Enséñame a amar (yaoi)

Capítulo 22: Cez Laurient (Parte 1)

"Día cuatro sin ti. 

Me abandonaste a las tres de la tarde.El reloj lleva marcando cuatro días las tres y cinco."

N/A: Esto es de suma importancia, éste capítulo es narrado desde el pasado del mismísimo Cez. Considéralo una autobiografía, un acercamiento al personaje de suma importancia para la historia y así mismo está en cursiva por ser parte del pasado; por eso se sale del punto original de la historia. Ahora sí, sigue leyendo. Se recomienda leer con la canción.

Si el link de la canción no aparece o no abre esta es: Drown- BMTH

Tomé la mano del niño a mi lado con mucha timidez, mientras el miraba al lado contrario al mío para evitar que nuestras miradas avergonzadas se encontraran a la vez que se enredaban sus dedos con los míos. Ambos moríamos de vergüenza al no saber lo que realmente era el "amor"

-Espero que te haya gustado tu juguito de fresa...tuve que lavar los platos para que mamá me diera un poquito de dinero de más.- Me dijo el chico con mucha timidez, sin voltear realmente a verme.

-Sí...me gustó muchísimo.- Le volteé a ver tomando yo la iniciativa y le sonreí tranquilamente. El claxon de mi mamá me sacó de mi burbuja de perfección haciéndome saltar del susto y separar nuestras manitas.- Ya me tengo que ir, nos vemos mañana, James.

-¡Espera!- Me llamó justo cuando acaba de dar pasos para que fuera donde mi mami- ¿No me vas a dar mi beso de despedida?

-Pero claro.- Me regresé con una emoción grande en mi estómago, dándole un besito en la mejilla para luego correr de vuelta al auto negro de mi madre.- ¡Hola ma...!- Me interrumpió.

-¿Quién era ese chico, Cez?- Preguntó mirándome con severidad enterrando las uñas en el volante, sus bonitas cejas se arqueaban severas.

-Era un amigo, mami.- Atiné a responder rápido.

-¿Y cómo por qué le diste un beso de despedida?- No dejaba de mirarme.

-Porque es mi amigo...

-Ah....- Suspiró tocando con su pálida mano su cabeza antes de conducir de camino a casa.- Hijo, te la voy a pasar esta vez... pero los niños no se despiden así, es anti natural, tienen que chocar los puños.

-¿Ah? Pero mis demás amigas se despiden así, mami.

-Sí, pero ellas son niñas.

Hubiera querido haber hecho a la petición de mi madre tan estúpida de no despedirme de beso de James; tal vez si eso lo hubiera podido evitar esto no estaría pasando y la situación hubiera sido por completo diferente.

La verdad, no le hice caso a mi madre y continuaba despidiéndome de él de beso a escondidas. Porque James era demasiado lindo como para poder negarle su carita de perro y un beso de despedida; además que en realidad yo no le veía nada de malo. Si a mis demás amigas del colegio podía darle un beso en la mejilla, ¿por qué a él no?

El verdadero problema ocurrió un viernes, recuerdo todo tan claramente. Ese viernes el cielo estaba nublado y viento frío soplaba entre todos alertando de una probable lluvia. James llevaba una chamarra negra con una bufanda azul haciendo resaltar sus cabellos rubios mientras que yo llevaba un saco de un potente color vino.

-Pero ya te di tu beso de despedida. ¡Mamá me está esperando, James!

-Anda Cez.- Me sonrió juntando sus manos casi rogándome a pesar de mi inminente desesperación.- Solo otro besito, por favor.