EXTRA 1

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Bebió con fuerza y enojo el vaso completo de su bebida. Sintió rápidamente como el alcohol se le subía a la cabeza, provocándole un mareo. Con una seña indicó al barman que le trajera otro vaso más.

Resopló enfadado ante el recuerdo de lo que había ocurrido aquella tarde: su novia lo había dejado. Y ni siquiera tuvo la decencia de darle una explicación, simplemente le dijo que todo se había acabado y ya. Con el puño cerrado dio un pequeño golpe en la mesa, para después peinarse sus cabellos hacia atrás, jalándolos un poco.

—Menuda mierda de día.— El barman llegó con su nuevo vaso y, como la primera vez, lo bebió todo de un solo trago.

No estaba en sus planes venir a un bar a ocultar sus penas y dolores con el alcohol, pero se sentía tan solitario en su departamento que no le daban ganas de quedarse. Así que, con una mueca de disgusto, había llegado sin darse cuenta al establecimiento, en busca de un poco de vicio para olvidarse, aunque sea un poco, de que su novia lo dejó. Y a lo mejor, quién sabe, se liaba con alguien esa noche. Hacía bastante tiempo que el increíble conquistador Park Jimin no hacía su puesta en escena.

Con una nueva bebida en mano, le daba un vistazo a la pista de baile. Cuerpos moviéndose de aquí para allá, sacudiéndose juntos. Tocándose de vez en cuando; manos traviesas en cuerpos ajenos, buscando algo más que un solo arrimón aquella noche.

Entre el tumulto de gente una cara conocida llamó su atención. Su cabello negro casi perdiéndose entre la oscuridad del lugar, la palidez de su piel casi brillando. Abrió mucho sus ojos cuando un encuentro de miradas se hizo presente y una extraña corriente le erizó los vellos del cuerpo. Inmediatamente se giró en la silla, dando la espalda a la pista de baile; creyendo inútilmente que no lo había visto.

Un movimiento a su lado derecho le hizo querer esconderse debajo de alguna mesa. Por supuesto que lo había visto, ¿en qué momento creyó que no? Lo escuchó pedir un whisky al barman y después sintió sus felinos ojos sobre él.

—Tú y yo nos conocemos, ¿no es así?

Menuda mierda de día.

—No, me temo que no tengo el gusto.— Hablaba tartamudeando Jimin, tapándose el rostro con su mano.

Escuchó al mayor reírse y quiso que se lo tragara la tierra. Por supuesto que lo conocía; y no le extrañaría que también supiera su nombre.

—Vamos Park, ¿me vas a decir que no me conoces?

Suspiró, peinándose con sus dedos su espesa melena.

—¿Qué quieres, Min?

—Tan pequeño pero tienes un genio mortal—, bebió de un sorbo todo su vaso, Jimin preguntándose seriamente por qué se había acercado a él. Incluso Yoongi se lo preguntaba; no se conocían de nada; sí, conocía su cara y su nombre gracias a Jungkook pero hasta ahí.— Entonces, ¿qué haces bebiendo tanto?

Jimin hizo un puchero sin responderle.

—¿Te dejaron?

Jimin respingo, Yoongi sonrió de lado, pícaro. Se tomó el atrevimiento de acercarse a su oreja para susurrarle:

—Bingo.

Jimin se apartó de inmediato, cubriéndose la oreja que ahora quemaba como los mil infiernos. Dios, vino a ligar con una chica, no quería irse a la cama con un chico. No se dio cuenta de cómo las mejillas le ardían, cómo la oreja que le quemaba ahora cosquilleaba levemente, enviando sensaciones desconocidas por sus terminaciones nerviosas. Frunció el ceño, seguramente era el alcohol.

JUST AROUND THE CORNER [KOOKTAE][+18]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora