"Día cinco sin ti.
Tu ausencia aplasta mis entrañas.Parece que ha pasado por mi alma noventa años."
N/A: Esto es de suma importancia, éste capítulo es narrado desde el pasado del mismísimo Cez. Considéralo una autobiografía, un acercamiento al personaje de suma importancia para la historia y así mismo está en cursiva por ser parte del pasado; por eso se sale del punto original de la historia. Ahora sí, sigue leyendo. Se recomienda leer con la canción.
Si el link no funciona, o simplemente no aparece la canción es: Hozier- take me to church
Nueva vida:
Mi habitación era tan común que me parecía tan sub real. No había ni un solo cristo pegado en la pared, no había un terrible olor a humedad que llenara en mis entrañas, no había una terrible oscuridad, ni una vela que alumbrar mi camino, ni nada por el estilo. Solo paredes esperando a ser adornadas, colchones sin sabanas, focos por doquier y una ventana grande a un costado de la pared.
Además de una persona libre parado a la mitad de la habitación...
Los planes los había vuelto mierda, yo tomé las riendas de mi vida:
En primer lugar: Escogí la carrera de Música.
En segundo lugar: Le mande una foto a mi familia de mí besándome con el primer chico que me encontré en la calle en cuanto salí del convento.
En tercer lugar: Lucía con orgullo todo lo que yo era.
-¡Hola!- La voz gruesa de un joven me tomó desprevenido haciendo que volteara casi asustado. Me topé con un joven mayor que yo, atractivo, de ojos azules profundos y cabello negro mirándome del marco de la puerta con un aspecto agitado. Tuve que morderme el labio al darme cuenta del chico que estaba delante de mí, me encantaba su aspecto de "chico malo"
-Hola.- Le sonreí de vuelta conmocionado de ver a alguien tan atractivo, pero manteniendo mi postura al no tener mucho contacto humano tan amable en tanto... tanto tiempo.
-¡Discúlpame, yo era el que tenía que ir a recibirte en la entrada del campus, pero hay demasiada gente y termino perdiéndome yo solo!- Habló tan rápido y apresurado que apenas pude entenderlo.
-No te preocupes, de todas maneras supe cómo llegar hasta aquí.- Me encogí de hombros tratando de verme normal y despreocupado.
-Bueno, ¡me retiro!- Y salió disparado por el pasillo, seguramente para disculparse con más personas.
Sonreí extrañamente reconfortado de saber que mi primer encuentro con una persona era agradable, así que seguí con más emoción mis actividades y desplazamiento de mi nueva habitación. Visualicé el ropero y traté de subir algunas cajas con diversas prendas y cosas arriba de este, pero para mi sorpresa la caja se regresó a mi tirándome al suelo haciendo un desastre de cosas.
-¡Ah!
-¿Te ayudo?- Otra voz amable me habló desde el umbral de la puerta haciendo que mi mirada se volteara a él. Juro que sentí en la entre pierna un cosquilleo al ver a un chico de una larga y perfecta sonrisa parado ahí. Tenía el cabello de un azul reluciente fuerte, unos ojos grises capaces de hacerme perder en su tormenta, una tez clara casi perfecta y más o menos de mi tamaño. Realmente simpático.
- Hola...- Sonreí un tanto embobado extendiéndole la mano para que me ayudara a levantarme.- Soy Cez, Cez Laurient.
-Tobías Bennet.- Me extendió la mano haciendo que la juntáramos, ambos estrechamos las manos y noté lo cálido que era.
-¿Mi nuevo compañero? Vaya, estoy realmente sorprendido.- Dije mirándole de pies a cabeza preguntándome inconscientemente de su orientación sexual.
-¿Ah sí?
-Sí.- Y sonreí.
Terminé siendo mejor amigo de mi compañero de cuarto y sin querer, también terminé atrapado en sus encantos tomándole un inmenso cariño en poco tiempo; Tobías me escuchaba cada noche, cada minuto que yo quisiera. Ambos nos contábamos historias y ambos nos dábamos el amor que nos faltó el uno al otro cuando más lo necesitábamos.
Terminamos ambos enamorados de cada detalle del uno al otro.
Toby amaba el sabor a ciruelas, tenía una seria obsesión con tomar café por las mañanas y la noche. Temía a las alturas y cada vez que en nuestras citas pasábamos un puente yo tenía que tomarlo de la mano para que los traumas de la niñez no vinieran tras de él y tuviera un ataque de pánico. Amaba ver películas aunque sinceramente a veces me dormía sobre su pecho y él no le molestaba. En los días que más estresado él estaba solía hacerle un desayuno junto a una carta diciéndole lo mucho que lo amaba y lo mucho que deseaba que él estuviera bien.
Le di todas mis primeras veces, yo le di mi virginidad a él para que viera y supiera que yo aceptaba su pasado y su enfermedad mental (Satiriasis). Lo que terminó de consumirme por completo fue que el acepto el mío junto todas mis complicaciones y consecuencias.
Sin embargo los cuentos de hadas no existen ni nada es perfecto.
Un día, que sinceramente no recuerdo con exactitud, mientras yo hacia las compras para llenar el refrigerador que se encontraba relativamente vacío en nuestro departamento, una mano me tomó por la espalda. El impacto fue tanto que de la sorpresa se me fue el aire duramente.
-¿Cez?- Me habló el rubio tan alto y tan fornido enfrente de mí. Él comparación de Toby parecía modelo de portada, con fuertes brazos, con una espalda amplia y un grueso abdomen que resaltaba bajo su playera de futbol americano.
-¿James...?
-¡Cez!- Gritó mi nombre estrechándome contra él sin importar que sus compañeros de equipo nos vieran pervertidamente.- ¡Joder, cuanto tiempo!
-Y-yo...- No tenía ni palabras para pensar que estaba pasando. La sorpresa me era tan grande que no esperaba que esto fuera a ocurrir en ningún momento de mi vida.
-¡Mírate! Eres tan hermoso como cuando niño...
-S-sí...- Tartamudeé no sabiendo que hacer o que decir. James se veía tan imponente, tan fuerte y tan intimidante que me había dejado shockeado.
-Deberíamos quedar más seguido, platicar...ya sabes.- Dijo directamente mientras se rascaba la nuca.- Como en los viejos tiempos...
-Claro.
Jamás de vi a ver aceptado. En los días donde Toby tenía más clases yo me salía en busca de James. Tomábamos café, íbamos al cine, le inventaba una historia de donde había estado tanto tiempo y el porqué de mi desaparición tan espontanea, mientras el me platicaba de su pasión por el Futbol americano.
Tal vez si hubiera tomado la decisión correcta de presentarle a Toby no hubiera pasado esto, sino me hubiera llevado por la pasión de la juventud que había tenido hacia James, Toby no me hubiera votado.
La verdad cometí error tras error, eso no lo puedo negar. La vedad no quiero especificar tanto que pasó esa misma tarde en la habitación, simplemente pasó.
Me quedé sin novio, por haberlo engañado enfrente de sus narices.
Me quedé sin amigo, por haberle mentido tanto tiempo y meterme en la cama con el no respetando mi actual relación.
Me quedé sin escuela, puesto que Jamés expandió el rumor tan rápido de lo que sucedió que todo el mundo me trataba como puta haciéndome burlas y no respetándome.
Me quedé sin privacidad, puesto que el chisme salió fuera de la propia Universidad.
Me quedé sin dignidad, puesto que al menos el 50% de personas que encontraba me manoseaba indiscretamente y 30% terminaba violándome donde ellos quisiesen aun resistiéndome y gritando por piedad.
Lo único que yo deseo, lo que quiero. Es alguien que me proteja y cuide como Toby lo hacía. Lo quiero devuelta.
ESTÁS LEYENDO
Enséñame a amar (yaoi)
FanfictionEl amor es una mierda. Sí, así tal y como lo digo, una bendita y reverenda pérdida de tiempo. No sirve de nada estar enamorado, solamente hace daño. Destroza todo lo que tienes. ¿Qué cómo lo sé?, ¡Si es más que simplemente obvio: porque lo viví! Así...