Capítulo 33: Shinem Pétrov. (Única parte)

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"Déjalas entrelazarse,

sincronizarse, conocerse,amarse, separarse, extrañarse...

Después de todo son almas,

mueren cuando se sienten solas."

N/A: Esto es de suma importancia, éste capítulo es narrado desde el pasado del mismísimo Shin. Considéralo una autobiografía, un acercamiento al personaje de suma importancia para la historia y así mismo está en cursiva por ser parte del pasado; por eso se sale del punto original de la historia. Ahora sí, sigue leyendo. Se recomienda leer con la canción. 

Si el link de la canción no aparece, esta es:  Three Days Grace- Someone who cares

Lloraba con mis manos en la boca para tapar mis quejidos y demás, solamente tenía 5 años y no entendía porque los de último grado me hacían tanto daño si yo no les había hecho nada.

Con precaución toqué mi cara, donde el golpe que había recibido se comenzaba a hinchar de manera rápida, se sentía caliente y me dolía terriblemente de solo tocarlo.

-Auch.- Dije adolorido comenzando a llorar nuevamente, haciéndome bolita junto a la tasa del baño con temor, sin importar lo sucio que estuviera el suelo ni lo tarde que fuese.

-¿Hay alguien aquí?- Preguntó una voz suave que comenzaba a acercarse haciendo eco a cada paso de su caminar, todos los niños ya había salido posiblemente de la escuela y yo seguía aquí, encerrado llorando patéticamente. La puerta donde estaba se abrió y yo comencé a sollozar de manera fuerte abrazando mis piernas para que no me pegaran, el miedo me volvió a invadir.

-P-por favor...- Pedí piedad de inmediato, poniendo mis manos sobre mi cara para que no me lastimasen más, no más...

-¡Oh, pobre niño! , ¿Pero qué te hicieron?- La mujer se acercó tocando mi cabello, con toda la precaución que podía, pero mi terror y llanto era inevitable.

-No me lastimes... por favor, ya no.

-Nadie te hará daño, pequeño....- Con sumo cuidado fue quitando de apoco las manos de mi cara, revelando los múltiples golpes que había recibido y revelando a su vez las lágrimas que caían cual cascada de mi cara. Lo primero que vi fue un rostro amable, algo viejo con una expresión llena de pena en sus ojos verdes.- Oh, pobre pequeño.

De apoco me fue ayudando a levantarme, mientras la tensión y terror a que me lastimara se acrecentaba haciendo que caminara jorobado listo para recibir golpes y patadas, la buena dama trato varias veces de hacerme caminar recto pero no daba resultado.

-¿A dónde vamos?- Gemí de manera baja sin atreverme a mirarle la cara, escuché la risa de la mujer que trataba de calmarme.

-A la salida, es tarde y deberías estar en casa. Mañana vamos con el Director del plantel, para que vean tu caso, a esta hora solo estoy yo haciendo la limpieza.

-G-gracias...- Fue lo único que dije. En cuanto salí del Colegio emprendí carrera hacía mi casa entre lágrimas y tropezones, esperando a que pudiera llegar con bien a mi y nadie me hiciera daño de camino a esta.

La puerta de la amplia casa se abrió dejándome ver la prominente mansión que se abría paso frente a mí, mire a ambos lados antes de emprender carrera hacia mi recamara tratando de evitar tomarme con alguna mucama o sirviente de la casa que empezará a hacerme preguntas desesperadas o algo por el estilo.

Enséñame a amar (yaoi)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora