Enséñame a amar (yaoi)

Capítulo 15: Tacto en llamas.

"Algo se está interponiendo en el camino, 

algo está a punto de romperse. Voy a intentar mi lugar,en el diario de Jane." Breaking Benjamin- Diary of Jane.

Narra Louis.

"Me tengo que ir"

Le había mentido a Toby antes de salir a pasos temblorosos y agotadores a la salida del edificio, la bilis me ahogaba ante tanto movimiento de mi propio interior. El pecho comenzaba a dolerme horrores impendiéndome el paso del aire, tuve que tomarme de la pared mareado ante tanto movimiento. Ordenaba a mis piernas echarse a correr para que Toby no me alcance, pero el dolor de mi pecho era tanto...

Terminé dejándome caer en un golpe sordo en el suelo mientras con voz ronca y un cierto silbido que venía desde el fondo de mi pecho, trataba de jalar el aire que se me había salido de los pulmones.

-¿Por qué...?- Gemí mientras apretaba suave mi mano contra mi tórax con dolor, aquellas manos que quería que me tocaran, no podían hacerlo. Yo era parte de otro ser asqueroso que solo me veía como un juguete más; todo era cuestión de tiempo.

-¿Louis?- La voz ronca de Damián habló desde el umbral de la puerta, estaba allí con las manos metidas en sus bolsillos y una sonrisa burlona que me dio una terrible impresión, la boca se me secó al instante.

- Damián...- Jadeé su nombre roncó tratando de alcanzar la pared para apoyarme con la mano estirada hacía esta.

-Oh Louis.- Se agachó abrazándome contra su pecho de inmediato llegándome el hedor de alcohol en su aliento, su tacto era grotesco y fuerte a diferencia de Toby que siempre trataba de tocarme lo más suave posible cual cristal.- ¿Qué pasa, lindo?

-Nada.- Apreté ambos puños sobre su pecho apretando su camisa grisácea, este se comenzó a reír de inmediato ante el desespero de mi  tacto.

-No te creo nada.- Incluso podía sentir que su manera de hablarme era demasiado golpeada.

-Pues no tienes por qué hacerlo.- Respondí separándome de él desesperado por ese trato tan pesimista de él. Tenía ganas de darle una cachetada para borrar la estúpida sonrisa que se formaba sobre su rostro, tenía ganas de patearlo y escupirle para que se dejara de burlar de mí.

-Oye, no tienes por qué ser agresivo.- Me tomó de la muñeca y el ardor de las antiguas cicatrices me invadió haciéndome abrir la boca para soltar un leve chirrido; sonrió más.

-¡Suéltame! – Su agarré aumento presionando sus uñas sobre la ropa mientras rogaba que no fuera a gritar por el dolor de las heridas.

-Eres demasiado grosero...

-¡Damián!- Grité su nombre apretando la quijada al grado del dolor, pero de un movimiento me estrelló contra una de las paredes sacándome de nuevo el aire de los pulmones, mi cabeza chocó con uno de los cuadros haciendo que una fuerte pulsara me invadiera la nuca.

- Ni si quiera me puedes decir, "cariño":- Jaloneé un poco con él para que me soltara, pero el sólo me dedicaba esa mirada azulina de sarna y burla. Un escalofrío me recorrió desde la punta de la espina dorsal hasta la nuca que me hizo querer lanzar un grito de terror. Junto su frente con la mía antes de volver a hablar.- No tienes derecho a gritarme, ¿oíste?... Solamente eres un estúpido juguete de diversión.

-¡Que me sueltes!- Alcé la voz más alta con la esperanza de que alguien en la parte de arriba me escuchara, pero vaya que no fue así.

-Cállate.- Puso su mano sobre la boca apretándola tanto que me dolía las uñas de sus dedos.- Creo que mereces una lección.