Capítulo 21: La vida se te escapa entre las manos.

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"Día tres sin ti. No llamas y todo, las canciones en mi cama,la pena en mi pecho,tú nombre, mi nombre: con el tuyo.tus fotos,mis trozos,nuestros restos.Comunica."

Louis lloraba por las mañanas, por las tardes, por las noches...

El terror de dejarlo por unos momentos solo siempre me inundaba, por el hecho de que su vida se me podría escapar como agua entres mis dedos; y sin darme cuenta yo mismo me iba quitando mi propia vida al estar junto a él.

Louis comenzaba a temer por cualquier contacto humano. Incluso el mío.

Temblaba sin control y terror igualmente cada que yo salía de la habitación o trataba de hacerlo ir a clases; comenzaba a pensar que probablemente perdería su lugar en la carrera.

Otra cosa que nos atormentaba era el hecho de que los derrames nasales estaban a la orden del día, junto con el constante malestar en el pecho de Louis.

El infierno estaba aquí y al parecer no tenía ni poca compasión contra Louis.

Solo dos putos días han pasado. Y como tres horas he dormido por día, con un Louis que me pide que le diga que lo ame...

Un mal presentimiento se alojaba en mi pecho, como indicándome que en vez de que las cosas mejoraran todo se iba a caer ante mis pies.

Mis pensamientos comenzaban a atormentarme día y noche, pues comenzaba a darme cuenta que empezaba a sentir algo más que solamente lastima por el castaño, comenzaba a sentir un afecto profundo hacía él; eso me asustaba y no me dejaba pensar de manera clara ni precisa...

He pensado en muchas estupideces últimamente: He pensado en irme con él, dejar todos nuestros esfuerzos y sueños para empezar de 0, pero juntos. He pensado en ir por la noche y cobrárselas a Damián con golpizas hasta la muerte. He pensado en perder todo mi orgullo para volverle a hablar a mi padre y que me diera dinero para cuidar de Louis. Igualmente he pensado en botar a Louis con su único familiar que le queda, su primo; pero por lo poco que me ha contado de él es bastante inestable y no ha tenido tampoco una vida para nada bonita. Entonces tampoco era la mejor de mis opciones...

Louis ahora mismo se encontraba abrazando sus rodillas contra su pecho mientras respiraba ásperamente provocando un especie de ronquido aunque estuviera despierto; posiblemente se encontraba así mismo lamentándose de su vida o tal vez simplemente disfrutando de su propio silencio.

-Voy yo.- Contesté cuando la puerta retumbó con fuerza. Louis detrás de mí se enrolló entre las sabanas para no ser notado, mostrando el pánico nuevamente en su ser.

-Busco a mí hijo.- Un hombre regordete con una botella en mano y un terrible hedor a alcohol fue quien me recibió en cuanto abrí la puerta. Me asusté por un momento pensando que era un vagabundo que había logrado poder saltarse entre los guardias de seguridad de la entrada de la Universidad y que estaba próximo a robarnos.

-¿Quién carajos es usted? – Pregunté entrecerrando la puerta para que no pudiera ver nuestras pertenencias, ni mucho menos a Louis dentro de la habitación.

-¿No oíste estúpido?- Tocó el borde de la puerta haciéndome notar la diferencia visible de altura entre él y yo. -Vengo por mi jodido hijo.

-Está equivocado.

-Mi hijo es Louis Parker, así que quítate del camino, maldito marica.

-Está dormido.- Cerré la fuerza con fuerza para intentar cerrar pero su pie me lo impidió.

Enséñame a amar (yaoi)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora