—Voy a salir con Jungkook.
Un bufido se oyó al otro lado de la línea.
—Sí, ya me lo dijiste.
—¡Voy a salir con Jungkook!— Gritó emocionado, antes de aplastar su rostro en la almohada. Su amigo tuvo que apartar un poco el celular de su oreja.
—Taehyung, no tienes que gritar.— Escuchó como pataleaba en su cama y rodó los ojos.—Sí, sí, vas a salir con tu crush de la universidad, pero sólo es una cita.
—¡Hyung!— Se quejó como niño pequeño.
Jin era el único de sus amigos al que le había contado toda la historia. Cuando conoció al pelinegro estaba seguro de no conocerlo de nada, pero una vez prestó atención se dio cuenta de que era más conocido de lo que creía. Las chicas y los chicos pululaban de aquí para allá alrededor de él cuando caminaba por los pasillos. Era conocido como uno de los mejores bailarines de su departamento. Él, junto con Jimin y un tal Hoseok eran llamados los reyes de la pista. ¿Y él? Bueno, se quedó impresionado en más de alguna ocasión cuando le tocaba verlo bailar por casualidad.
El pelinegro parecía no tener idea alguna de que sus departamentos se encontraban más cerca de lo que imaginaban. Pero sí lo había buscado en algún momento, Jungkook se lo había dicho en más de una ocasión.
—Taehyung, se que quieres contarme todo con detalles pero en este momento estoy muy ocupado.— El sonido de trastes y voces de personas se alzó al otro lado.— El restaurante tiene mas gente que otros días y... Namjoon, suelta eso lo vas a—, un estruendo le hizo separarse del auricular,—...romper. Tengo que dejarte, esto es un caos.
—¿Namjoonie hyung sigue trabajando contigo?
—Ajá... No, Nam, así no...
—¿Ya le pediste que saliera contigo?— Soltó pícaro.
—¡Por Dios, no!
—¿Por?
—Tiene novia.
—¿Y?
—Te voy a dejar, Taehyungie. Hablamos luego.
Y cortó.
Taehyung sonreía mientras tanto. Sabía que su hyung estaba que se moría de ganas por saber el chisme pero le enojaba un poco que su trabajo no le diera ni un momento para respirar.
Se acostó boca arriba en la cama, mirando al blanco techo con una enorme sonrisa en el rostro. Aún no podía creerlo, Jungkook le había invitado a salir. Una cita. Ambos tenían una cita.
¿A dónde irían? ¿Qué podrían hacer?
Sonrío otra vez, la cara le ardía mientras la escondía en una de sus almohadas. Su perrito, Yeontan, le ladraba desde su camita.
No cabe duda que su pequeño Jungkookie estaba lleno de sorpresas.
Se miró de nuevo en el espejo y acomodó por cuarta... no, por quinta vez su cabello. Estaba nervioso, mucho. Hoy era el día de su cita y rogaba porque todo fuera a salir bien. Dio unos pasos hacia atrás mientras seguía mirándose: las ropas negras no le sentaban mal pero le daban un aspecto muy formal. Parecía un chico malo sacado de una película de adolescentes.
Se río un poco ante ese pensamiento. Esperaba al menos gustarle así a Taehyung.
Miró su reloj de muñeca para confirmar la hora. Aun contaba con unos quince minutos antes de encontrarse en el lugar acordado. El mismo lugar de siempre, aquella banca blanca a la vuelta de la esquina de su residencia. Le hubiera gustado darle la dirección a donde lo llevaría pero arruinaría la sorpresa si se lo decía.
Bajó las escaleras y emprendió su caminata a su nuevo lugar favorito de todos los días. Quería darle la sorpresa de llegar temprano, de verlo feliz por estarlo esperando en la banca pero la sorpresa se la llevó él cuando lo vio llegar: una mata de cabello rojizo lo recibió, sin dejar ver rastros del dulce castaño que conocía; enfundado en uno pantalones anchos de vestir, una camisa holgada, fajada y una enorme gabardina marrón, puesta suavemente sobre sus hombros. Lo dejó con la boca abierta y tragó saliva sonoramente cuando vislumbro un par de pendientes en cada una de sus orejas.
Era prometedor lo que veía. Hermoso, a más no poder.
Joder. Se mordió la cara interna de la mejilla.
Si eso no era ser fashionista, no sabía qué era.
—Hola—, saludó el pelirrojo, colocando suavemente un mechón de cabello detrás de su oreja,— llegaste temprano.
Jungkook asintió.
—Sí, quería sorprenderte. Pero el sorprendido fui yo.— El mayor rio, haciendo aparecer un cosquilleo en el pecho del azabache. —Veo que... Teñiste tu cabello.
Sus ojos viraron hacia arriba y se encogió de hombros.
—Sí, tenía tiempo queriendo pintarlo de nuevo, así que aproveche la ocasión. Ya tenía la cita agendada.—Jungkook estaba mirándolo con mucha intensidad. Tanta que era inconsciente de ello.— ¿No te gusta? Porque si no te gusta, traje un sombrero para esconderlo...
Jungkook vio como sacaba el sombrero de la gabardina y hacía el intento de ponerlo. En arrebato, se lo quitó de las manos y lo escondió en su chaqueta negra, ganándose una mirada desconcertada de Taehyung.
—No, no lo vas a esconder... Me gusta... Mucho—. El corazón del pelirrojo comenzó a latir como loco.— Es más, creo que me encanta.— Jungkook sonrió, dejando ver toda su dentadura más esos lindos dientes frontales que asimilaban a los de un conejillo.
Taehyung llevó una mano a su pecho, fingiendo caer desmayado en los brazos de Jungkook. Este lo miró divertido, mientras intentaba acomodarlo entre sus brazos.
—¿Podrías dejar de ser tan lindo, por favor? No creo que mi corazón resista.
El menor sonrió, viendo como Taehyung intentaba esconderse en algún lugar. Y, en un impulso, posó sus labios en la coronilla de su cabeza. El mayor rápidamente levantó la mirada, atónito.
—¿Nos vamos?
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JUST AROUND THE CORNER [KOOKTAE][+18]
Fanfiction❤HISTORIA GANADORA EN LOS PRIX AWARDS 2021❤ Jungkook desconocía a ese atractivo joven que, todos días, encontraba sentado en aquella banca blanca frente al parque. Y Taehyung estaba curioso por aquel muchacho que siempre era dejado por el autobús. ...