Capítulo 29: New Friends.

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"Día once sin ti:

me he olvidado que te estaba olvidando y te he olvidado."

-Te amo...- Me susurró Louis tocando mi espalda con lentitud.

La cabeza me daba vueltas, y cada que Louis me tocaba tenía la inmensa necesidad de echarme a gritar y llorar de desconsuelo, la inminente ansiedad crónica que tenía había desaparecido (por el momento) y en su lugar había dejado una laguna de culpabilidad que comenzaba a carcomerme de a poco; después de todo acaba de utilizar a Louis para saciar mi propia demencia.

-Y yo a ti...- Le dije de vuelta arrancándome pedazos de cabello lo más discreto que podía ante la mirada de Louis; después de todo no solamente acaba de usarlo...sino también le estaba mintiendo.

Me levanté frustrado, mirando a Louis unos momentos. El me miró de inmediato y sonrió mientras su pecho emitía un pequeño silbido extraño que perturbaba el silencio y el hedor a sexo.

-¿Sabes? Me siento mejor para comenzar a volver a clases...- Comenzó a hablar nuevamente al notarme tan distraído, su mano buscó la mía.- Jajaja, tal vez hasta hemos reprobado muchas materias.

-Sí.- Contesté a medias.- Pero, ¿qué va a pasar con Cez y Damián?

-Creo que ya no les tengo miedo...- Sonrió como regalándome una promesa tierna de amor, con tanta inocencia que el pánico me invadió a mí.

-¿y tu padre?, yo no estoy todo el día contigo, yo no sé qué pueda suceder un día que este distraído, Louis yo no quiero que te pase nada malo, por favor no...

-Toby.- Tomó ambas manos mirándome a los ojos.- Voy a estar bien...

La piel de mi brazo se erizo mientras Louis me sonreía con calidez.

-¿Estás seguro?

- Muy seguro, Toby.- Besó mis labios y nuevamente me paralicé, acaba de comprender que me había convertido en el único pilar de Louis...que era lo único que ahora comenzaba a sostenerlo. Era una bendita mierda de persona. – Voy a vestirme, ¡quiero llegar a mis clases!

Levantó los brazos cual niño emocionado antes de caminar directo al baño a hacer sus cosas.

Narra Louis.

La cadera me dolía horrores, muchos se burlaron de mí en clases puesto que la sangre escurría constante de mi nariz, los profesores me amenazaron de no hacerme pasar de años y además el pecho me dolía.

Pero estaba inmensamente feliz. Desde que mamá estaba a mi lado no había sentido nada igual.

-¡Vaya, vaya!- Hablaron desde atrás de mi.- ¿Tú eres Louis Parker?

-¡Claro que es Louis Parker!- Habló una segunda voz desde; me di cuenta de inmediato que era un grupo de amiguitos; probablemente pandilleros.- Encaja perfectamente con la descripción que nos dio la zorrita.

Volteé lento mirando a un grupo de dos personas únicamente que mi miraban, ambos parecían los típicos alumnos que eran verdaderos idiotas.

-Oye.- Volvió a hablar el primero de ellos.- Acércate, bonito. No te haremos daño...

-Oh tal vez...- El otro comenzó a sacar un largo palo detrás de él mirándome.- O tal vez sí...

No esperé ni un poco más para comenzar a correr tan fuerte como mis débiles piernas me lo permitían, ellos reían a carcajadas siguiendo cada paso que daba. Las personas a mi alrededor solo miraban como pronto iba a ser golpeado y nadie hacía nada.

La cabeza comenzaba a palpitarme, no iba a llegar donde Toby a tiempo.

-¡Te tengo!- Gritó tomándome del cuello de playera.

Lo siguiente que sentí fue el impacto contra la pared que recibió mi espalda, sacándome el aire de los pulmones costándome de por sí respirar.

-Aw... quiere llorar.- Dijo el segundo tomándome de los cabellos para que alzara la mirada.

-¡Vamos a jugar!- y alzó el palo tomando fuerzas para impactarse contra mí; no quise ver. Cerré los ojos con fuerzas esperando el duro golpe de la madera contra mi cuerpo.

El golpe nunca llego.

-¡Hyaaa!- Gritó alguien mientras se abalanzaba ante el sujeto cual jugador de futbol americano.

-¡¿Qué demonios?!- Gritó el amigo quien no fue tacleando mirando al albino que daba zapatazos en la cara a su compañero.

-¡Tú también ten tu merecido!- se lanzó a él en cuanto le vio tirándolo al piso para también darle golpes con su zapato en la cabeza.

-¿Qué esta...?- Jadeé mirando al pequeño albino sorprendido, quien no paraba de golpear.

Pronto un segundo albino de pelo rosa llegó echando agua a ambos sujetos como si fueran alguna especie de gatos.

-¡Shuu!- Gritó el peli rosado.

Ambos sujetos no aguardaron más, levantándose como pudieron mientras estaban empapados de agua.

-¡Y no vuelvan!- El peli blanco todavía corrió como asustandolos.

-¿Estás bien?- El peli rosado se acercó de manera amable a mí, mientras yo no podía hacer más que sacudirme.

-Sí...- Les miré aun anonadado de la actuación que habían dado frente a mí, más que nada de haberme salvado.- Muchas gracias, a ambos...

-¡Es increíble que nadie haga nada!- El peli blanco empezó a hablar casi gritando; pero no de manera que molesta, sino estaba señalando a todos los presentes que solo se habían quedado mirando el espectáculo de mi abuso.- ¡Malditos mocosos cobardes!

-Hermano, por favor calma...- El peli rosa tocó su hombro tratando de relajarlo, pero el albino parecía bastante molesto.

-Es increíble como son cómplices...- Se colocó el zapato con el que había golpeado a mis agresores para luego volver a mirarme a mí. - ¡Hola!, Me llamó Shinem.

-Mucho gusto, Shinem.- Sonreí alegre de verlo a sí mismo tan decidido y capas, y sobre todo ¡muy energético!

-Yo soy Thomas, puedes decirme Tom.- El peli rosa se presentó también, al contrario de su hermano él era mucho más sereno.

-Louis.- Les sonreí amable a ambos.- Muchísimas gracias, no tiene idea de lo agradecido que estoy...

-No fue nada.- El albino sonrió de manera alegre, casi brincando.- Pasamos por aquí en camino a nuestros dormitorios y te vimos, ¡no podíamos permitir tal acto!

-Así es.

Ambos hermanos pasaron sus manos por los hombros al mismo tiempo en un abrazo sin dejar de mirarme, eran casi como sombras.

-Déjenme agradecerles, los invito a comer.

-No, muchas gracias, no queremos molestarte.- Tom me respondió sonriendo amable.- Además, no tenemos hambre.

Y el estómago del Shinem rugió interrumpiendo las palabras de su hermano. 

Enséñame a amar (yaoi)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora