"-La vida es magnífica porque tiene un final...No una muerte violenta como la que nos prometen las batallas, sino una muerte en una cama cálida, rodeado de la gente que te aprecia. Yo quiero esa muerte dulce, en la que el corazón se detiene, no porque estés herido de muerte, sino porque los años y los recuerdos ya son demasiados para una sola vida." Mi vida con Sebastián Michaelis de Slinky-Pink.
Narra Lauro.
Siempre me ha parecido que Cez tiene una belleza muy peculiar, si lo mirabas a detalle podrías darte cuenta de lo peculiar de su rostro, pero si solo lo ves de rápido podría parecerte un tanto perturbadora toda su apariencia.
Y eso mismo me estaba dedicando a hacer.
Estaba a su lado mirándolo tan atentamente que podrían haberme confundido con una estatua, mientras él únicamente se dedicaba a abrazarse a sí mismo y mirar al suelo. Su piel era demasiado pálida y se veía casi como un espectro ante el amanecer del sol, sus ojos negros le daban a todas sus facciones mucha profundidad y el rojizo de su cabello las enmarcaba. Toda su apariencia era extraña.
Mis ojos notaron primero los bonites negros que calzaba, fueron recorriendo hasta llegar a su pantalón de mezclilla y luego subir hasta su suéter negro. Me di cuenta de lo andrógino que era su cuerpo y de lo delgado; probablemente esa era la razón por la cual la mayor parte se acostaba con él.
-Eh, zorrita.- Dijo alguien mientras escupía a sus botas con desdén y seguía su camino entre risas, Cez no se inmutó si quiera a mirarlo mientras yo contenía la rabia dentro de mí. Sus ojos no quitaron de vista el suelo en ningún momento, pero todo él parecía haberse vuelto infinitamente triste y lejano.
-¿Qué es lo que quieres?- Fue Cez quien después de un largo rato preguntó casi en un lamento.
-¿Perdón?- Su voz me desestabilizó completamente y me sacó de golpeé de mis pensamientos, alcé la mirada como un infante a quien han pillado, para encontrarme también con sus penetrantes ojos que me miraban con una inmensa frialdad.
-Ya me escuchaste, ¿qué es lo que quieres?- Su nariz estaba roja de tanto llorar además de las ojeras en sus ojos, cualquiera podría apostar que era una bestia salvaje herida.
-Eso ya lo sabes...- Solté tratando de sonar lo más firme posible, pero el arqueó la ceja de inmediato ante lo dicho.- Te he dicho antes que quiero ayudarte...
-Ah...- Suspiró desviando la cara, casi aburrido.- Sí, es verdad, ¿cómo olvidarlo?
El silencio quedó latente sobre nosotros y realmente pensé que se quedaría callado eternamente sin darme ninguna respuesta fija. Suspiré mirando la punta de mi tenis negros y me levanté listo para irme sin más, sin embargo Cez me tomó rápidamente de la manga deteniendo mi andar.
-¿Sí?-Pregunté sin voltear, supuse de inmediato en mi mente qué tipo de cara tendría el pelirrojo en estos momentos.
-He perdido a Tobías, pero eso es lo que menos me duele en estos momentos...- Empezó a hablar con la voz un tanto quebrada.- Acabo de darme cuenta que me he perdido a mí, necesito ayuda.
Y sin decir más, volteé para darle Cez un fuerte abrazo de reconfort antes de regresar al hospital.
Narra Tobías.
-Shin, por favor, cálmate...- Pedía mientras él seguía con la cara escondida entre sus rodillas llorando a todo pulmón, era incapaz de controlarse.
-¿¡Cómo?! ¿¡Cómo quieres que me calme?!- Gritó con desespero alzando la vista tan brusco que su cabello brinco. Tuve que echarme para atrás de la impresión con la garganta seca por su repentina acción.
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Enséñame a amar (yaoi)
FanficEl amor es una mierda. Sí, así tal y como lo digo, una bendita y reverenda pérdida de tiempo. No sirve de nada estar enamorado, solamente hace daño. Destroza todo lo que tienes. ¿Qué cómo lo sé?, ¡Si es más que simplemente obvio: porque lo viví! Así...