"- Si estas esperando a que le diga "esas palabras" señorita, le aseguro que no las oirá de mí —lo dijo de inmediato, como si me hubiera leído la mente. Seguro que sí, casi confiado, y sonrió satisfecho cuando levanté mis ojos hacia él, sorprendida por haberlo atrapado al vuelo. Su expresión se volvió de piedra, y pude escuchar sus dientes rechinando unos con otros, mientras me observaba de pies a cabeza, estudiándome, paseando sus ojos por sobre mí, casi con malicia-. Palabras vagas, humanas y efímeras... ¡si pudieras comprender, Ellise! Podría quemarte viva, si esto fuera fuego. Solo con pensarlo. No entiendes nada, porque solo has sido humana, mujer y mortal, y no comprendes lo que es esto para alguien como yo... Sentir algo que podría acabar por completo con tu inmortal existencia. No comprendes lo que es sentir de nuevo, por primera vez en milenios, algo que te causa más curiosidad, más satisfacción, que nada de lo que has probado. Crees que puede llegar a quebrarte, a hacerte trizas..." Mi vida con Sebastían Michaelis- Slinky Pink
Deslicé mi mano entre la de Louis cada vez más delgada, los rastros de lágrimas enmarcaban el rostro del castaño, que mantenía sus ojos cerrados para tratar de controlarse a sí mismo.
Estaba más que aterrado, una semana había pasado desde la noticia de que necesitaba un trasplante de pulmón para mejorar, y todo parecía caer más y más abajo. La siguiente noticia, era aún más devastadora llegó poco después: Había riesgo de metástasis* y eso había causado en Louis una depresión profunda en Louis, que lo único que causaba era que poco a poco comenzara a podrirse por dentro.
-Toby...-Su voz hizo un eco en mi cabeza sacándome de mis propios pensamientos, al alzar la vista vi la imagen que tanto me hacía entristecer, ver sus ojos decaídos de prominentes ojeras no me era nada grato en lo absoluto; tuve que ordenarle a mis piernas que no se echasen a correr del estrés.
-¿Sí?- Pregunté apretando un poco más su mano entre la mía, sonrió un poco ante mi gesto.
-¿No te doy asco?
Su pregunta me tomó desprevenido y tuve que morderme el labio para no contestar alguna estupidez. La garganta se me hizo un nudo mientras mi mente carburaba lo mejor que podía: No, no me daba asco. Me daba pena, me daba suma tristeza, me daban ganas de apoyarlo a salir adelante y decirle que él estará bien, me daban ganas de seguir apoyándolo el resto de su vida; pero no sabía cómo hacerlo. Bajé la vista al sentir los ojos quemarme de las lágrimas impotentes que amenazaban con escaparse de mi visión.
-No, no me das asco...- Pronuncié con la voz rota y la garganta doliéndome; él me volvió a sonreír casi conmovido.
-Gracias, Toby.- Y quedó unos minutos en total silencio, con la vista hacia el techo mientras la noche seguía sobre nosotros y ocultaba las tristes lagrimas que se resbalaban por mi mejilla.- Toby, ¿podríamos hacerlo?
Su pregunta me volvió a chocar tanto que casi salto del asiento ante aquella propuesta, no es como si no quisiera hacerlo con él; de hecho desde de la noche que me aproveché de Shinem no volví a tener otro encuentro sexual. Me haría bien tener un encuentro de Louis... pero por primera vez en mi vida había algo mucho más grande que mi deseo sexual; el terror.
Tenía terror de hacerle daño a Louis, le sentía tan frágil como un pedazo de cristal y era más que obvio que sentía ante las palmas de mis manos que lo rompería en miles de pedazos. Louis continuaba ahí, con los una leve sonrisa enmarcando su rostro delgado.
-Te voy a lastimar Louis...-Comencé descargando mis preocupaciones, para después desbordarme cual manantial.- Te voy a hacer daño, no estás apto, ¿y si nos descubren? ¿y si te pasa algo?
-Hey, hey, hey...- Su mano tocó mi rostro casi con diversión.- Voy a estar bien.
Me relamí los labios por los secos que estaban del susto, y solamente terminé asintiendo sentándome a su lado en la camilla que rechinó ante mi peso rompiendo el silencio entre los pasillos, deslicé mis labios hasta los suyos haciendo presión bajo estos sintiendo lo terriblemente secos y rotos que estaban bajo el peso de los míos. Louis me correspondió de manera lenta y patosa, deslicé mi mano bajo su blusa para encontrarme con una visión horrible; mis dedos se encontraron con las costillas enmarcadas sobre la piel de Louis haciéndome sentirlas tan claramente.
Traté de despejar esa visión de mi mente para besar su cuello, la piel de este perdía su fragancia natural y su mezcla de olor a tabaco para ser remplazado con el hedor del hospital y de demás medicamentos. Lo bese lento, mientras las lágrimas se me escapaban de los ojos a encontrarme con la decadencia de su cuerpo.
Louis suspiró ante el tacto de mis dedos sobre sus pezones, que se erectaban ante las yemas de mis dedos que los masajeaban en circulos. Deslicé la otra mano libre entre sus piernas con la esperanza de encontrarme con sus suaves piernas, pero fue todo lo contrario.
El sexo jamás me había parecido tan poco agradable ante el día de hoy, jamás había sentido la terrible tristeza al encontrarme entre las piernas de alguien.
En cuanto terminé de lubricarlo con mis dedos, me introduje en él con la mayor delicadeza que pude mientras Louis susurraba mi nombre excitado. Trataba de no verlo al rostro y de notar como la piel se le enmarcaba, la palidez de todo él y de los múltiples hematomas a lo largo de este.
No era un acto de amor puro o un acto de pasión desenfrenada, era una escena de tristeza y llena de tragedia.
Narra Lauro.
-Pensé que estabas bromeando.- Fue lo primero que me dijo Cez al abrirme la puerta de su departamento. A la inversa pensaría nuevamente que él me estaba bromeando a mí... ¡pero no!, de hecho su cabello estaba totalmente despeinado y una enorme piyama de colores opacos le vestía.
-Yo no bromé nunca con esto, Cez.- Dije al terminar de recorrerlo con mi mirada, él pareció totalmente divertido ante mi comentario y abrió más la puerta de la habitación.
-Adelante, entra.
La sala fue lo primero que me recibió, todo era de colores minimalistas y tonalidades bastante neutras que parecían combinarse casi en armonía la una a la otra, lo único que parecía fuera de lugar era Cez que rompió de inmediato la belleza del lugar al tirarse brusco en el sofá.
No dije nada cuando se quitó la parte superior de su vestimenta, me mordí el labio en una mezcla de autocontrol y pena a ver su torso desnudo y pálido asomarse, era realmente delgado y los pezones rosados saltaban a la vista entre todo; pero también era inevitable ver las marcas de dedos moradas en su cadera.
-¿Cez?- Pregunté después de un rato de observarlo en silencio, casi perturbado.
-Empieza.- Soltó en un suspiro cansado echando la cabeza hacía atrás, entregándose casi a mí.
Le sentí temblar en cuando me senté a su lado en el sillón, incluso le vi cerrar los puños con fuerza nuevamente al momento en que rocé con delicadeza las marcas en su cadera; era toda una tortura para él. Sin embargo, lo que menos me perturbo fue ver sus ojos llenos de sorpresa al momento en que lo enderecé para darle un abrazo fuerte.
-¿Qué...?- Tartamudeó el pelirrojo mientras sentí bajo mis dedos como su piel se erizaba. Yo mismo esperaba que no viera mi rostro, pues sentir su cuerpo tan frágil y desprotegido contra el mío había hecho que me dieran unas terribles ganas de llorar.
-Te dije que te iba a ayudar, Cez.- Repetí con un nudo en la garganta, el corazón me latía fuerte contra el pecho, tanto que sentía pronto que rompería mis costillas.
El siguiente que terminó lleno de sorpresa fui yo, pues sentí sus dedos fríos apretándome la espalda de apoco y su aliento rozándome el área entre el hombre y el cuello. Seguido de un pequeño sollozo y un "gracias" con la voz rota.
Querido lector, el final esta próximo a llegar, gracias a todo tu apoyo y lecturas.
Por favor, no se te olvide leer la nota que se encontrará después del epilogo, es una carta para aclararte dudas y darte un nuevo panorama de la novela.Gracias.
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Enséñame a amar (yaoi)
FanficEl amor es una mierda. Sí, así tal y como lo digo, una bendita y reverenda pérdida de tiempo. No sirve de nada estar enamorado, solamente hace daño. Destroza todo lo que tienes. ¿Qué cómo lo sé?, ¡Si es más que simplemente obvio: porque lo viví! Así...