunto.

-Am....¿Está muerta?

-No, pero pronto lo estará. Llevenselas a ambas al calabozo.

Dijo Claude.

Los guardias me miraron y yo solo asentí.

Les dije a los nobles que mañana temprano sería la ejecución pública de ambas mujeres y que difundieran la noticia.

Ellos asintieron y se fueron rápidamente de aquí.

Después llegaron mi madre junto con la señora Diana, papá les contó lo que pasó y la señora Diana casi se desmaya.

Yo me sentía tan cansado.

Quería dormir.

Me sentía débil.

La sospecha que teníamos era verdad.

Si habían matado a mi esposa.

Una mujer que no les había hecho nada, absolutamente nada.

Mis padres me dijeron que lo mejor era que me fuera a descansar, yo acepte y me fui a mi habitación.

Asher y Leona estaban jugando en mi cama, les dije que mejor fueran a su habitación ya que quería dormir.

-¿Papi esta enfermo?

-No hija solo estoy cansado...

-Entonces papi debe dormir y Leona dormirá con papi.

-¡Yo también!

Dijeron mis hijos sacándose sus zapatos y cubriéndose con las mantas de mi cama.

Solté una leve risa, me saque los zapatos y algunas prendas que tenia y me fui a acostar con mis hijos.

Leona se apoyo en mi pecho y Asher abrazo a Leona.

No se cuanto tiempo paso pero rápidamente me quedé dormido.

Lo mejor era dormir, mañana sería un día muy pesado y necesitaría bastante energía para poder sobrellevarlo.




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A nada del final gente 👀

Espero que les este gustando la historia y nos vemos en el próximo capítulo

Frío Carmesí Donde viven las historias. Descúbrelo ahora