SEGUNDO

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Sus encuentros se volvieron comunes, sobre todo las mañanas en las que Jungkook iba tarde a la universidad. Taehyung observaba como el enfurruñado muchacho venía hacia él para sentarse a su lado una vez el autobús lo dejaba.

Sí, a Taehyung comenzaban a gustarle esas mañanas.

Jungkook parecía un conejillo, arrugando la nariz y quedándose alejado de él como si fuera hacerle algo. Aunque, bueno, Jungkook no era muy bueno tratando con los extraños pero este extraño le llamaba mucho la atención, más de lo que esperaba.

Esa mañana, Taehyung garabateaba tranquilamente en su cuaderno. El cuaderno que tenía todos los días que Jungkook se sentaba a su lado. El menor fisgoneó un poco desde su lugar, manteniendo la distancia.

—¿Eres curioso, no?

Se sorprendió, volvió su mirada al frente rápido, ignorando el haber sido descubierto. Taehyung dibujó una sonrisa en su rostro, le parecía adorable el muchacho.

—¿Qué es lo que dibujas ahí?

—Bueno,— empezó curioso, mirando desinteresadamente la hoja de su cuaderno— es para mi portafolio de fin de año.

Jungkook enfocó su mirada en él. Así que era un casi graduado. Su sunbae. Su hyung. Sacudió su cabeza, apartando esos pensamientos.

—¿Puedo ver?— Preguntó el menor, sin verlo a la cara.

Él no era así. Él era atrevido, divertido y un excelente bailarín. Todos en la universidad se lo decían. Pero se sentía un tonto cuando lo veía en las mañanas. Taehyung lo hacia sentir como un tonto, un inexperto, un niño de secundaria de nuevo.

—Claro que sí.

La sonrisa del mayor lo recibió, abrumándolo. Porque todo era así con él: diferente, inusual y abrumador.

Taehyung le mostró el cuaderno, hoja por hoja. Explicando con detenimiento qué era cada cosa, porqué lo había dibujado y cómo lo había hecho. Su voz simulaba una canción de cuna, arrullando. Su aroma era suave, dulce, como a pino de bosque y canela. A Jungkook le encantaba y eso que él era muy sensible a los olores.

Mientras Taehyung hablaba, se dio cuenta de tres cosas: primero, que estudiaba artes plásticas y estaba a unos meses de graduarse. Segundo, que el dibujo que estaba haciendo era un edificio que le gustaba mucho, ubicado una calle atrás del parque frente a ellos. Y tercero, que amaba las flores, su cara delataba lo mucho que le gustaban, también los dibujos en su cuaderno pero decidió no decir nada.

—¿Te gustan mucho las flores?

El mayor asintió, acariciando con la yema de los dedos el borde de su cuaderno. Jungkook deseó por una fracción de segundo ser el borde del cuaderno.

—¿Cuáles dirías tú que serían tus favoritas?— Continuó preguntando.

—Margaritas—. No lo dudó ni un segundo, la respuesta salió inmediatamente de sus labios. —Sí, definitivamente las margaritas.

Y Jungkook se preguntó qué cara pondría al recibir un ramo de flores.






Estaba indeciso. Avanzaba unos pasos hacia la banca y luego regresaba como un cobarde a esconderse. Si es que estaba muerto de vergüenza y ni siquiera le había dado su regalo.

Comprar aquel ramo de margaritas fue un impulso muy grande. Solamente pasó por el puesto y pensó en él y, como un tonto, lo compró sin mas. Se había quedado sin dinero para la cena por comprar unas flores.

—Bien hecho Jungkook, bien hecho...— Hablaba entre dientes.

Volteó a verlo una vez más. Se veía tan distante en la banca, tan efímero, tan etéreo. Por su mente pasaba una y otra vez que desaparecía y que su encuentro casual en aquel lugar había sido producto de sus sueños.

Sacudió de su mente todo pensamiento negativo. 

No iba a dudar más, estaba dispuesto a hacer el ridículo ese día. Total, su dignidad había ido a parar al suelo cuando el autobús lo dejó de nuevo, cerrándole las puertas en la cara. Caminó decidido hasta quedar frente al mayor, con el ramo tras su espalda.

¡Sunbae!— Gritó, asustándolo un poco cuando fijó su mirada en él. Comenzó a llamarlo así cuando descubrió que iban a la misma universidad pero ambos en diferentes departamentos.— T-Tengo algo para ti...

El mayor alzó las cejas. ¿Tan pronto y ya se daban regalos? Eso sí que era una sorpresa; su pequeño Jungkookie estaba lleno de sorpresas.

—A ver mi pequeño hoobae, ¿qué te traes entre manos?

Tragó saliva antes de sacar ambas manos de la espalda. El distintivo aroma de las flores le golpeó la nariz y los pétalos le acariciaron suavemente las fosas. Taehyung levantó la mirada, encontrándose con un Jungkook de mejillas coloradas y ojos vidriosos. No pudo evitar sonrojarse también. Tampoco pudo evitar la sonora carcajada nerviosa que salió de sus labios.

—¿Qué es esto, Jungkookie?— Preguntaba entre carcajadas. Limpiando una pequeñas lagrimas de las esquinas de sus ojos.

—Dijiste... Dijiste que te gustaban las flores.— Se rascó detrás de la oreja, mirando todo menos los ojos del mayor. —Las margaritas, así que...

Taehyung volvió a sonreír. Esta vez más grande, más amplio. Mostrando todos los dientes de nuevo.

—¿Me compraste un ramo sólo por lo que dije?— Le quitó el ramo de entre las manos y le indicó que se sentara a su lado. Taehyung quería tenerlo cerca. Necesitaba tenerlo cerca. Jungkook asintió. —Que complaciente es, señor Jeon.

Jungkook no respondió. Se quedó anonadado ante la hermosa imagen de Taehyung con las flores. Era una bonita combinación: Taehyung, con aquellas margaritas, con los rayos de sol pegando de frente, con aquella maravillosa sonrisa en su rostro.

Sí, era...

—...Hermoso.

No pudo evitar que la palabra se deslizara por sus labios. Tampoco pudo evitar que Taehyung la escuchara, ya que lo había dicho lo suficientemente alto como para que llegara a sus oídos.

—¿Eso crees?— La coquetería del mayor salió a relucir, pero Jungkook se sentía morir. Estaba tan avergonzado y el calor en su nuca lo delataba: estaba rojo hasta las orejas.

—Y-Yo... no era...

Una delicada caricia en su oreja hizo que parara de hablar. Taehyung había colocado una flor en su cabello, atrás de su oreja. No pudo evitar centrar su atención en él ante tal acto.

—Yo también pienso que eres hermoso, Jungkookie.

Y así es, damas y caballeros, como Jungkook murió aquel día. A manos del hombre más guapo del mundo.  

JUST AROUND THE CORNER [KOOKTAE][+18]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora